14N Y EL DÍA DESPUÉS
12/11/2012, Declaración de Socialismo Revolucionario
¡Que no nos desmovilicen de nuevo!
¡Es hora de luchar desde abajo por una huelga general de 48 horas!
¡Abajo el gobierno del PP y la dictadura de los mercados!
¡Hacia la huelga general europea!
Cada día queda más claro que el gobierno del PP y sus políticas de austeridad están hundiendo la economía empujando a la sociedad hacia una espiral de empobrecimiento y destrucción social. Parece una mala broma que digan que sus políticas están funcionando mientras aumenta el paro y la recesión económica sigue Profundizándose. Asistimos al fracaso épico de sus políticas “salvadoras”, por ejemplo la reforma laboral “pro-empleo” que ha provocado una nueva avalancha de EREs. Nos mienten sobre las previsiones de la economía para luego justificar nuevas olas de medidas brutales, para matarnos a goteo. Todos los partidos del sistema, desde el PSOE a CiU y el PNV, comparten un mismo tipo de políticas ante la crisis del capitalismo en un consenso amplio y notable.
Ha llegado la hora de decir basta y frenar el proceso sin fin de destrucción de nuestras vidas, a través de la lucha de clases, de los movimientos obreros y sociales. La huelga general del 14N es una muestra del poder potencial que posee nuestra clase, organizada y movilizada, que puede imponer otro rumbo. Pero también es una muestra de que, lamentablemente, no sólo hay que luchar para frenar la ofensiva capitalista y patronal, sino también luchar para que los “lideres” de los sindicatos mayoritarios estén dispuestos a movilizar el poder de nuestra clase. A pesar de la intensidad militante desde la base, como vimos tanto en la lucha minera como en los paros espontáneos para hacer frente al recortazo de Rajoy en Julio, en ningún momento hemos visto el plan generalizado de lucha que merece la desastrosa situación actual. A las huelgas generales del 29 de Septiembre de 2010 y del 29 de Marzo de este año le siguió una profunda desmovilización y no una intensificación para apretar las tuercas al gobierno y a sus medidas.
La experiencia nos ha mostrado bien a las claras que una sola huelga general de un día no va a ser suficiente. El movimiento que hace falta para poder hacer tambalear este gobierno de los ricos tiene que ser sostenido e intensificarse. En esta línea, desde Socialismo Revolucionario defendemos que una huelga general de 48 horas sería un próximo paso adecuado en un calendario de acciones, después de un 14N poderoso con una movilización exitosa.
La desmovilización impuesta por Toxo y Méndez después del 29M ha producido un gran descontento, incluso en la base de sus propios sindicatos. Esta vez tenemos que organizar el descontento y luchar desde abajo para que no nos desmovilicen de nuevo. Formando asambleas democráticas y fortaleciendo y coordinando comités de huelga en las empresas, centros de estudios, y barrios, veremos el potencial para onstruir verdaderos mecanismos de organización y control desde abajo, para luchar por una estrategia militante en vez del inmovilismo o pactismo, empezando a luchar para que los sindicatos pongan ya la fecha de una huelga de 48 horas después del 14N para aumentar la presión.
En Portugal, donde se ha retirado un ataque brutal a los salarios tras un amplio movimiento social, y en Sudáfrica con los mineros, vemos como luchas contundentes llegan a frenar los planes y forzar concesiones del capital. Pero mas allá de eso, para lograr una victoria duradera, hace falta armarnos con una alternativa política y económica. Esta vez nos enfrentamos a un gobierno mucho más débil que el del 29M, un gobierno que se enfrenta a nuevas crisis todas las semanas. Un movimiento fuerte y determinado lo podría condenar
definitivamente.
Al mismo tiempo, asistimos al hundimiento del PSOE, que tras su gestión de la economía al servicio de los mercados y la Troika ya no se ve como un gobierno alternativo al PP, lo que abre el camino para que el movimiento obrero y la izquierda real puedan construir una alternativa política viable. Un programa político basado en la necesidad de invertir la riqueza en la creación de empleo y la recuperación de la economía, así como en la necesidad de nacionalizar bajo control democrático la banca y los pilares fundamentales de la economía, podría ofrecer a las luchas una alternativa positiva para un gobierno de los trabajadores con políticas genuinamente socialistas. SR plantea que con un frente único de las organizaciones políticas de izquierdas a nivel estatal, basado en un programa así, se podría transformar la situación y abrir la posibilidad real de una lucha por una alternativa política de la clase trabajadora. Como fuerza principal de la izquierda al nivel estatal, IU tiene la especial responsabilidad de ofrecer un programa así a las crecientes luchas obreras y sociales.
La huelga del 14N es también una muestra de unidad de clase frente a los intentos de polarizar la sociedad en meras líneas nacionales, como vemos en el juego de palabras entre Rajoy y Artur Mas en Catalunya. Es una jornada de lucha realmente internacionalista, que se coordina con la huelga general en Portugal, y que será la primera huelga ibérica de la historia, con la posibilidad también de huelgas en otros países del sur de Europa. Es un primer paso importantísimo que sentará las bases por una ampliación de las luchas y de las huelgas coordinadas en el próximo periodo. La extensión del epicentro de la lucha de clases hacia el norte de Europa, con huelgas generales sobre la mesa en el Reino Unido y Bélgica, por ejemplo, muestra la base para que tengamos como movimiento europeo el horizonte de la huelga general europea. Mientras que la lucha va coordinándose a nivel internacional, también tenemos que destacar el carácter internacional de la alternativa política a la espiral de agonía a la que el capitalismo mundial está llevando a la economía y a la sociedad internacional. SR, como parte del Comité por una Internacional de los Trabajadores, lucha junto a más de 40 organizaciones de toda Europa y de los cinco continentes. La lucha europea y la putrefacción de la UE de los capitalistas y de los mercados hace que la lucha por una confederación libre y voluntaria de países socialistas democráticos sea cada vez más importante.