Ni la derecha hipócrita, ni el reformismo burocrático, hoy más que nunca revolución y más revolución.

06/03/2013, Johan Rivas, Ccs, SR-CIT Venezuela.

Ha fallecido el presidente Chávez, este martes 5 de marzo en horas de la tarde el vicepresidente Nicolás Maduro anuncio al país y a la comunidad internacional, el fallecimiento del que fuera el líder del proyecto de la Revolución Bolivariana y de la idea del Socialismo del siglo 21.

Desde el anuncio de su muerte, y mucho antes toda la prensa burguesa y pro-capitalista en Venezuela e internacional, se hicieron eco de esta lamentable noticia. Por una parte expresar de manera hipócrita su solidaridad y reivindicar el liderazgo de Chávez en el contexto internacional, pero por otra parte iniciar sutilmente su campaña de denuncia de la muerte del tirano, el dictador, etc. Y al mismo tiempo especular y estimular sobre las divisiones internas dentro del chavismo como estrategia política para debilitar a una dirección post Chávez que tendrá el reto de sustituir a un liderazgo ya histórico.

Desde las trincheras de lucha revolucionaria por el socialismo revolucionario y democrático, creemos que hay que asumir la situación con equilibrio, en balance y en perceptivas.


Por una parte, es irrefutable, el hecho de que fue Chávez supo capitalizar con su liderazgo el descontento popular del pueblo pobre y explotado y de la clase trabajadora venezolana, que venía de décadas de opresión y miseria por una democracia en decadencia que respondía a los intereses del gran capital internacional.

La década de los 90 para los venezolanos fue de hambre, pobreza extrema, lucha y represión brutal por parte de la “democracia”. Fueron años de huelgas indefinidas en sectores de la salud, educación y otros sectores de la administración pública. Venezuela fue en los 90 algo similar a lo que es hoy Grecia y en cierta medida España y Portugal.

La izquierda revolucionaria venezolana influenciada por la revolución Cubana y por la Rusia soviética, luchó por décadas contra la democracia bipartidista de social demócratas y social cristianos, y mas allá de sus errores táctico y políticos estratégicos, es un hecho histórico que la represión contra este sector político fue brutal, son miles los desaparecidos y muertos. La izquierda quedo casi desaparecida, destruida ya a finales de los 90.

La decadencia de la democracia bipartidista, su total espalda al pueblo y su profundización de políticas neoliberales, va tener un impacto profundo en un sector medio de las fuerzas armadas venezolanas, que a diferencia de muchos países de América latina, se ha caracterizado por tener dentro de su cuadros medios y altos, personas de origen de clase trabajadora y campesina, lo que le da un carácter poli-clasista en su estructura de clase.

Esta composición social nada marginal, es la que va a explicar el fenómeno nacional y radical que hoy vemos en las fuerzas armadas venezolanas. La misma que supo liderar Chávez; y que en un proyecto de alianza cívico militar después de un golpe militar que tenia elementos de una insurrección militar, aparecerá en el escenario político nacional, como alterativa política, popular y nacional.

El proceso bolivariano fue la primera revolución de este siglo que apenas comienza, que levantó la idea de la revolución y del socialismo en una época post guerra fría, post caída del muro de Berlín, donde ya muchos daban por cierto el fin de la historia y celebraban la hegemonía del capitalismo como único modelo social, económico, cultural y político.

Al mismo momento, es cierto que Chávez, su proyecto político, tiene debilidades, en cuanto a las perspectivas de una revoluciona política, social, económica, cultural que derrote al capitalismo, y que claramente plantee el socialismo como alternativa. Lo hemos combatido y denunciado siempre.

Pero hoy, no solo la palabras de Chávez y lo que ha ocurrido en Venezuela en estos 14 años, lo han reivindicado sino que, lo eventos mundiales lo reafirman, el sistema capitalista está en una crisis profunda, hay un colapso de la economía capitalista y aunque no se están planteando claramente la idea del socialismo, actualmente, muchos pueblos y la clase trabajadora mundial esta en rebeldía y movilizada contra el capitalismo. El Movimiento de los Indignados, el Movimiento Ocupar Wall Street, la primavera árabe, las movilizaciones en Portugal, España, Grecia, son reflejo de lo que estamos viendo en el mundo de hoy.

