OLA DE HUELGAS EN EL ESTADO ESPAÑOL
Desde el levantamiento de las restricciones de la COVID19, varios sectores de los trabajadores organizados en el Estado español han comenzado a tomar medidas. El catalizador fue la magnífica huelga y movimiento de los trabajadores del metal en Cádiz a finales de 2021.
Por John Hird, Alternativa Socialista
En Euskal Herria, primero en Álava, hubo una oleada de huelgas en la industria del Metal en mayo. Miles de trabajadores se movilizaron para obligar a la patronal a sentarse a la mesa de negociación para conceder subidas salariales y mejores condiciones.
A continuación, los trabajadores del metal de Bizkaia, los días 23 y 30 de junio y 1 de julio.
Todos los sindicatos vascos; ELA, CCOO, LAB y UGT, tradicionalmente divididos, unieron sus fuerzas en esta ocasión con miras a conseguir un convenio colectivo que recoja un aumento salarial del IPC+1%.
Un total de 52.000 trabajadores fueron llamados a la huelga, ya que la patronal se niega a negociar los salarios. La convocatoria de huelga fue acatada por el 80-85% de los trabajadores, mientras que 15.000 se manifestaron en las calles. .
La lucha no ha terminado y el comité intersindical ha presentado un calendario de huelga y un documento con 17 puntos que quieren incluir en el próximo convenio colectivo.
El principal escollo en las negociaciones es el aumento salarial. La propuesta de la patronal es subir los salarios un 2% hasta 2024, muy por debajo del IPC interanual del 6,5%. Como siempre, los empresarios exigen «flexibilidad» para los trabajadores, lo que es un eufemismo para decir que las condiciones son peores.
Además, los sindicatos proponen un conjunto de reivindicaciones para reforzar la garantía salarial, reducir en ocho horas la jornada laboral anual, limitar los contratos de ETT a tres meses, abordar de una vez por todas medidas concretas a favor de la igualdad de género, lo que supone que el colectivo LGTBI, se incluya en el protocolo de acoso, condiciones de trabajo más seguras con materiales peligrosos como el amianto, acabar con la explotación de los trabajadores subcontratados e introducir el derecho al cuidado de menores de 12 años y personas dependientes.
Huelga de trabajadores del metal en Cantabria
En Cantabria también hubo una magnífica huelga de los trabajadores del metal, con un 95% de apoyo y 20.000 asistentes a una manifestación en Santander. Sin embargo, hay lecciones para los trabajadores en esta lucha ya que no se consiguió una victoria total, a pesar de la voluntad de lucha de los trabajadores del metal. Los piquetes masivos fueron grandes y combativos, por desgracia, los lideres de los sindicatos no se había preparado para una lucha total. En la asamblea a la que asistieron 1.200 trabajadores y en la que los dirigentes sindicales presentaron un preacuerdo, los trabajadores corearon «¡no es suficiente!» «¡Continuemos!». Aunque la mayoría votó a favor del acuerdo, que no satisfacía todas sus demandas, 242 votaron en contra, mientras que 400 se abstuvieron. Esto demuestra la necesidad de desarrollar un liderazgo combativo y decidido de los sindicatos y de unir y generalizar todas las luchas.En los nuevos tiempos, se necesitan nuevos líderes militantes.. Sin duda, estas personas existen entre las bases.
Huelga histórica en Mercedes
En Gasteiz, la producción de la mayor empresa privada de la región, Mercedes, se ha paralizado por completo. Los trabajadores están enfadados por haber seguido produciendo durante toda la pandemia, mientras que los empresarios se niegan a entregar parte de sus enormes beneficios. El Gobierno vasco, dirigido por el partido neoliberal PNV, apoya la insistencia de la patronal de Mercedes de no negociar cuando los trabajadores están en huelga.
En total, 5.000 trabajadores de la fábrica se pusieron en huelga y, según el comité, el 95% de ellos lo hicieron en el turno de mañana. Esta huelga ha paralizado por completo la producción de la fábrica de Vitoria y ha reunido a cientos de trabajadores en la manifestación conjunta de la mañana.
Desde primera hora de la mañana, cientos de personas se concentraron en los alrededores de la fábrica para protestar. «Hacía años que no se veía tanta gente en los piquetes», ha dicho Igor Guevara, presidente del comité.
Las reivindicaciones del comité de huelga reflejan un cambio de conciencia de la plantilla.
