23/10/2012, Socialismo Revolucionario

La masiva manifestación de la Diada, el pasado 11 de
septiembre de este año ha impulsado la cuestión nacional a lo alto de la agenda
política. La enorme participación y el revuelo político subsiguiente se han
añadido a la crisis política y económica general que se está desarrollando en
todo el estado español. En estos acontecimientos, podemos ver que las
contradicciones nacionalistas históricas no resueltas, que están profundamente
entrelazadas con el capitalismo español, se están mezclando con la crisis económica,
la desilusión generalizada con los poderes políticos establecidos y el
movimiento de masas contra la austeridad. Esto está creando un cóctel de
condiciones explosivas que evolucionarán próximamente.

Crecimiento del apoyo a la independencia

Durante los periodos de
“estabilidad” primero y de “boom económico” después, que llegaron después de la Transición, el
capitalismo presumió de haber resuelto los problemas fundamentales del pasado,
incluyendo el de la cuestión nacional. Sin embargo, después de haberse
profundizado por la opresión de décadas de dictadura, esta cuestión no ha
sido resuelta, y sobre la base de una sociedad capitalista que crea divisiones
no se puede resolver. Ha habido una solidificación lenta pero constante del
apoyo a la independencia en Catalunya en los últimos años. Ahora, debido al
efecto de la crisis, hemos visto otro aumento del apoyo a la independencia, y
algunas encuestas citan un apoyo de hasta el 50%. En respuesta a esto, los
marxistas necesitan preparar el terreno para la lucha por los derechos
democráticos de las naciones, empezando por las necesidades de la lucha de
clases, y forjando la unidad de la clase trabajadora para conseguir el objetivo
de un socialismo y liberación verdaderos y para todos.  

PP y CiU – fundamentalmente lo mismo pero divididos

Con la crisis, se están
abriendo divisiones entre diferentes sectores de las clases dirigentes. Un
ejemplo de esto es el desarrollo de las tensiones entre sectores de las clases
dirigentes representadas por CiU y PP respectivamente. Fundamentalmente, estos
dos partidos tienen una visión común de la “solución” a la crisis. Los dos
creen que la solución es hacer pagar a los trabajadores a través de
privatizaciones, recortes y la destrucción de sus condiciones de trabajo. Ambos
han cooperado, tanto en Catalunya como en Madrid, en la aprobación de
presupuestos y reformas anti-obreros, y en última instancia, estarán dispuestos
a hacerlo de nuevo cuando les convenga por cuestión de imagen. Pero la
profundidad de la crisis y la lucha por una fuente de recursos que disminuye,
junto con la oposición de la clase trabajadora, han llevado a Mas y a Rajoy a
una guerra suicida que ha polarizado aún más la cuestión nacional. La batalla
cara a cara entre Mas y Rajoy es otro síntoma del punto muerto en el que se encuentra
la clase dirigente. 

Sin embargo, las
diferencias que existen entre ellos no deben exagerarse o malinterpretarse. Ambos
llevan una bandera en una mano para apuntalar sus apoyos y un hacha en la otra
para atacar a la clase trabajadora con la austeridad. Su supuesta posición
actual de confrontación les es muy beneficiosa para sus intereses oportunistas:
Rajoy para apuntalar el voto españolista y conseguir una mayor polarización, y
Mas para ocultar sus recortes bajo la bandera independentista. Sus batallas
verbales tienen un elemento de representación teatral. Sin embargo, lo que está
en juego no es solamente sus maniobras políticas, sino verdaderas fuerzas
sociales y sentimientos que podrían desarrollarse fuera de su control.

Rajoy, que rechazó las demandas
de “pacto fiscal” de CiU, estaba bajo presión para no aceptar que una comunidad
autonómica tuviera un mejor acuerdo fiscal que otra debido a la crisis de deuda
y déficits de todas ellas, muchas de ellas gobernadas por el propio PP. Acordar
un pacto fiscal hubiera causado una guerra civil dentro de las filas del PP,
incluso solamente basándose en la cuestión de la financiación de las autonomías.
Además, los sentimientos “españolistas” sobre los que se basa el PP significan
que cualquier otra concesión de Rajoy de derechos a regiones como Catalunya o
Euskalerria podría romper al gobierno desde dentro. Cualquier debilitamiento
del poder central para dictar a las regiones la implementación de medidas de
austeridad podría complicar la agenda de la patronal y esto haría enfadar a
“los mercados”. 

