NO A LA AMPLIACIÓN DEL AEROPUERTO DEL PRAT, SÍ A LA INVERSIÓN EN TRANSPORTE PÚBLICO Y ECOLÓGICO
Por Marisa Cabal, Parti Socialiste de Lutte (ASI en Bélgica)
Los acontecimientos meteorológicos extremos se aceleran. Este verano, además de la pandemia, se han producido inundaciones, olas de calor y los peores incendios forestales en décadas. Los últimos cinco años han sido los más cálidos desde que se mide la temperatura. El último informe del IPCC confirma sin ninguna duda que el calentamiento climático es fruto de la actividad humana desde 1950. Aunque se empiecen a aplicar medidas inmediatas a gran escala, será imposible limitar la subida de la temperatura por debajo de 1,5°C y algunos fenómenos son ya irreversibles como el aumento del nivel del mar. Un movimiento internacional ya se ha puesto en marcha para responder a la urgencia climática.
Las manifestaciones durante la cumbre climática de la COP26 en Glasgow
Las manifestaciones que tendrán lugar durante la cumbre climática de la COP26 a principios de noviembre en Glasgow, Escocia, serán una cita histórica. Esta lucha también se traduce en movimientos locales como el pasado domingo 19 de septiembre en Barcelona, donde 90.000 personas se manifestaron contra la ampliación del aeropuerto del Prat de Barcelona y en defensa del medio-ambiente.
La propuesta de ampliación del aeropuerto de Aena, impulsada por más de 200 entidades económicas y empresariales, pretende crear un “hub internacional” llegando hasta los 70 millones de pasajeros anuales. El Gobierno central y la Generalitat llegaron a un acuerdo a principios de agosto que suponía una inversión de 1.700 millones. Aunque el Gobierno ha decidido suspender la inversión, el plazo para llegar a un nuevo acuerdo se extiende hasta el 30 de septiembre. El alargamiento de 500 m de la tercera pista del aeropuerto se construiría sobre la laguna de la Ricarda, un espacio natural protegido del Delta del Llobregat.
Delta del Llobregat es esencial para proteger la zona litoral
La Ricarda es una antigua desembocadura del río, con una gran biodiversidad de flora y fauna autóctona. Aena afirma que por cada hectárea ocupada, creará diez hectáreas más de áreas protegidas, pero la realidad es que esta laguna es única e imposible de reconstruir en otro lugar. La conservación de espacios como el del Delta del Llobregat es esencial para proteger la zona litoral de la subida del nivel del mar, una de las consecuencias irreversibles del cambio climático en las próximas décadas. Si no se toman medidas urgentes para gestionar el conjunto del territorio de manera sostenible, el agua y las piedras podrían llegar hasta el aeropuerto.
Aumento del 33% de las emisiones de CO2
Además se calcula que la ampliación implicaría un aumento del 33% de las emisiones de CO2, es decir, cada año se liberarían 2,8 millones de toneladas más de este gas en la atmósfera. Aena no ha hecho ninguna propuesta sobre cómo reducir estas emisiones, otro ejemplo de cómo las élites capitalistas no tienen ninguna intención de sacrificar sus intereses económicos y que bajo el capitalismo no llegaremos nunca a limitar las emisiones de gas de efecto invernadero a tiempo.
Otra de las promesas del proyecto es la creación de más de 80.000 puestos de trabajo directos. Pero, ¿por qué no invertir en la creación de empleos verdes, bien remunerados y con buenas condiciones de trabajo? El Gobierno no tendría que retirar la inversión, sino todo lo contrario : tendría que refinanciar servicios de transporte público y ecológico. Para los trayectos de corta y media distancia se tendría que dar prioridad al transporte ferroviario, permitiendo la creación de empleo y respondiendo a la urgencia climática al mismo tiempo.
La hipocresía de los partidos implicados en la negociación está a la vista de todas. Por un lado, ERC aceptó el acuerdo en agosto declarando a la vez que asistiría a la manifestación en Barcelona contra la ampliación del aeropuerto. Por otro lado, el Gobierno decide unilateralmente retirar los 1.700 millones señalando a la Generalitat como responsable. Y todo esto forma el telón de fondo de la mesa de negociación entre Catalunya y el gobierno de Sánchez.
El capitalismo verde es una farsa
El capitalismo verde es una farsa. La propiedad privada de los medios de producción sigue siendo uno de los principales obstáculos para hacer frente a la crisis climática. No podemos dejar la transición ecológica en manos de las grandes empresas, de sus intereses económicos y de los políticos a su servicio. Para poder liberar los recursos necesarios a tiempo, tenemos que colectivizar la totalidad del sector energético y del transporte bajo el control y la gestión democrática de la clase trabajadora. Solo de este modo podemos frenar el caos de la economía de mercado y planificar la economía de forma racional y democrática.
NO a la ampliación del aeropuerto del Prat, SÍ a la conservación de la laguna de la Ricarda
SÍ a la inversión en transporte público y ecológico, SÍ a la creación de empleo sostenible
Por la nacionalización del sector energético, bajo control y gestión democrática de la clase trabajadora
Para conseguir el cambio revolucionario necesario hay que acabar con el capitalismo : luchemos por el socialismo internacional.
¡Únete a nuestra movilización internacional para protestar contra la COP26 en noviembre! https://linktr.ee/SocialistAlternativeForClimate