Hay
alternativa a la austeridad fuera de la lógica del capitalismo

Por
un frente único de la izquierda y los movimientos obreros y sociales

Panfleto de Socialismo Revolucionario para las
manifestaciones del 10-Marzo-2013

La corrupción destapada en el caso Bárcenas ha venido a aumentar
todavía más la evidente debilidad del gobierno de Mariano Rajoy. Las tensiones
internas dentro de su propio gobierno y partido son cada vez más evidentes y a
ello hay que sumar todo el bagaje acumulado durante su escaso año de gobierno:
incumplimiento total de su programa electoral, incapacidad para gestionar la
economía y los numerosos conflictos laborales que hay abiertos a nivel estatal,
sobretodo en los servicios públicos. El estado muestra grandes fisuras como
evidencia el hecho de que incluso jueces, policías, profesores, médicos y otros
colectivos básicos en el funcionamiento del estado han mostrado públicamente su
descontento con la situación. A todo ello hay que sumar el enorme descrédito
que sufren la gran mayoría de instituciones del estado como son la monarquía,
el sistema judicial, el sistema financiero e incluso el modelo territorial
basado en las autonomías.

  • Ni austeridad ni
    pago de la deuda. Se acabó el ceder al chantaje de los mercados y de la
    Troika
    : ningún sacrificio por permanecer en el euro. Por
    una confederación libre y socialista de los pueblos trabajadores en
    Europa.
  • Reforma fiscal que grave fuertemente las rentas
    de capital y nacionalización de la banca que evite la fuga de capitales y
    permita recuperar el poder de decisión sobre la economía. Inversión en
    servicios públicos de la gran cantidad de recursos actualmente privados
    que se socializarían con estas medidas.
  • Derecho de
    autodeterminación de las
    naciones bajo una base socialista. Las movilizaciones a lo largo de todo
    el Estado Español muestran que los problemas que afrontan los trabajadores
    y los jóvenes en los diferentes territorios son los mismos y que su
    enemigo es común. Al mismo tiempo, la pluralidad de naciones que conforman
    el Estado Español tienen el derecho a decidir libre y democráticamente
    sobre su futuro y solamente bajo la aceptación de este derecho por parte
    de todos, será posible continuar la lucha común contra el enemigo común.

En tal situación, si los líderes de las principales organizaciones
sindicales del país estuvieran realmente dispuestos a cambiar la situación, la
convocatoria de una huelga general de 48 horas, que sirviera de punto de
unificación de las numerosas luchas que cotidianamente inundan las calles,
sería suficiente para hacer caer al gobierno y abrir una nueva fase. Dicha
convocatoria podría representar la intensificación necesaria de la escala e
intensidad de lucha, después de las fuertes huelgas generales que ya hemos
visto, pero que no han sido capaces de dar la vuelta a la situación.

Con un PSOE en horas bajas, el típico bipartidismo que ha caracterizado
a la política española en las últimas décadas daría paso a una situación mucho
más abierta donde la izquierda real dispondría de una oportunidad histórica
para dar un paso adelante y convertirse en alternativa real de gobierno a corto
plazo. Los avances en las encuestas, tanto para IU, como para otras formaciones
y alianzas de la izquierda alternativa (AGE en Galicia, CUP en Cataluña etc),
muestran la base para ello. Un gobierno de izquierdas que acabe con la
austeridad ya no es un sueno utópico, sino una necesidad concreta por la que
hay que luchar.

Para ello es necesaria la construcción de un frente único de la
izquierda, junto con los movimientos obreros y sociales, que pueda ofrecer una
auténtica salida a la crisis, necesariamente saliendo de la lógica de este
sistema caotico de dictadura de mercados y beneficios, partiendo de unos puntos
básicos que conformen el inicio de un programa verdaderamente socialista
.

La aceptación de este programa por parte de los diferentes sectores de
la izquierda pondría en el objetivo la formación de un gobierno de los
trabajadores que gestione la economía en beneficio de la clase trabajadora y no
en beneficio del capital como actualmente ocurre. Apelamos a la unidad alrededor
de dicho programa, y que sindicalistas, activistas de base y militantes de
todas las organizaciones de izquierdas a nivel estatal se unan para llevarlo a
cabo.
 

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