SR Barcelona

Los Centros de
Internamiento de Extranjeros (CIE) suponen la expresión más clara de la
política xenófoba, clasista y excluyente de los Estados europeos. Son la
antesala de la acción criminal de las actuales políticas contra los refugiados
sirios y de otros países que huyen de las guerras causadas o consentidas por
esta Europa del capital y de la guerra. 

La política de
internamiento conlleva anular los derechos de las personas por el mero hecho de
infringir una norma administrativa: no disponer de permiso de residencia.  Cualquier infracción administrativa se
sanciona con multa, salvo en el caso de los extranjeros, a quienes se puede
internar y limitar su libertad durante un plazo máximo de sesenta días para su
ejecutar expulsión. Eso es xenofobia.

La política de
internamiento afecta a personas que trabajan o buscan trabajo, muchas veces en
condiciones precarias y sin seguridad laboral alguna. El Estado español, al
mismo tiempo, facilita permisos de residencia a quien invierta o compre bienes
inmuebles, esto es, a quien tiene dinero y lo utilice en España, como si el
trabajo no fuera fuente de riqueza.  Eso
es clasismo.

La política de
internamiento lanza el mensaje de que los extranjeros pueden ser una amenaza
para la población por su sola presencia y por ello se ha de adoptar una medida
de excepcionalidad como es el internamiento. Para garantizar la legalidad, se
presentan ante un Juez de guardia, por tanto de la jurisdicción penal, aun
tratándose de una infracción administrativa. Esto es excluyente.

La presencia en
nuestras ciudades de CIEs supone una afrenta para quienes consideramos iguales
a todas las personas y abogamos por una sociedad sin exclusiones. Conlleva
crear una excepcionalidad jurídica y una renuncia a los principios democráticos
básicos. No protestar ni luchar contra ellos implica aceptar la exclusión
institucional, renunciar a una sociedad de hombres y mujeres libres y, en
definitiva, que se impongan medidas inhumanas, como está ocurriendo con los
refugiados que huyen de la guerra y de la miseria en estos momentos.

Por todo ello:
EXIGIMOS EL CIERRE INMINENTE DE LOS CIES.

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