Sin embargo, el apoyo de
Mas y CiU al movimiento en favor de la autodeterminación también es
extremadamente inestable. Dentro de las filas de CiU probablemente hay sectores,
como el liderado por Duran i Lleida, que piensa que Artur Mas está yendo
demasiado lejos, pero que por no entorpecer las próximas elecciones
permanecerán callados. La propia CiU no ha hablado abiertamente a favor de la
independencia, pero ahora la usa como una herramienta para presionar a Madrid y
obtener condiciones favorables. El temor a una pérdida de beneficios de las
grandes empresas catalanas ya ha causado que grandes líderes burgueses, como el
presidente de Planeta, intenten tomar el control sobre el nacionalismo catalán,
por miedo de que esto pueda afectar a su margen de beneficios. Sin embargo, el
nacionalismo catalán es más profundo que esto, y el proceso no va a ser
controlado fácilmente desde arriba, por ejemplo, desde CiU, especialmente si se
les empuja a la izquierda. El cambio de tono de Mas, que intenta evitar
presentar un programa claro de separación del estado español, prometiendo por
ahora solamente un referéndum en los próximos 4 años, ya será visto por muchos
como insuficiente.

¿Catalunya está pagando más de lo que debería? El
vínculo entre la oposición a los recortes y los sentimientos nacionalistas.

Está claro que por el
momento, los argumentos simplistas expuestos por CiU de que Madrid toma más de
lo que da en términos de financiación, ha tenido algún efecto en capas de gente
enfadada por los recortes que se están haciendo en Catalunya. Esta retórica ha
ganado un amplio apoyo. Basándose en el apoyo a este argumento, y a pesar de su
impopularidad en amplias secciones de la clase trabajadora, CiU muy
probablemente ganará las próximas elecciones del 25 de noviembre, posiblemente
con una mayoría más amplia.

El movimiento obrero y la
izquierda deben dejar claro que cualquier intento de CiU de aparecer como
“anti-recortes” es un disparate. CiU está comprometida ideológicamente con realizar
recortes masivos, más allá de los 4 enormes paquetes de austeridad que ya ha
implementando. Bajo su control, cualquier recurso de Madrid se destinaría al
pago de la deuda de los ricos y al rescate de los bancos y de las grandes
empresas, mientras que se continuaría pisoteando los derechos y condiciones de
los trabajadores. ¿Conseguirían los trabajadores cualquier beneficio financiero
o menos recortes en servicios en una Catalunya independiente capitalista, o a
través de un “pacto fiscal” negociado con CiU? NO. El debate liderado por CiU
acerca de las finanzas de Catalunya es una mezcla de verdades y mitos, en los
cuales no tienen cabida las necesidades de los trabajadores, ya sean de
Barcelona, Madrid o Sevilla. El verdadero problema es el sistema capitalista y
su programa de austeridad, que está desangrando a la clase trabajadora. Los
recursos para incrementar el gasto en servicios públicos, en la creación masiva
de puestos de trabajo y en servicios públicos decentes, debe venir de la toma
de la riqueza de los ricos, no a expensas de gastos públicos esenciales en
otras regiones que alimentan la estrategia de “divide y vencerás”.   

Catalunya en Europa

Uno de los eslóganes de la Diada fue “Catalunya, nuevo
estado de Europa”. Mas y CiU – fieles a los mercados capitalistas – sienten la
presión de sus jefes capitalistas europeos. Por eso, recientemente, la batalla
se ha centrado en el tema de la Unión Europea, la legalidad o ilegalidad de un
estado catalán independiente, y si continuaría o no en la Unión Europea y el
euro. Rajoy y otros ministros intentan asustar con la idea de que una Catalunya
independiente sería expulsada de la
UE y el euro (que de hecho sería el resultado inicial
atendiendo a las leyes europeas), mientras que Mas argumenta que Catalunya sería
automáticamente readmitida debido a su peso económico.

