Imagen Juan Pedro Flores Gonzáles

Rob MacDonald, Socialismo Revolucionario Barcelona

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El arte no
surge de las cavilaciones de un soñador de clase media ni del pontificado de un
coleccionista de arte millonario. El arte no es algo inalcanzable para la clase
trabajadora, ni algo que no se pueda permitir económicamente, como intenta
hacernos creer el capitalismo. El arte es la expresión concentrada de la humanidad,
con todos sus defectos y virtudes. No es una cuestión secundaria para los
socialistas revolucionarios que se autoimponen la tarea de cambiar la sociedad.
Entender y utilizar el arte y el artista para la lucha contra el capitalismo es
la clave para inspirar a los jóvenes en las genuinas ideas del socialismo y las
increíbles posibilidades que ofrece a la cultura humana.

La lucha
por el arte se expresa hoy de numerosas maneras, desde la defensa de las bibliotecas
públicas y otras instituciones artísticas y culturales, y el derecho de todas a
disfrutar del tiempo libre, hasta los derechos de los trabajadores en las
industrias culturales y del artista, que a menudo es un trabajador precario en
un era donde el capitalismo ha dejado de jugar un papel progresivo en la
historia de la humanidad.

Cuando
examinamos la cuestión central del arte de hoy, el papel del capitalismo y del
artista, necesitamos mirar al pasado, de dónde venimos. Al igual que un pintor
necesita un pincel, y el fotógrafo necesita su cámara, nosotros también
necesitamos nuestras herramientas. En este caso necesitamos una perspectiva política
histórica y un método político. Para este fin, si analizamos el capitalismo, la
herramienta básica del marxismo es vital. Para entender la visión marxista del
Arte, necesitamos entender el marco a través del cual los marxistas analizan el
mundo.

La historia
y el desarrollo humano no son algo estático, sino que se encuentran en
constante movimiento. Al igual que un coche, necesitan un motor para moverse, y
este motor es como la forma en que la humanidad crea su riqueza y recursos, su
economía. Estas fuerzas productivas son la clave de cómo este coche es, cómo
corre y a dónde se dirige, que es lo que está hacienda y en interés de quién.
Es la base de la sociedad en la que vivimos, desde los comienzos de la
civilización hasta el presente.

Sobre esta
base descansa la superestructura de nuestra sociedad (los gobiernos, leyes,
etc). El pegamento que une a todo esto es nuestra cultura. La forma en la que actuamos juntos, y como reaccionamos a
la historia de nuestra cultura es realmente la suma total de toda la
experiencia humana en movimiento. En cierto sentido, el arte es el conjunto de
las creaciones físicas que expresan la posición de esa cultura.

El arte, en
su significado más amplio, no solamente juega un papel como pegamento social,
sino que también afecta al desarrollo y progreso de una sociedad.
Particularmente en la proposición de soluciones creativas. Pero solamente puede
hacer esto si el tipo de sociedad en la que vivimos permite al arte florecer y
no se ponen trabas a la capacidad artística humana.

El
momento del “eureka” en la producción del arte es una situación de cantidad
convirtiéndose en calidad. Puede ser simplemente una resolución creativa de un
problema, o una gran claridad de pensamiento expresada en una obra de arte. El
momento creativo no debería verse como algo completamente separado del artista
creando una obra de arte, ya que ambos están unidos. Todos somos artistas en
este significado de la palabra arte.

Pero el
arte es un fenómeno mucho más complejo y con muchas más capas. Se considera que
el creador de una gran obra de arte es
un genio, lo que es una respuesta falsa y emocional. El gran arte es
simplemente la cima de ese periodo histórico. Sí, fue creado por una persona
con talento, pero solamente ha sido posible gracias a los eventos anteriores y
los procesos que las producen. La longevidad de sus efectos dependerá de su
importancia social, y de si aún se considera relevante en diferentes periodos
de la historia. Algunas obras de arte tienen el poder de perdurar en el tiempo,
y nos hablan a través de diferentes edades y épocas, mientras que otras son
solamente un recuerdo de donde hemos estado.