En Venezuela, no hay socialismo, eso está claro, pero decir como, dice la prensa burguesa, que hay una dictadura, etc. es tan falso e hipócrita como su propaganda pro capitalista.

Chávez fallece con un 60% de apoyo popular. Después de 14 años gana una elección, su tercera reelección con más de 55% de apoyo. Al mismo tiempo, en Venezuela como nunca antes, la expresión popular organizada ha jugado un rol de peso en las políticas de estado. Esto sin negar que contradictoriamente siga siendo una capa de burócratas dentro del estado que al final administran y ejecutan las decisiones de política social y economía del estado.

Tanto la hipocresía de la derecha como la manipulación de burócratas y oportunista dentro del chavismo ocultan y no dice, que ha sido por la fuerza desde abajo del movimiento popular y de la clase trabajadora que Chávez ha profundizado un proceso que hoy es visto, a pesar de sus profundas contradicciones, como alternativa en algunos pueblos oprimidos; y como enemigo para la clase política capitalista.

Las nacionalizaciones que se profundizan después del golpe fascista del 2002, las Misiones Sociales que fueron reformas sociales que sacaron a millones de venezolanos de la situación de pobreza crítica, el liderazgo de Venezuela en la región basada en su fortaleza de potencia energética, son hechos y pasos adelantes que hoy son uno de los principales retos del pueblo chavista y de la izquierda revolucionaria, que mas allá de las diferencias de fondo con Chávez y su proyecto nacionalista, tenemos que defender y profundizar.

Hoy, la derecha llama a la unidad nacional, el gobierno llama a la paz, pero tenemos que decir fuerte y claro compañeros, compañeras, que la unidad es entre el pueblo y la clase trabajadora y sus organizaciones de base, y la paz solo será posible derrotando al capitalismo y derribando el estado burgués como el propio Chávez lo reconoció en más de una oportunidad: “ …en Venezuela hemos avanzado mucho, pero aún queda mucho por hacer, las estructuras capitalistas están intactas al igual que el estado burgués…”.

Venezuela esta sometida hoy a una situación compleja, especial, por un lado está la derecha en ofensiva, aunque políticamente está dividida entre los radicales reaccionarios neo fascistas, y los moderados pro democrático burgueses; y no cuentan con una base social sólida que les dé la fuerza suficiente para derrotar al chavismo y a su base popular. Esta ofensiva se expresa hoy, en lo económico, escasez de alimentos, especulación, alta inflación, desindustrialización. Políticas que viene desarrollando la derecha desde hace décadas.

El Gobierno no miente cuando afirma que la clase capitalista venezolana es parásita  que solo vive de la renta del petróleo y de las la importaciones de bienes y servicios y productos manufacturados. Pero al mismo tiempo el gobierno está en una encrucijada, por una parte pretende mantenerse dentro de los límites de la dictadura del capitalismo, aplicando medidas económicas como la devaluación de la moneda nacional, que solo van a poner sobre los trabajadores el peso de la crisis.

Por otra parte la enorme presión de la base social popular, que confusa está ganada con la idea de una revolución y de un socialismo, además del contexto internacional de crisis del capitalismo y ante la ofensiva reaccionaria de la derecha, estará obligando al gobierno post Chávez, a asumir una posición de mayor radicalización, lo contrario sería un proceso más acelerado de derechización y de retroceso histórico.

Y acá el tema de perspectiva, mas allá de la diatriba constitucional de quién debe ser el sucesor, es claro que habrá nuevas elecciones en el corto plazo, y aunque la derecha tiene una mínima posibilidad de triunfo, está claro que en estos momentos la opción de mantenerse en el control político del estado será del chavismo.

Pero será un error del chavismo, pensar que podrán gobernar con las misma capacidad de maniobra que poseía Chávez. No hay dentro del chavismo hoy y en mediano plazo un liderazgo como el de Chávez, capaz de aglutinar el mayor apoyo popular y mantener a raya a los disidentes, oposición de izquierda.

La derecha al mismo tiempo, aunque no lo reconocerá explícitamente, sabe que lo más conveniente para ellos es estabilidad política y paz social, por lo que se cuidarán mucho de no estimular acciones de radicalización que desatarían una explosión social de pronósticos reservados.