Algunos nacionalistas
catalanes promueven la idea de una Catalunya “más social” en una Europa más
federal. Ésta es una fantasía bajo las condiciones del capitalismo. La crisis
en Europa está exacerbada debido a los conflictos nacionales y a los intereses
que la sociedad capitalista no puede resolver. El futuro del propio euro está
en serias dudas. La salida de Grecia y, quizás, de Portugal, es una opción
seria de los dictadores del capital. Y tienen problemas en admitir que incluso
el estado español podría terminar expulsada del euro. El proyecto de Mas es el
de una Catalunya capitalista, construida sobre las víctimas que vaya dejando el
euro. Los simpatizantes de Mas y CiU tienen la visión de un estado pequeño y
efervescente en medio de las aguas tranquilas de Europa. Pero ésta no es la Europa de hoy. Una visión
de un estado-nación de este tipo no prosperará o crecerá, sino que estará bajo
el mismo martillo del capitalismo europeo.

El derecho de autodeterminación y la unidad de los
trabajadores

Hay aspiraciones claras en
Catalunya por una mayor autonomía, incluyendo la independencia. Sería
equivocado declarar, que es solamente un fenómeno de las clases altas o medias.
Es un proceso general con un impacto amplio en toda la sociedad catalana,
incluyendo en la clase trabajadora. El movimiento contra la austeridad ha
alentado nuevos sentimientos nacionalistas, añadidos a la rabia histórica que
ya existía. Sin embargo, una parte importante de la sociedad catalana aún tiene
dudas sobre los desarrollos en dirección a la independencia y los ven con algo
de preocupación.

Hay diferentes tipos de
aspiraciones nacionalistas. SR no apoya el nacionalismo de las clases
dirigentes ni su agenda. No pueden actuar en interés de los trabajadores,
cualquiera que sea su vestimenta o su bandera. Sin embargo, una cosa
completamente diferente son las aspiraciones nacionalistas de la clase
trabajadora de Catalunya. Como siempre han hecho los marxistas, basándonos en
estas aspiraciones, apoyamos el derecho de autodeterminación, incluyendo el
derecho de formar un estado independiente. Sin embargo, advertimos de los
peligros en este proceso, especialmente en Catalunya, donde hay comunidades
minoritarias significativas. Si la lucha por la independencia es capitalista en
su naturaleza y/o está basada en un sector de la población, puede tener el
efecto de dividir el movimiento obrero y debilitarlo en un momento de violentos
ataques capitalistas. El socialismo es fundamentalmente una idea
internacionalista, y se construye basándose en la unidad de toda la clase
trabajadora. Esta es la verdad concreta de cualquier organización genuinamente
socialista.

SR lucha para romper las
barreras entre los trabajadores y unirlos en una causa común que hoy es la
lucha contra la austeridad y por políticas socialistas alternativas. SR tiene
un enfoque flexible, apoyando el derecho de autodeterminación y la
independencia, pero tratando de tener una posición equilibrada sobre qué
defenderá mejor los intereses de los trabajadores, mientras defendemos los
derechos democráticos de todos.

Ruptura del estado español

La ruptura del estado
español debilitaría enormemente el capitalismo, no solamente en el estado
español sino también fuera. Pero la ruptura del estado español no representa
necesariamente una solución para los trabajadores.

Las encuestas actuales
muestran que hay un crecimiento y una radicalización del apoyo a la
independencia, pero para muchos otros esto también está mezclado con un deseo
de mayor autonomía y de una relación más federal o bilateral con el estado
español. Un referéndum verdaderamente democrático sobre la cuestión nacional
debería, por lo tanto, plantear una variedad de posibilidades, en lugar de un
referéndum polarizado entre un “sí” o un “no” a la independencia. Un referéndum
de este tipo representa, por una parte, el deseo del capitalismo español de
concentrar alrededor de éste a los que desean “defender España”, y por otra, un
deseo de asustar a los catalanes para que voten a favor del “status quo”, con
la amenaza de un aislamiento inmediato de España y Europa.

