LOS ESTIBADORES CONSIGUEN IMPORTANTES VICTORIAS EN PORTUGAL Y CHILE
16/03/2014, Danny Byrne, CIT. Publicado originalmente el 14 de Marzo del 2014 en mundosocialista.net, web internacional del CIT, Comité por una Internacional de los Trabajadores
Un ejemplo para otros sectores
En un contexto internacional en el que los empresarios y los gobiernos aplican sistemáticamente la doctrina militar del dominio rápido (shock y pavor) con continuos ataques antisociales a los trabajadores, cada victoria obtenida por el movimiento obrero internacional debe ser gritada a los cuatro vientos. Este es el caso de los trabajadores portuarios que, en las últimas semanas, han conseguido importantes victorias en Portugal y Chile. Y lo han hecho recuperando probados y eficaces métodos de lucha del movimiento obrero: la lucha consecuente y sostenida con la organización de la solidaridad internacional, especialmente huelgas de solidaridad.
Portugal: victoria total después de 2 años de lucha
Estos ejemplos muestran que, a pesar del pernicioso papel que juegan las derechizadas direcciones sindicales en la mayoría de los países, actuando como un freno a las luchas, la clase trabajadora todavía puede dar pasos hacia adelante, cuando se organiza sobre la base de métodos militantes. También muestran cómo, a pesar de la dominación, dentro del sindicalismo, de la teoría de la «paz social » y la casi total pasividad entre muchos de los lideres del movimiento obrero ante la embestida patronal, las orgullosas tradiciones militantes de nuestra clase no se han extinguido para nada.
En Portugal, los trabajadores y los jóvenes se han enfrentado a años de austeridad impuestos por la troika y se han defendido con determinación, como lo demuestran las 4 huelgas generales en los dos últimos años. Sin embargo las direcciones sindicales no han logrado vincular estas jornadas en un plan sostenido de acción para derrotar a la troika y los ataques del gobierno, lo que permitió a este aislarlas al tratarse de movilizaciones de un día que desaparecen en largos períodos de desmovilización.
Los trabajadores portuarios, en ruptura con este enfoque y por medio de una larga batalla militante de más de 2 años, han ofrecido un camino alternativo para todo el movimiento obrero: el de la acción sostenida y decidida que permite ganar y lograr resultados. Se enfrentaron a un plan de largo alcance dirigido a transformar los muelles de Lisboa en una guarida de mano de obra precaria. La reducción salarial del 7% y la eliminación de las 2 pagas extras era el nuevo paquete de medidas que formaban parte de la agenda de privatización impuesta por la troika y aplicada por el gobierno. Además las asociaciones empresariales portuarias habían creado una empresa de trabajo paralela encargada de contratar personal de forma precaria con un recorte de un tercio de los salarios, en un intento de poner fin a las condiciones dignas en el puerto.
La respuesta de los trabajadores fue de 2 años compaginando jornadas de huelga y «huelgas de celo». Se enfrentaron heroicamente a la represión y 47 trabajadores fueron despedidos por su participación en la huelga. Su victoria fue impresionante. No sólo lograron la readmisión de sus 47 compañeros despedidos y de otros 18 despedidos en la filial de Rio de Janeiro, sino también el fin de los contratos precarios y un nuevo Convenio Colectivo que incluirá a los trabajadores que inicialmente habían sido contratados de forma precaria. Esta victoria dificulta un poco más a la clase capitalista su pretensión de precarizar aún más las condiciones de vida de los trabajadores portugueses.
La lucha fue ejemplar no sólo en términos de militancia sino también por la democracia implementada por el Sindicato de Estibadores con todas las decisiones debatidas y aprobadas siempre en las asambleas de trabajadores. Como señala Francisco Raposo, del sindicato CGTP y militante de Socialismo Revolucionario (CIT en Portugal ): «Esta lucha es realmente un gran avance en la lucha de clases en Portugal. El Sindicato de Estibadores no está afiliado a la CGTP, la principal central sindical portuguesa. Sin embargo, los métodos y la militancia de los trabajadores portuarios están provocando una reacción entre las bases de CGTP «.