Por lo
tanto, “La Historia del Arte” es la historia de las sociedades y culturas que
representan. Ya sea una pintura rupestre, un mosaico de la Roma clásica,
pinturas religiosas o incluso un graffiti de Banksy, todos representan a las
sociedades de las que proceden. Aunque todas tienen un hilo artístico común, el
papel de estas obras de arte fue diferente en cada caso.

Las
pinturas rupestres tienen 40.000 años de antigüedad y recientes descubrimientos
apuntan a periodos mucho más posteriores y a un área geográfica más extensa de
lo que se creía hasta ahora. Éstas tenían cierto nivel de sofisticación y
claramente jugaron un papel importante en estas primeras sociedades humanas. Las
descubiertas recientemente en Indonesia fueron pintadas en el mismo lugar
durante más de 13.000 años. Los animales y las manos tienen un papel
fundamental en estas pinturas que reflejan la vida diaria de los primeros
humanos y los métodos que estos usaban para vivir, al igual que la importancia
de los animales y las manos para las fuerzas productivas de esos días.
Probablemente este arte tenía significados místicos que ayudaban a la
existencia diaria de las personas.

El arte
romano, que creó bellos mosaicos, utilizaba las matemáticas y las ciencias.
Este arte utilizaba formas geométricas e innovaciones técnicas como el cemento.
Los desarrollos en las sociedades basadas en la esclavitud o en el sistema feudal
crearon grandes maravillas de innovación y belleza, especialmente en el arte de
la arquitectura. El papel de este arte era aún esquivo para las masas del
pueblo, y era utilizado para encumbrar a líderes y para mantener el poder en
estas civilizaciones.

Estas
sociedades pre-capitalistas y muchas otras desarrollaron un arte que jugó un
papel importante en estas sociedades. Sin embargo, estas sociedades tenían
limitaciones basadas en su organización económica, lo que llevaba a que el arte
generalmente tuviera un carácter elitista.

Las obras
de Banksy son igualmente un reflejo de nuestra sociedad, pero su mensaje es claro
para todos nosotros y tienen un contenido de diferente carácter. ¿Por qué?

El
desarrollo del capitalismo cambió el arte completamente, lanzándolo de forma
masiva y también cambiando fundamentalmente la percepción sobre el arte.

El
capitalismo desarrolló enormemente las fuerzas productivas de la sociedad y,
posteriormente, esto llevó a una explosión de técnicas, particularmente en la
reproducción de imágenes y nuevas tecnologías que dieron la vuelta a las
antiguas concepciones sobre el arte, la cultura y la sociedad en su conjunto.
Debido a estos desarrollos, el capitalismo moderno incrementó la participación
de las masas en el arte, provocando el auge de una relación diferente entre el
público y el propio arte.

El arte se
convirtió en algo familiar. Hubo también una explosión enorme de géneros y
movimientos artísticos, muchos de ellos opuestos al capitalismo. Hasta cierto
punto, estos desarrollos robaron el arte de una pequeña élite y al mismo tiempo
ensanchó el significado y la importancia del arte en la sociedad. El
capitalismo también creó un cierto, aunque limitado, desarrollo del “tiempo
libre” en algunas secciones de la sociedad donde antes era imposible. Por lo
tanto, el estatus del arte se transformó con el tiempo desde el místico,
religioso o de culto en las primeras etapas de la existencia humana a una nueva
e importante etapa de cultura de masas.