Los trabajadores de Mercedes exigen:
NO a la pérdida de poder adquisitivo.
NO a la ampliación de la flexibilidad, NO a la sexta noche. (La patronal insiste en que los trabajadores a turnos trabajen seis noches)
NO a un «Modelo V» que discrimina a los nuevos contratados.
Regular y acordar las condiciones de las personas (unas 500) que trabajan los fines de semana y los festivos.
Las mujeres se organizan y hacen huelga
Otro aspecto de la actual ola de huelgas es la mezcla de varias luchas, con sindicatos que empiezan a asumir seriamente la opresión de las mujeres y de las personas LGBTQ+. En Mercedes se realizó una histórica y simbólica huelga en apoyo a Erika Tavares, asesinada por su ex marido en Vitoria-Gastiez. Esta vez no sólo hubo protestas, sino también una huelga, cuando sus compañeros de trabajo en la fábrica de Mercedes abandonaron su turno durante 30 minutos para manifestar su repulsa ante este horrible acto. Desde entonces, ha habido más expresiones de lucha obrera feminista de este tipo.
En el metro de Bilbao, muchas limpiadoras trabajan en régimen de subcontratación. Cuando una de ellas denunció acoso sexual, el sindicato organizó una concentración dentro y fuera del metro.
Una mujer que iba en el autobús fue agredida por su compañero y el conductor que intentó detenerla también fue agredido. El sindicato respondió participando en una concentración, una protesta contra la violencia.
Sectores de trabajadores que antes no estaban organizados, como las limpiadoras, se están organizando. También los trabajadores de la sanidad, que protestan contra los recortes, y los de la asistencia domiciliaria están pasando a la acción. Las trabajadoras vinculan deliberadamente la lucha obrera con el feminismo, y a menudo se visten de morado en las protestas. Los sindicatos han presionado para que las empresas privadas divulguen abiertamente los niveles salariales, lo que ha ayudado a las mujeres a ver cómo son discriminadas, alimentando así nuevas protestas contra la desigualdad.
Las propias estadísticas del gobierno muestran que cada vez hay más mujeres que se declaran en huelga. En lo que va de año ha habido una huelga general parcial, la del día de la mujer, el 8 de marzo, en Andalucía, Aragón, Cataluña, Galicia y la Comunidad de Madrid.
Del total de afiliados que participaron en la huelga general del 8 de marzo, el 20,0% fueron hombres y el 80,0% mujeres.
Por sexo, 54.239 (64,8%) de los trabajadores que participaron en todas las huelgas fueron mujeres frente a 29.408 (35,2%) hombres. Este dato es significativo, ya que muestra que las mujeres están tomando la delantera en las huelgas en los primeros seis meses de 2022.
Estas huelgas se dan entre los sectores más mal pagados y explotados, que son mayoritariamente femeninos.
Huelgas en muchos sectores
Estos son algunos ejemplos. ELA, CCOO, LAB, ESK y UGT convocaron una huelga en la Intervención Social de Álava los días 17 y 22 de junio, por la constante negativa de la patronal, AISA, a garantizar un nivel de vida y unas condiciones dignas. Los sindicatos también señalaron con el dedo a la Diputación Foral de Álava, al Ayuntamiento de Vitoria-Gasteiz y al Gobierno Vasco, como dueños de estos servicios sociales esenciales privatizados y precarios. Se trata de un contraataque a los años de políticas neoliberales de privatización y subcontratación llevadas a cabo por todos los partidos políticos.
Entre las principales reivindicaciones de los sindicatos, que representan a unos 1.000 trabajadores, de los que más del 75% son mujeres, están un aumento salarial ligado al IPC; una reducción de la jornada laboral de 30 horas anuales; medidas de conciliación más adecuadas; mejora de las vacaciones anuales y de los pluses.
Estos trabajadores atienden a menores desprotegidos, familias vulnerables, mujeres víctimas de violencia de género, personas en situación de exclusión social, con problemas de salud mental o adicciones.
«Somos un servicio esencial. Atendemos a los colectivos más vulnerables de la sociedad, pero trabajamos en unos servicios sociales privatizados», dicen los trabajadores. Lamentan que, tras los aplausos recibidos durante la pandemia, ahora se enfrentan al abandono institucional. «Durante el cierre, las instituciones nos aplaudieron y agradecieron nuestro trabajo. Sin embargo, ahora nos amenazan con no seguir adelante con las licitaciones, si no firmamos un convenio, una firma que supondría una reducción de nuestros derechos laborales.» No es de extrañar que, tras la experiencia de los últimos años, estas trabajadoras estén realmente enfadadas y dispuestas a emprender acciones industriales.