Chile : una huelga de estibadores local se extiende y termina con una victoria a nivel nacional
Cuando los trabajadores portuarios de Mejillones (Chile) comenzaron el pasado mes diciembre una huelga, la segunda en menos de un año, en la que demandaban mejoras salariales, el pago de atrasos y el cese de las prácticas antisindicales, parecía que su lucha estaba condenada al aislamiento y al fracaso.
La Huelga se enfretaba a una fuerte represión policial. Fuerzas de Carabineros atacaron el campamento de los huelguistas donde había también mujeres y niños y un trabajador resultó herido de gravedad. Según los trabajadores habría sido agredido por policías, que luego trataron de encubrir su actuación pretextando un accidente. Con está represión brutal pretendían quebrar la huelga pero se equivocaron y sólo consiguieron aumentar la intensidad de la rabia y determinación de los portuarios.
Esta huelga también fue importante porque desafió no sólo a las empresas portuarias, sino también a las draconianas leyes del Código Laboral del país, heredado de la dictadura de Pinochet. Acogiéndose a ese Código, el grupo empresarial Ultramar (un holding que gestiona 20 puertos en el país y cuyo propietario es el multimillonario fascista Sven von Appen) se negó a negociar colectivamente con los trabajadores, insistiendo en que sólo lo haría con los fijos y no con los eventuales que representan el 80% de los trabajadores de los muelles.
Los trabajadores se negaron a esta imposición antidemocrática e intensificaron las acciónes. Desde finales de diciembre miles de estibadores chilenos se unieron a la huelga en diversos puertos del país. A finales de enero los trabajadores portuarios se habian movilizado en piquetes de huelga en 15 puertos por todo el país, en muchos casos levantando sus propias demandas pero incluyendo siempre las reivindicaciones generales contra la represión sindical y la falta de pago de los salarios. Este fue sin duda uno de los efectos más significativos de la poderosa huelga por lo que suponía de ruptura con el Código Laboral pinochetista que prohibe las huelgas de solidaridad.
Después de un mes en huelga, los trabajadores portuarios consiguieron a nivel nacional la gran mayoría de sus demandas, incluyendo el derecho a la negociación colectiva. Werken Rojo, el nuevo periódico de Socialismo Revolucionario (CIT en Chile) lo explicaba en estos términos «este conflicto tendrá grandes implicaciones para el conjunto de la clase obrera chilena. Primero porque demuestra que la acción determinada, la solidaridad, que se despoja de la camisa de fuerza del Código Laboral, pueden permitir a los trabajadores ganar».
Su victoria, así como la de los estibadores portugueses, también refleja el poder económico acentuado que tienen los trabajadores portuarios (pero también los trabajadores en otros muchos sectores) dado el “giro hacia las exportaciones” del capitalismo en muchos países, especialmente los del sur de Europa. En Chile, la prensa capitalista denunció pérdidas multimillonarias para las empresas de exportación debido a la huelga, especialmente en relación con la exportación de productos perecederos.
¡Viva la solidaridad internacional en acción!
Además, estas dos victorias muestran otra enseñanza, crucial para el movimiento obrero internacional – y es la de la solidaridad internacionalista. Dos jornadas internacionales de acción solidaria fueron organizadas en apoyo de los estibadores portugueses; la última de ellas, el pasado mes de enero, contó con acciones de solidaridad y huelgas, en Suecia, Francia, EE.UU. y otros países. En Chile, al tiempo que la huelga se propagaba por todo el país, recibía también el apoyo de los trabajadores portuarios en toda América Latina, con los puertos argentinos bloqueando las mercancías chilenas y amenazas de acciones similares en los puertos europeos y de Estados Unidos en los días previos a la victoria.
El CIT ha subrayado en repetidas ocasiones la necesidad de que el movimiento obrero coordine sus acciones a través de fronteras, movilizando el poder internacional de la clase obrera en una economía mundial cada vez más interconectada. Esta necesidad es especialmente evidente en Europa, donde la troika y los gobiernos capitalistas infligen una ofensiva coordinada de miseria a los trabajadores en todo el continente, especialmente en el sur, lo que plantea la necesidad de una resistencia coordinada internacionalmente a nivel internacional, incluidas huelgas generales internacionales. Hacemos un llamamiento al movimiento sindical internacional a seguir el ejemplo de los estibadores portugueses y chilenos que han demostrado que estos métodos dan resultados.