Podemos ver
una parte de este trayecto si observamos el desarrollo desde el teatro y la
pintura hasta la fotografía y las películas y después a la televisión y la informática.
Si imaginamos por un segundo que ahora una persona puede producir sola, con su
ordenador, una película animada usando el conjunto de conocimientos acumulados
en la historia y los numerosos géneros artísticos que pueden encontrar con un
click, y que puede enviarla en unos pocos segundos a todo el mundo para su
difusión, tenemos que aceptar que el arte es algo diferente a lo que había sido
en las anteriores civilizaciones. Este elemento de participación de las masas
en el arte tiene importantes consecuencias para el futuro del arte.

Al reconocer
este aspecto positivo del capitalismo, es decir, el desarrollo del arte
moderno, no podemos ignorar la naturaleza económica y de clase de la sociedad
capitalista. El resultado final es que el capitalismo nos expone a las
posibilidades del arte, pero también las sofoca en su limitado marco social. El
capitalismo reduce el valor del arte a una mercancía. El beneficio económico dicta
qué tipo de arte es el exitoso.  Las
bellas artes son protegidas como un símbolo de estatus para los ricos, pero el
arte en su conjunto es limitado a la filosofía capitalista, a la necesidad de
beneficios. La creatividad es útil a la economía capitalista, pero ésta
funciona en el nivel de la explotación de clases. Por lo tanto, los que
trabajan en las industrias creativas no solamente se encuentran en un conflicto
económico con el capitalismo, sino también en cuanto a la posibilidad de poder
expresarse verdaderamente. El capitalismo, como ideología dominante, exprime
las energías vivas de la humanidad para convertirlas en productos de mercado.

Aunque
todavía se produce buen arte, el capitalismo ha alcanzado el final de su
histórico papel progresivo económica y artísticamente. Podemos ver esto, por
una parte, en algunas de las obras destacadas del arte moderno, que cuestan
millones y que, como mucho, refuerzan la desesperanza, al estar basadas en la
controversia y poco más, o en la mercatilización del arte hasta que toda vida
ha sido drenada de él, lo que es típico de la música pop. Esta sobreproducción
y super-explotación del talento del artista simplemente reduce la expresión
humana a una pulpa irreconocible.

Muchos movimientos
del arte moderno del último siglo han sido inspirados por la lucha contra el
capitalismo y han reflejado la lucha social que continúa en nuestra sociedad. Grandes
eventos históricos como la Revolución Rusa también han cambiado la percepción
del arte y grandes obras de arte fueron creadas durante estos periodos. También
se pueden extraer muy valiosas conclusiones de estos movimientos artísticos y
sobre su integración o no con los movimientos sociales de su tiempo.

Incluso
ignorando el hecho de que el arte es una actividad natural en la humanidad, hay
millones de personas hoy en día que se consideran a sí mismos artistas, ya sea
porque trabajan en la industria artística, intentan ser artistas originales,
apoyan las artes, o incluso porque lo toman como un hobby. La cultura de masas
de hoy nos invita a hacerlo, pero igualmente nos niega la oportunidad de
participar. Por lo tanto, se quita a la mayoría de la clase trabajadora la
posibilidad de participar profundamente en el arte. A la clase media, aunque
normalmente tienen más capacidad de participar en proyectos artísticos, también
se le está negando cada vez más esta posibilidad debido a la crisis económica
del capitalismo.

Como
consecuencia, el artista se inserta en las filas de los trabajadores precarios
para intentar ganarse la vida. A menudo no existen empleos en su medio elegido
e incluso muchas veces, en lugar de ser pagados tienen que pagar para poder
representar su arte. Esto ocurre en muchas industrias artísticas, pero en
especial en la música y en las galerías de arte.

Pero esto
no significa que el arte de las masas se pare. Los artistas, cuando reflexionan
sobre su arte, están muy alejados de la idea del lucro. Muchos artistas toman
el arte muy en serio porque es su forma de comunicación. Estos son artistas
revolucionarios en el sentido más amplio, sin que sea necesario que haya un
mensaje claramente de izquierdas o un contenido político. En este sentido, todo
es político.