Apenas hay un sector en el que no haya malestar y planes de huelga.
Las fiestas de los San Fermines podrían verse afectadas a principios de julio. La plantilla de Tele-Taxi en Pamplona dice que «no habrá taxis en San Fermines» si la dirección no cumple el acuerdo que ya estaba pactado.
En Correos se ha llevado a cabo una huelga de tres días, con un 80% de los empleados secundando el paro y la paralización de las rutas de transporte de correo en los centros de las principales ciudades de España. Según los sindicatos, Correos se vio obligado a paralizar las rutas de transporte en los centros de Madrid, Barcelona, Valencia, Sevilla, Valladolid, Zaragoza, Alicante, Las Palmas, Málaga, Bilbao, Tenerife, Santiago, Vitoria, Granada, Mérida, Oviedo y Mallorca.
La movilización se convirtió en una «marea amarilla» de camisetas con el color de la empresa, impresas con el lema «stop al desmantelamiento, por la viabilidad del servicio postal público», gorras y cientos de globos amarillos con el lema «salvemos el servicio postal».
Los médicos de los hospitales madrileños hicieron una huelga indefinida: «Antes nos aplaudían y ahora pedimos que nos escuchen».
Jesús Troya, médico, dijo: «Nos molesta que nos tomen por tontos, la sociedad está cansada de que nos traten como niños»
Habrá un «verano caliente» de huelgas en varios sectores.
Ryanair hizo una huelga en junio, con el objetivo de obligar a Ryanair a cumplir con la aplicación de los derechos laborales básicos y las sentencias judiciales, y lograr un acuerdo. El conflicto continúa.
Los tripulantes de cabina de la aerolínea EasyJet en España están convocados a nueve días de huelga durante el mes de julio. La huelga ha sido convocada por el sindicato Unión Sindical Obrera (USO) para el primer, tercer y último fin de semana del próximo mes para protestar por el bloqueo de la negociación del convenio que regula las condiciones laborales.
La huelga tendrá lugar en los aeropuertos de El Prat, Málaga y Palma de Mallorca los días 1, 2, 3, 15, 16, 29, 30 y 31 de julio.
Escuela de lucha con importantes lecciones
En cada huelga crece y se desarrolla en los obreros la conciencia de que el gobierno es su enemigo, y de que la clase obrera debe prepararse para luchar contra él, por los derechos del pueblo.
Así, pues, las huelgas enseñan a los obreros a unirse, les hacen ver que sólo unidos pueden sostener la lucha contra los capitalistas, les enseñan a pensar en la lucha de toda la clase obrera contra toda la clase patronal y contra el gobierno autocrático y policíaco. Por eso, los socialistas llaman a las huelgas «escuela de guerra», escuela en la que los obreros aprenden a librar la guerra contra sus enemigos por la emancipación de todo el pueblo, de todos los trabajadores, del yugo de los funcionarios y del yugo del capital.
SOBRE LAS HUELGAS – Lenin 1899
Está claro que la clase trabajadora se agita en el Estado español. Están utilizando sus organizaciones para recuperar lo que se les ha quitado en los últimos años. Además de los sectores tradicionalmente bien organizados, como el metal y la industria del automóvil, los trabajadores con salarios más bajos y especialmente las mujeres están dispuestos a luchar. Los trabajadores del sector público, los trabajadores de la salud y los profesores también están pasando a la acción. Existe una clara conciencia de que fue la clase obrera la que mantuvo a la sociedad en pie durante la pandemia a un gran coste, mientras los empresarios obtenían enormes beneficios, y ahora es el momento de restablecer el equilibrio.
Los trabajadores que participan en las numerosas huelgas que tienen lugar en este momento están aprendiendo rápidamente. Están aprendiendo que muchos de los actuales dirigentes sindicales, están frenando la lucha y no están preparados para llegar hasta el final.
Otra lección importante, que cada día está más clara, es que hay que unificar todas las huelgas y luchas. Esto pone en la agenda de los trabajadores de nuevo la cuestión de las huelgas generales regionales e incluso la huelga general a nivel del estado español en el próximo período.