“La clase obrera, para cumplir con su misión social, necesita no una esclava impersonal del matrimonio, de la familia, una esclava que posea las virtudes pasivas femeninas, sino una individualidad que se alce contra toda servidumbre necesita un miembro consciente, activo y en pleno disfrute de todos los derechos de la colectividad de clase.” Alexandra Kollontai.

Por Joanna Morales y Daniela Galicia, Rosa México

Al haberse tomado el 8 de marzo como referencia al Día Internacional de la Mujer, se juega un papel importante en la movilización del amplio movimiento organizado por mujeres y de la lucha por relaciones igualitarias, tanto en el espacio laboral, escolar, familiar, entre otros. El Día Internacional de la Mujer Trabajadora surgió como una fecha conmemorativa producto de los esfuerzos y la lucha de las mujeres trabajadoras. Para entender cómo se vive y vivirá el 8M en México, es importante comprender de dónde surge esta fecha; recuperar el carácter político y la historia del Día Internacional de la Mujer Trabajadora; y evidencia la lucha de las socialistas por la igualdad entre mujeres y hombres.

El origen de esta fecha conmemorativa se asocia con el incendio en la fábrica textil Triangle Shirtwaist Company, el 25 de marzo de 1911, en el cual murieron aproximadamente 122 mujeres. La fecha marcó el movimiento obrero en Estados Unidos. Sin embargo, los antecedentes de la conmemoración se pueden rastrear, al menos, desde 1857 y la organización de una huelga de las mujeres trabajadoras de la industria textil. Para 1908 el Comité Nacional de la Mujer del Partido Socialista de los EEUU decidió establecer el último domingo de febrero de cada año para las movilizaciones reivindicativas por el derecho al sufragio femenino. Finalmente, en 1910, durante la Segunda Conferencia Internacional de Mujeres Socialistas, Clara Zetkin, política y líder socialista alemana de origen judío, propuso un día internacional dedicado a la lucha de las mujeres, aunque no se definió una fecha en específica, la primera movilización con estas carácterísticas se llevó a cabo el 19 de marzo de 1911. Cabe destacar que entonces el derecho al voto de las mujeres era una de las principales reivindicaciones del movimiento de las mujeres en la mayoría de los países del mundo, una consigna reivindicada tanto por las sufragistas liberales hasta por las militantes socialistas.

Con la intención de recordar la participación de las mujeres en la historia de la Revolución Rusa, cuando una huelga de trabajadoras textiles contra la hambruna causada por la guerra desató una huelg general que daría píe a la caída del zarismo y el comienzo de la revolución en Rusia, el día comenzó a celebrarse el 8 de marzo. La unificación de esta fecha se dio en la Conferencia de Mujeres Comunistas, celebrada en Moscú en 1931. Sin embargo conscientemente se ha relegado el carácter militante y de lucha de una fecha reivindicativa como lo es el Día Internacional de la Mujer Trabajadora. De manera falaz, se pretende construir la narrativa de que la actual fecha está ligada con los esfuerzos llevados a cabo durante los sesentas por la ONU, que finalmente retomó la fecha llamándolo Día Internacional de la Mujer en 1975. Despojándolo, de este modo, de su contenido clasista original para reivindicar la lucha de las mujeres trabajadoras.

El movimiento de las mujeres trabajadoras dio visibilidad a la explotación capitalista, basada principalmente en la división del trabajo de acuerdo al sexo, permitiendo comprender el capitalismo usa estas divisiones para alimentarse y creando una diferencia artificial entre las y los trabajadores. Esta desigualdad, construida por el patriarcado y acentuada por el capitalismo, propicia una diferencia entre por ejemplo los salarios de trabajadores y trabajadoras. Por lo que fomenta una disparidad de los ingresos pero también de la capacidad política de trabajadoras y trabajadores, a los que se suman las tareas que se asume son de mujeres como los trabajados de cuidados como las tareas del hogar o la crianza de los hijos. Este tipo de cuestiones muestran la importancia de abordar la lucha de las mujeres desde una perspectiva de clase, pues las trabajadoras no nos enfrentamos a los mismo problemas que una burguesa que puede resolver de manera más holgada temas como las tareas del hogar mediante la contratación de trabajadoras del hogar o niñeras para el cuidado de los hijos.

En oposición a eso, en los últimos años han crecido organizaciones que dicen reivindicar el feminismo, pero a su vez buscan despojar a la lucha de las mujeres trabajadoras de todo su contenido político, histórico y clasista. Reduciéndolo, en el mejor de los casos, a posiciones liberales como el de la ruptura del techo de cristal. Pero en otros casos fomentan ideas separatistas y reaccionarias que incluyen un activismo con discursos excesivamente agresivos, transfobicos y racistas. Por tal motivo las feministas socialistas también buscamos combatir dichos actos excluyentes y reaccionarios, enarbolando un programa de lucha socialista que reivindique derechos para todas y todos.

La lucha por los derechos de las mujeres históricamente ha estado vinculada con la lucha por el socialismo. Las feministas socialistas no pretendemos apropiarnos de esta fecha, sino recuperar su carácter de lucha clasista y encauzar las demandas actuales del movimiento que lucha por los derechos de las mujeres y llevarlo hasta sus últimas consecuencias. Esto sólo se podrá lograr mediante la organización de las mujeres trabajadoras en torno a una plataforma política que reivindique sus demandas a través de un programa socialista y revolucionario. No podemos luchar porque una capa minoritaria de mujeres puedan “romper el techo de cristal” y así beneficiarse de la explotación de la clase trabajadora del mismo modo que sus pares hombres lo hacen. Necesitamos luchar por construir un mundo que se erija sobre las ruinas del sistema que oprime y explota a la clase trabajadora y que nos ve a las mujeres como inferiores a los hombres.

Desde Rosa planteamos:

¡No más feminicidios ni violencia machista!
Aborto libre, seguro y gratuito en todos los estados de México
¡Luchemos por eliminar el sexismo dentro de las organizaciones de izquierda!
Financiamiento total para programas sociales como cuidado infantil y atención médica de forma gratuita, financiamiento completo para educación, incluida la educación sexual integral en las escuelas
¡Alto a la precarización laboral, doméstica y social de las mujeres!
¡Luchemos por un feminismo socialista que ponga fin a la opresión de las mujeres de una vez por todas!