El día Internacional de la Mujer está a la vuelta de la esquina. Con los años se ha intentado transformar este día en algo banal, una mezcla entre el día de San Valentín y el día de la madre, una mera celebración de la mujer por el hecho de ser mujer, en el que le regalas un detallito y una rosa a tu madre, novia o amiga y recordamos los éxitos de alguna mujer famosa.

Por Sara Guardiola, Alternativa Socialista Internacional 

Y oye, que no digo que no, yo siempre agradezco una cajita de bombones, pero, ¿sabes lo que agradecería más? Que no se nos niegue el derecho al aborto, salarios dignos, que no se nos culpabilice cuando somos las víctimas, poder volver a casa por la noche sin miedo a que nos violen, y que nuestra pareja no nos asesine también estaría bien, entre muchas otras cosas.

Es importante que recordemos que el 8 de marzo tiene sus raíces en los movimientos socialistas y de lucha obrera de principios del siglo XX. Dos de los eventos más significativos fueron el 8 de marzo de 1908 cuando 15000 mujeres tomaron las calles de Nueva York exigiendo un aumento del sueldo, menos horas de trabajo, derecho al voto y prohibir el trabajo infantil. Y el 8 de marzo de 1917, debido a la escasez de comida y los más de dos millones de soldados rusos que habían muerto en la primera guerra mundial las mujeres rusas comenzaron una huelga por ‘pan y paz’ que acabó siendo el detonante de la Revolución Rusa.

¿Por qué salimos a las calles este 8 de marzo?

El año pasado intentaron pararnos los pies desde el Gobierno, utilizando la pandemia como excusa se llamó a que no nos manifestáramos, en Madrid incluso se prohibieron las marchas. Mientras tanto se miraba hacia otro lado con eventos deportivos multitudinarios o marchas fascistas.

Este 8 de marzo tenemos que retomar la tradición combativa del movimiento feminista que hemos visto otros años en el estado español. La misma que vimos en las multitudinarias manifestaciones en 2018 y 2019, donde cientos de miles de personas salieron a las calles hartas de la violencia machista y de un sistema judicial misógino.

Salimos a las calles por todas aquellas que ya no están aquí, por las 1.125 asesinadas desde 2003, 43 de ellas en 2021, y las 3 víctimas que 2022 ya se han cobrado. Porque nos siguen negando el derecho al aborto en la sanidad pública, por el aumento de agresiones LGBTIfóbicas, e incluso asesinatos. Por las 67000 mujeres que mueren cada año a nivel mundial, ya sea debido a la mutilación genital o asesinadas a manos de su pareja o expareja.

Un estudio de Oxfam Internacional muestra que las desigualdades se han profundizado durante la pandemia y las más perjudicadas en todo este periodo han sido las mujeres. Oxfam resaltó que los países que se enfrentan a posibles medidas de austeridad respaldadas por el FMI pueden agravar las desigualdades entre países y a nivel interno.

Los derechos de las mujeres y los avances realizados en materia de igualdad de género se verán duramente golpeados por estas medidas de austeridad, en medio de una crisis que ha retrasado el camino para cerrar la brecha de género toda una generación, ya que ahora se tardarán 135 años frente a los 99 años antes de la pandemia.

Este es el futuro que el capitalismo ofrece a las mujeres. No habrá igualdad para las mujeres de hoy, sus hijas, sus nietas o incluso sus bisnietas.

El capitalismo es un sistema basado en la desigualdad y la explotación. Busca dividir a los hombres y a las mujeres, a los homosexuales y a los heterosexuales, a los jóvenes y a los mayores. Mientras el sistema exista, las mujeres tendrán que luchar para defender sus derechos.

El 8 de marzo es una importante oportunidad para que las mujeres y el conjunto de la clase trabajadora salgan a la calle a protestar contra el ascenso de la ultraderecha en las recientes elecciones de Castilla y León.

Desde Alternativa Socialista y Rosa Internacional llamamos a todo el mundo a unirse a las manifestaciones y huelgas. Por un movimiento feminista, socialista e internacional que una a los trabajadores, estudiantes, sindicatos y distintos grupos de activistas para luchar contra el sexismo, la violencia de género, el racismo, la extrema derecha y todos los tipos de opresión y explotación que el sistema capitalista perpetúa.

Nuestras Demandas:

  • Educación sexual que sea LGTBI+ inclusiva y que se centre en la importancia del consentimiento
  • Control democrático de la justicia, expulsión de los jueces, policías y fiscales sexistas, racistas, homófobos y transfobicos que con sus sentencias favorezcan a los agresores.
  • Los sindicatos se tienen que organizar para luchar contra el acoso sexual en el trabajo. Incluyendo protestas y huelgas como la de los 3500 trabajadores en la planta de Mercedes en Euskal Herria exigiendo el fin de la violencia de género tras el asesinato machista de su compañera Erika Tavares y también la concentración en Sestao para denunciar la agresión sexual a una trabajadora en el Metro de Bilbao.
  • Llamamos a las mujeres a sindicalizarse en sus lugares de trabajo. Los sindicatos y los delegados y delegadas sindicales deben encabezar una verdadera lucha para la organización de los trabajadores contra la violencia machista.
  • Recursos y apoyo para las supervivientes de violencia de género.
  • Un programa masivo de inversión pública para la creación de puestos de trabajo con condiciones dignas, y socialmente útiles, como en los servicios de sanidad, educación y dependencia y una recuperación sostenible de la economía productiva. Servicios públicos gratuitos y de calidad.
  • Defender y ampliar el servicio de salud pública. Revertir todos los recortes y privatizaciones inmediatamente y traer hospitales privados, proveedores y recursos al sistema público. Nacionalizar todos los servicios subcontratados como la limpieza. ¡Pago decente y contratos para las limpiadoras!
  • Igualdad económica y laboral entre hombres y mujeres: a igual trabajo igual salario, pensiones mínimas dignas (que afectan sobre todo a las mujeres), no a la discriminación en el ámbito laboral por el hecho de ser mujer, estar embarazada o formar una familia.
  • Por la socialización de los cuidados. La gran inversión en servicios públicos (ver arriba) debe apuntar a la socialización de los cuidados que se realizan tradicionalmente en el hogar y muy mayoritariamente por las mujeres. Esto implica la extensión y mejora de servicios públicos como a los dependientes y la sanidad pública, pero también mejoras en educación obligatoria, guarderías gratuitas, etc.
  • ¡Por una derogación real de la reforma laboral! Un salario mínimo acorde con el coste de la vida actual (a partir de 1600 €).

¡Únete a Alternativa Socialista Internacional y acude a las manifestaciones con nosotros!