Muchos
movimientos artísticos usan la decadencia urbana y social como sus temas
artísticos, y otros imaginan un mundo mejor. El artista necesita responder a la
sociedad y, sobre todo, expresar cómo ve el mundo a través de su arte. Ser artista
e intentar expresarse pone a la gente en conflicto con el capitalismo, creando
una alienación que solamente se puede resolver rompiendo con el capitalismo.
Esta alienación debe ser abordada por los revolucionarios y de forma
organizada.

Hay mucho
por lo que luchar. El arte y la cultura de hoy están bajo un grave ataque,
porque es lo primero que desaparece en una crisis capitalista. Hay numerosas
organizaciones que podrían galvanizar la defensa del arte y organizar a los
artistas. Muchos sindicatos organizan a los artistas en industrias artísticas o
culturales. Pero muchos otros se quedan fuera de estos sindicatos porque no
tienen trabajo o porque tienen empleos precarios y no relacionados con su
actividad artística. Pero con un liderazgo sindical combativo, esto podría
cambiar. Hay muchos colectivos, asociaciones, proyectos artístico-políticos y
grupos artísticos que también tienen el potencial de organizar y defender el
arte en general, pero a menudo están aislados y actúan en solitario. También
hay numerosas campañas locales y vecinales que luchan por defender los servicios
en su zona, vinculadas muy a menudo con la necesidad de un centro cultural o para
jóvenes. Todos estos sectores defienden el arte y la cultura, pero se necesita
un movimiento generalizado en el mundo del arte que vincule a diferentes
fuerzas para desarrollar un programa en defensa del arte, los artistas y la
cultura en general. Esta lucha debe estar unida a la lucha por una sociedad
socialista y la necesidad de construir nuevas organizaciones de la clase
trabajadora que luchen de verdad por las necesidades de la mayoría.

Muchas
personas están empezando a extraer conclusiones políticas radicales. Y muchas
intentarán usar el arte para expresar estas ideas, lo que es muy importante.
Los revolucionarios debemos tomar el arte en serio. El capitalismo es el
maestro de la propaganda y utiliza métodos artísticos para socializar la idea
de que el capitalismo es el único modelo humano existente. En una era donde
cualquier persona puede reproducir material de calidad, es negligente no usar
todos los medios a nuestro alcance. Por lo tanto, el arte no puede ser una
cuestión secundaria para los revolucionarios o ser reducida a aspectos
filosóficos. En la propaganda, debemos estar en la vanguardia de las
habilidades humanas para reflejar las ideas socialistas de la mejor manera
posible que permitan los recursos disponibles. ¿Por qué tener un socialismo en
blanco y negro cuando lo podemos tener en color? Tenemos que entender el papel
del arte en la vida humana, aprender de él y usarlo para inspirar a las
personas las posibilidades que podría ofrecer un mundo socialista.

Trotsky, un
líder de la Revolución Rusa, escritor y luchador durante toda su vida contra el
estalisnismo y sus ideas, entendió la necesidad de organizar a los artistas en
uno de los periodos más difíciles para los revolucionarios. Lo intentó a través
del panfleto llamado “Manifiesto: Hacia un Arte Libre Revolucionario”, que
redactó con los artistas André Breton y Diego Rivera. Este intento no prosperó,
pero hoy un movimiento como este tendría más posibilidades de éxito que en la
época de Trotsky; y es más probable que surja de abajo que de artistas
conocidos. Necesitamos organizar a los artistas, necesitamos unirlos a las batallas
de clase, e invitar a los que piensan que el arte es solamente una cuestión
secundaria o algo pretencioso, a debates alrededor del arte y de la cultura en
general que lo presenten como una cuestión ambiental más amplia que está
directamente conectada y que puede ayudar significativamente a la lucha de
clases.

Rob MacDonald, Socialismo Revolucionario (CIT en el Estado español) y
artista residente de “La Fundició de Poblenou” en Barcelona.

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