Lo que está claro es que la
crisis del capitalismo ha llevado a un enorme cuestionamiento y oposición al
estado y al sistema que fue aplaudido como la solución a todos los problemas
después de la
Transición. Cuando el movimiento masivo del 15M explotó,
reflejó una creencia muy extendida – especialmente entre los jóvenes – de que
el proyecto pos-Transición de la sociedad española ha fracasado. Esto no
solamente refleja los sentimientos de los catalanes, sino que se encuentran en
todo el estado español. El movimiento también mostró el poder de la solidaridad
y la lucha unida a nivel estatal. Esto también se mostró en la huelga general
de marzo y se volverá a mostrar el 14 de noviembre. SR cree que más que confiar
en el partido de derechas CiU, cualquier lucha por una autodeterminación real
tiene que empezar por una lucha de la clase trabajadora, organizada a nivel
estatal e internacional, con base en nuestros intereses comunes, y en un
programa común por una alternativa socialista que defienda el derecho de
Catalunya y de otras nacionalidades a decidir. 

La lucha por una Catalunya socialista

SR hace hincapié en que la
lucha por los verdaderos derechos democráticos y nacionales es la lucha por el
socialismo y que un programa socialista incluye el derecho de las naciones a
separarse si lo desean y a la formación de una genuina confederación socialista
en bases igualitarias y voluntarias. La lucha de la clase trabajadora trasciende
las barreras nacionales y las fronteras. Sin embargo, ignorar la existencia de
diferentes naciones con sus propios derechos y que la integridad sería
igualmente desastrosa llevaría a un enfoque unilateral que podría, de hecho,
confundirse con un nacionalismo españolista.

La izquierda necesita
intervenir decididamente con un programa de clase para unir a los trabajadores
de todo el estado y ganar a trabajadores del resto del estado español por la demanda democrática al
derecho de autodeterminación en Catalunya. Esto solamente puede hacerse
forjando solidaridad en temas sociales, luchando juntos contra el enemigo común
y, sobre todo, expresando la necesidad de una verdadera transformación
socialista de la sociedad donde el derecho de autodeterminación, incluyendo la
independencia, sería defendido y protegido. Bajo la bandera de una lucha por
una Catalunya socialista, como parte de una federación libre y voluntaria, este
enfoque podría desligar a los trabajadores y a las clases medias de CiU y de
PP.

Peligros para la clase trabajadora: no a las
tácticas de división

En los próximos meses, es
muy probable que el estado español y sus representantes políticos intentarán
bloquear referéndums y protestas usando tácticas de división y otros métodos.
También demonizarán el nacionalismo catalán e intentarán crear divisiones
sectarias entre Catalunya y el resto del estado español. Esto podría
fortalecerse con elementos nacionalistas españoles más extremos que contesten
con la misma moneda, y podría llevar a un mayor crecimiento de la extrema
derecha y el populismo español. El discurso de los elementos españolistas, con
la conclusión de que los vascos y los catalanes están saqueando España, se debe
enfrentar a una explicación anti-capitalista de que los que están saqueando
España son los banqueros y los mercados.

Las divisiones de la Guerra Civil todavía
existen. Portavoces del ejército y líderes políticos del PP han utilizado
palabras como “traición” y han amenazado con actuar si hay movimientos en el
futuro hacia la independencia.

Debemos tomar como aviso el
crecimiento de “Amanecer Dorado” en Grecia que, de manera similar, ha crecido
de la nada y ahora está atacando a inmigrantes y activistas de izquierda y
ganando escaños en las elecciones. Éste es un aviso para las organizaciones
obreras de todas partes.

En este momento somos
fuertes y habrá futuras oportunidades para conseguir el socialismo. Debemos
aprovechar todas las oportunidades para fortalecer las ideas de una
transformación socialista de la sociedad y la unidad de los trabajadores. Una
campaña sectaria para dividir a los trabajadores plantea grandes peligros para
futuras luchas.Debemos oponernos a cualquier desarrollo en esta
dirección. El movimiento hacia el separatismo también lleva consigo el peligro
de la fragmentación de la lucha de clases, que se fortalece por la ausencia de
un polo de atracción para los militantes a nivel nacional, ya sea en el
movimiento sindical o en el de la izquierda. Esta es una contradicción que
solamente puede superarse si se llena este vacío, y si se construye desde las
bases un frente unido de trabajadores y de organizaciones de izquierda,
incluyendo a Izquierda Unida (IU) que es la única organización de izquierdas
que tiene una base significativa en todo el estado, armada con un programa para
derrocar el gobierno del PP y luchar por un gobierno de los trabajadores.

