¡Resistencia internacional contra el racismo y el capital!

Yves, Parti
Socialiste de Lutte/Linkse Socialistische Partij-Lieja  (CWI-CIT Bélgica)

La homofobia, la xenofobia y la extrema derecha matan, mataron y seguirán
destruyendo vidas si no resistimos. Este verano, la negrofobia ha causado la
muerte de Mike Brown, Eric Garner y muchos otros no publicitados. Ella es
también quien alimenta un sistema triangular de represión sufrida por la
mayoría de los afroamericanos: escuelas con financiación insuficiente, una policía cada vez más hostigadora y prisiones privatizadas.

El sistema no quiere el fin del racismo, lo único
que quiere es que la gente deje de hablar de ello.

Trabajadores, estudiantes, jóvenes, pensionistas y los pobres no tienen nada
que esperar de los partidos tradicionales. Además de no deconstruir los
programas de la extrema derecha, recuperan su retórica y a veces  algunos contenidos ideológicos (la
inmigración, la inseguridad, el trato a los 
gitanos).

¡No, nosotros no acogemos toda la miseria del
mundo! Sólo 7 migrantes sobre mil llegan a alguno de los países  llamados “del Norte”. Los otros, decenas de
millones de personas, se encuentran generalmente hacinados en campos de
refugiados en zonas fronterizas huyendo de la miseria y de condiciones de vida
inhumanas. Los desplazados se ven obligados a abandonar su ciudad o pueblo por
el cambio climático y los desastres  que
de él se derivan o debido a los conflictos y las guerras regionales y la
inestabilidad económica que provocan. No debemos perder de vista tampoco la
participación de las potencias occidentales en estos eventos.

A pesar de la baja proporción de migrantes que
llegaron hasta el momento, faltan estructuras de acogida y la gestión de este
problema sigue siendo opaca. De esta manera, los líderes abren la puerta a un
malestar social que les conviene. De hecho, desvían la atención de su mala
gestión hacia el extranjero recién llegado que se encuentra estigmatizado.

No, los musulmanes no están invadiendo Europa.
No, la inmigración no cuesta a los estados europeos, sino que les beneficia (1).

Es incorrecto creer que los dirigentes de
extrema derecha están por un cambio de sistema. Por lo general, son políticos
de carrera, hombres de negocios y próximos a las grandes  empresas. Quieren una policía todavía más
militarizada para defender los intereses corporativos, romper los piquetes de
huelga y un servicio de la información que fiche activistas, sindicalistas y
periodistas.

¡Las razas no existen, el racismo sí!

El marxismo es un método de análisis de la sociedad que permite  comprender el mundo con el fin de cambiarlo.
Por lo tanto, se puede aplicar a la cuestión del racismo.

El concepto de raza fue creado inicialmente
para justificar y legitimar la dominación de una Europa blanca sobre  otros continentes a través de la esclavitud y
la colonización. Hoy en día, las ideas racistas benefician a aquellos que se
enriquecen  gracias a  prácticas discriminatorias o dividiendo la
fuerza de trabajo. Aunque sabemos que el concepto de raza no existe en los
seres humanos desde un punto de vista biológico, se utiliza como una proyección
ideológica para desviar la atención de un conflicto mucho más real: la lucha de
clases. Además, el racismo no pertenece sólo al mundo de las ideas, es un hecho
material, concreto, que afecta directamente a la vida de los que son víctimas.

¿Por cuánto tiempo y en qué medida?

La sociedad «post racial» de la que se habló después de la elección de
Obama en los EE.UU. no puede existir bajo el capitalismo. De hecho, éste
necesita dividir a la población para preservarse y nos empuja a luchar por las
migajas, mientras que el poder y la riqueza se acumulan y se concentran en cada
vez menos manos.

La revuelta contra este sistema no debe y no
puede limitarse a las discusiones entre los internautas, debe  salir a la calle. Después de la
deconstrucción del discurso de la extrema derecha, tenemos que empezar a
construir un órgano de lucha  que en
lugar de caer en la trampa de las divisiones busque unir lo más ampliamente
posible el conjunto de la clase obrera y los pobres, todas las edades,
orientaciones sexuales, etnias y sexos.

Es por eso que llamamos a los jóvenes y viejos,
estudiantes, trabajadores con o sin trabajo, a unirse a nosotros al
llamamiento  lanzado por  la coordinación de los comités antifascistas
griegos por un día de acción europeo contra el racismo y la extrema derecha, el
próximo domingo,  9  de noviembre, 76 años después del pogrom
anti-judío de la Noche de los cristales rotos cometido en la Alemania  nazi.

(1) Sept idées reçues sur l’immigration et les
immigrés, Le Monde.fr, 06.08.2014 

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