En la dirección política del chavismo, hoy liderada por Nicolás Maduro y Diosdado Cabello, saben que tendrán que manejarse con cuidado. Si bien es cierto que hoy la izquierda revolucionaria está fragmentada, dispersa, no es menos cierto que hay un proceso de reorganización de base, que ya en estos primeros meses del año se ha manifestado. El Encuentro Nacional Bolivariano de organizaciones revolucionarias en lucha por ejemplo, son muestras, de que hay un proceso consciente de un sector de la izquierda de construir una dirección política distinta a la dejada por Chávez. Esta situación junto con la económica y la ofensiva de la derecha serán retos que tendrán que enfrentar la dirección del PSUV.

El panorama en Venezuela sigue siendo entonces muy turbio, no está claro que pueda pasar en el próximo periodo, pero creer que con la muerte de Chávez acaba el chavismo es un error, como también, creer que vamos ya de facto a un proceso de retroceso-derechización abierto.

Pero la clave, sigue siendo la necesidad, hoy más dramática y urgente, de la organización consciente desde abajo de los trabajadores y el pueblo pobre en lucha, de construir su propia representación política revolucionaria.

Hoy la tarea de los revolucionarios va en esta dirección, y al mismo tiempo profundizar las contradicciones del chavismo de su reformismo burocrático, y demandar y luchar por un programa socialista revolucionario y democrático.

Ante la especulación, la escasez de alimentos, las desindustrialización, mayor nacionalización, control democrático de los trabajadores y el pueblo organizado de las palancas fundamentales de la economía nacional.

  • Todo el poder, al poder popular, a las comunas, a los consejos comunales, a los consejo trabajadores, sin complejos, la única forma de profundizar el proceso que dejo abierto el compañero Chávez, la única forma de derrotar a la derecha, la única forma de vencer al burocratismo y la corrupción, es asumiendo el poder desde la organización social de base revolucionaria.
  • Nacionalización total de la banca, abajo los monopolios y oligopolios privados, nacionalización y socialización de los medios de producción bajo el control democrático de los trabajadores y el pueblo organizado.
  • Transformación popular y revolucionaria del ejército, a través de comités de soldados donde de manera democrática se elijan con carácter de revocabilidad los mandos de dirección y se planifique desde las comunidades la defensa de la revolución y se combate a las mafias y el crimen organizado.
  • Que se profundicen las misiones sociales de educación salud, trabajo y vivienda a través de un plan nacional de mejorar el acceso públicos, gratuito y de calidad de la salud y la educación y demás servicios públicos, bajo el control de los trabajadores y la comunidad organizada.
  • Centralizar, bajo el control del estado y los trabajadores de las importaciones y exportaciones, así como del comercio interior y exterior, que acabe con la especulación y fuga de capitales.
  • Iniciar un proceso de planificación de la economía desde los comités de fábricas, industrias, empresas y comercios, donde el eje sea las necesidades reales de la sociedad y no del mercado y el lucro, en pleno equilibrio con el desarrollo sustentable y conservación del medio ambiente.

Compañeros y compañeras, no hay nada nuevo en estas demandas, tenemos la experiencia no solo de estos 14 años, también la experiencia de los triunfos y fracasos de otros procesos revolucionarios históricos en el mundo.

Desenmascarar la hipócrita derecha, la manipulación burocrática dentro del gobierno, derrotar el capitalismo y al imperialismo pasa por luchar por estas demandas-programa socialista, y al mismo tiempo no tengamos miedos, no caigamos en la lógica democrática burguesa de la soberanía, y la patria, respetemos el derecho de la autodeterminación de los pueblos, pero esto, no significa que la revolución socialista, no tiene que ser mundial, internacional, todo lo contrario. Por ello, compañeros trabajadores y pueblos explotados y oprimidos de Venezuela, del ALBA, MERCOSUR, etc. Las alianzas, la unidad latinoamericana, no solo son de los gobiernos, menos de empresarios, esa no es nuestra alianza, eso fortalecerá al capitalismo internacional. La alianza, la unidad de América Latina, es con ustedes, con sus luchas. Planteemos entonces la construcción y lucha por una federación de naciones socialista, revolucionaria y democrática. Solo así garantizaremos el triunfo de la revolución en Venezuela y el mundo.

Solidaridad y saludos fraternos por siempre al compañero Chávez, pero ahora más que nunca seguir en la lucha o retroceder en la historia.

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