Unamos todas las luchas en una huelga general política

16/02/2014, Socialismo Revolucionario. Editorial de «La Brecha», publicación de Socialismo Revolucionario, del número de febrero.


2013 ha supuesto una continuación de los procesos fundamentales iniciados por la crisis de la economía capitalista que estalló hace 5 años. El hundimiento de la economía ha seguido empujando a millones de personas hacia la pobreza extrema, en otro año de despidos masivos, ataques salariales, desahucios,…

La profunda crisis política ha mantenido al gobierno patronal del PP en una perpetua inestabilidad, y la crisis de legitimidad de las instituciones y del propio estado ha vivido nuevos episodios, sobre todo alrededor de la cuestión nacional en Catalunya.

Pero al mismo tiempo hemos visto avances en un proceso mucho más inspirador: la construcción de la resistencia obrera y social que representa el germen de la lucha por una nueva sociedad.

El 2014 nos promete grandes acontecimientos y oportunidades y vamos a ver una continuación aún más allá de estos mismos procesos.

¿Año de la recuperación? ¿Para quién?

En el 2014 asistiremos a un gran intento de la clase dominante, en el cual colaborarán el gobierno y los medios de comunicación, de levantar el estado de ánimo, es decir, de diluir la rabia y resistencia de la sociedad, insistiendo en que este será el de la recuperación económica. Nos prometen que la economía crecerá… ¡un 0.7%! Para la clase trabajadora y los marxistas la cuestión clave es qué carácter tendrá dicha recuperación. ¿Cambiará el rumbo de la crisis? ¿Dará lugar a una recuperación de nuestros niveles de vida? Si la respuesta a estas preguntas es negativa (y lo es), cualquiera se podría preguntar: ¿para qué vale esta “recuperación” entonces?

En primer lugar, para que el peor lastre de la crisis, el desempleo masivo, mejore, casi todos los economistas coinciden en que haría falta un crecimiento real por encima del 2%, lo que no es esperado por nadie ni para este año ni para los siguientes. Dicho esto, el poco empleo que se está creando da una muestra del carácter de la dicha “recuperación”: extinción de los contratos indefinidos y de los derechos protegidos. La patronal intenta aprovechar la crisis para llevar a cabo una contrarrevolución en el mercado laboral e imponer un nuevo patrón de precariedad y empleos basura.

Segundo, asistimos a toda una oleada de ataques contra los derechos sociales y democráticos ya que la clase dominante también está aprovechando la crisis para eliminar conquistas históricas como el derecho a manifestarse y hacer huelga o el derecho a decidir sobre la maternidad. Estas realidades, junto a la destrucción del estado del bienestar y de los servicios públicos nos muestran el lado oculto de su llamada recuperación: una caída contundente en la calidad de vida de la inmensa mayoría que no verá su fin hasta que consigan imponer niveles de vida “tercermundistas” en el estado español y en toda Europa.

Por un 2014 combativo de lucha generalizada y sostenida. Por la huelga general política.

El premio por haber puesto más obstáculos al desarrollo de los acontecimientos en el 2013 se lo han llevado sin duda los dirigentes de los sindicatos mayoritarios, quienes, como hemos explicado repetidamente en La Brecha, han jugado un papel clave en evitar la caída del gobierno a pesar de las profundas crisis que éste ha tenido durante el año pasado.

Pero también, hemos visto como a pesar del freno impuesto por ellos, los trabajadores y trabajadoras han continuado intensificando la lucha y empleando métodos cada vez más militantes. 2013 ha sido el año de la huelga indefinida, desde el sector educativo en Baleares a la heroica huelga que aún continúa tras más de 100 días en Panrico. Estos ejemplos marcan una clara diferencia con la política errónea de Toxo y Méndez, de convocatorias simbólicas e insuficientes de un día, sin la continuidad y la intensificación que la situación exige.

También ha sido el año de las primeras victorias significativas, sobre todo la de los barrenderos madrileños, que han mostrado el camino a seguir a todo el movimiento obrero Una vez más, el freno impuesto por los dirigentes sindicales ha impedido que este ejemplo de lucha militante haya tenido una expresión generalizada a nivel estatal.

Los recientes acontecimientos en el barrio de Gamonal en Burgos son otro ejemplo de que una lucha llevada a cabo con determinación y que goce de un gran apoyo social lleva a victorias significativas.

Frente a los nuevos ataques que estamos viendo contra los trabajadores y el pueblo, sobre todo el nuevo pensionazo y la contrarreforma del aborto, es imprescindible mostrar esa determinación y que se vuelva a poner sobre la mesa la cuestión de una acción generalizada estatal que unifique fuerzas y luchas, es decir, una huelga general.

Pero igual de imprescindible es que las huelgas generales necesarias para este año rompan con el patrón de las anteriores, convocadas por los dirigentes sindicales sólo bajo la enorme presión desde abajo, simbólicas, aisladas en el tiempo y seguidas de un largo período de desmovilización. Hace falta una nueva huelga general para generalizar la lucha y levantar el ánimo, pero no una mera nueva huelga de protesta. Hace falta una huelga general con reivindicaciones y metas que consigan unir a todas las luchas en curso alrededor de una solución global a los problemas que las provocan, derribar al gobierno y luchar por una alternativa de los trabajadores.

Por la unidad de los trabajadores en la lucha por la libertad de todos los pueblos

Respecto a la cuestión nacional, asistimos un nuevo punto de inflexión, sobre todo en Catalunya (aunque en el País Vasco también empiezan a haber ciertos movimientos). Estamos viendo la continuación del juego cínico de los políticos burgueses de ambos bandos. Por un lado un PP (y PSOE) que no se cansa de hablar de “la unidad indiscutible de la patria” pero que se muestra muy poco patriótico a la hora de someterse a los dictados de la Troika; y por otro lado CiU y ERC en Catalunya que pretenden abanderar la lucha por la autodeterminación y los intereses del pueblo, pero al mismo tiempo no tienen problemas para ponerse de acuerdo en sangrar al mismo pueblo a través de sus recortes y austeridad.

La única fuerza social capaz de luchar de forma consecuente por los derechos de todos los pueblos a decidir sobre su futuro es la clase trabajadora, la única que tiene todo el interés del mundo en combatir ambos bandos de ladrones capitalistas. Es en la lucha contra los gobiernos de los mercados, unida al nivel estatal, e internacional, donde se asientan las bases de una verdadera solución al problema nacional que el sistema capitalista se ha mostrado incapaz de solucionar: la de la lucha por una confederación libre y voluntaria de los pueblos ibéricos sobre la base del derecho universal a la autodeterminación. Esta lucha solo se puede dar de forma contundente superando los límites del capitalismo sobre la base de una sociedad socialista, de propiedad pública y democrática de la riqueza y los recursos de los pueblos.

Por eso, se destaca la necesidad de forjar y fortalecer la unidad de la clase trabajadora, y de sus organizaciones, empezando por un frente único de la izquierda – con IU como piedra angular al nivel estatal – el movimiento obrero y los movimientos sociales en la lucha para derribar al gobierno del PP y por un gobierno de y por quien trabaja.

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