Parte de la izquierda se
posiciona sobre esta cuestión de una manera demasiado simplista, planteando que
la ruptura del estado español es buena, y eso es todo. Hay un peligro de que la
izquierda se convierta en “cheerleaders” oportunistas e incondicionales del
nacionalismo. La tarea del marxismo es la de entrar en los debates y en las
luchas de todos los trabajadores y los jóvenes, vinculando siempre los problemas
con la necesidad de la solidaridad obrera y, sobre todo, de la necesidad de
socialismo y democracia genuinos de los trabajadores. Y no solamente la lucha
de los trabajadores en todo el estado español, sino también la lucha de los
trabajadores en la
Península Ibérica, Europa y, de hecho, el mundo.

¡Qué las elecciones catalanas del 25 de noviembre
sean un referéndum contra la austeridad!

Claramente, CiU ha
convocado las elecciones para fortalecer su posición y distraer la atención de
sus recortes. Estas elecciones son una oportunidad para la izquierda. La
posición de IU, otras organizaciones de izquierda y los sindicatos es crucial
para hacer de estas elecciones un referéndum sobre la austeridad tanto de PP
como de CiU, y para construir la unidad de clase. En estas elecciones tenemos
que vincular la lucha contra la austeridad con el derecho democrático de
autodeterminación en Catalunya.

El derecho a un referéndum de autodeterminación

El derecho a un referéndum
está claro. El pueblo catalán debe tener esta opción. Sin embargo, con CiU en
el poder, lo más probable es que la pregunta planteada por este referéndum no
será pro-obrera. SR apoya un referéndum con múltiples opciones que incluyan
mayor autonomía y confederalismo.   

También explicamos que la
clase trabajadora a través de sus propias organizaciones – los sindicatos,
grupos de pequeños comerciantes, asambleas locales y de centros de trabajo y
que, si es necesario, se deben establecer comités de unidad obrera – deben
plantear una posición clara sobre las preguntas que deberían aparecer en un
referéndum.

La construcción de un partido de masas de los
trabajadores, un componente crucial

La ausencia de una
alternativa de izquierda masiva que arrastre a miles de nuevos trabajadores y
jóvenes a la actividad política, con un programa y una estrategia capaz de unir
a la clase obrera y de luchar por un verdadero socialismo es un factor clave en
estos eventos. Todas las fuerzas – especialmente las bases – de las
organizaciones de izquierda existentes, especialmente IU, podrían jugar un
papel en la construcción de una fuerza como ésta. Pero los ingredientes
necesarios incluyen un programa en el que se recoja el derecho de
autodeterminación, el no pago de la deuda, un gran programa de inversión
pública en puestos de trabajo, la nacionalización de los bancos bajo control
democrático, etc. Basándose en este programa, se podría construir un frente
unido – en Catalunya, pero también en todo el estado español – para popularizar
la idea de un gobierno de los trabajadores con estas políticas socialistas
revolucionarias.

En las elecciones
catalanas, SR hace un llamamiento a votar por candidaturas de los trabajadores
que tomen una posición en defensa de nuestros derechos y de oposición a la
austeridad. Desgraciadamente, probablemente habrá varias candidaturas de
izquierda (incluyendo una alianza entre EUiA y los “eco-socialistas” de ICV, y
una lista presentada por los nacionalistas de izquierda CUP) y el frente único
no será posible. Mientras que defendemos un voto por estas candidaturas,
creemos que solamente sobre la base de una unidad de principios, tanto
electoralmente como en las crecientes luchas, la izquierda y la clase
trabajadora puede mostrar una salida al caos de la crisis.

Demandamos:

  • CiU/PP/PSOE
    tienen la misma agenda capitalista pero con distinto disfraz. Construyamos
    una alternativa de los trabajadores para terminar con el capitalismo.
  • Un voto
    por candidaturas verdaderamente socialistas, la refundación de la
    izquierda y la unión del movimiento obrero. Que las elecciones lo sean
    contra la austeridad y por la unidad. Un programa para terminar con el
    capitalismo.
  • El
    derecho a un referéndum (con múltiples opciones) pero sin dejar que el
    capitalismo decida la agenda. La construcción de una campaña de los
    trabajadores que plantee una posición de clase.
  • Una
    Catalunya verdaderamente socialista como parte de una confederación libre
    y voluntaria del estado español, la Península Ibérica
    y Europa. Libertad para todas las naciones y unidad de todos los
    trabajadores.

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