26/07/2019, Mayoría del CIT

Una minoría del CIT ha forzado burocráticamente una desafortunada y dañina división
en la organización socialista revolucionaria más grande e influyente del mundo,
el Comité por una Internacional de los Trabajadores.

Los que siguen al CIT, en sus publicaciones y actividades, serán
conscientes de los importantes debates que han tenido lugar en nuestra
internacional socialista revolucionaria durante los últimos siete meses. Estos
debates han surgido de una situación mundial compleja, con el capitalismo
económica, social y ecológicamente expuesto como un parásito y sus instituciones
ampliamente desacreditadas, mientras que simultáneamente la mayoría de las
organizaciones de trabajadores y de izquierda y sus líderes internacionales no
han estado a la altura del desafío. Como consecuencia, el movimiento obrero en
general aún no ha dejado una huella decisiva en los acontecimientos.

Iniciativas audaces o conservadurismo en pensamiento y acción

Por otra parte, las condiciones que sufren un gran número de trabajadores,
jóvenes, mujeres, migrantes y otras capas de la sociedad han llevado a muchos a
la acción. En el caso de los movimientos de masas contra formas específicas de
opresión, éstos se han caracterizado a menudo por la confusión ideológica y por
diversos grados de influencia burguesa y pequeñoburguesa. La mayoría del CIT y
sus filas creen que la mejor manera de ayudar a superar esta confusión es
participando como el componente más dinámico y programáticamente más claro en
esos movimientos, trazando claramente una línea entre nuestro enfoque obrero y
el de nuestros oponentes.

La anterior dirección del día a día del CIT, que ha llevado a cabo un golpe
burocrático en la organización (la mayoría del Secretariado Internacional y la
fracción minoritaria que reunió a su alrededor), mostró una falta de confianza
para intervenir en estos movimientos. Enfatizaron el temor de que nuestra militancia
se intoxicara de la política de identidad pequeñoburguesa y otras «ideas
extrañas» en estos movimientos y prefirieron, en sus propias palabras,
«atrincherarse» y esperar acontecimientos dentro del movimiento
obrero oficial.

Atacaron a nuestras secciones en Irlanda y Estados Unidos, que dirigieron
con éxito luchas de masas de trabajadores, mujeres y jóvenes, y consiguieron
victorias mientras levantaban la bandera del socialismo revolucionario de una
manera flexible y con principios, de «capitular ante la política de
identidad pequeñoburguesa». La mayoría cree que, lejos de proteger los
principios socialistas de la clase obrera, esta actitud conservadora dejaría a
nuestros miembros sin preparación y las influencias pequeñoburguesas sin
cuestionar en algunas de las movilizaciones de masas más importantes de nuestra
época. Además, estos movimientos se han caracterizado a menudo por una fuerte
participación de la clase obrera, y se expresan cada vez más en la acción
huelguística de la clase obrera, por ejemplo, con huelgas contra el machismo
que se han llevado a cabo en todo el mundo, desde los Estados Unidos hasta
Sudáfrica.

Con los movimientos de masas tomando formas nuevas e innovadoras en todo el
mundo, a menudo, pero no siempre fuera de las estructuras formales del
movimiento obrero oficial, los marxistas que intervenían enérgicamente en estos
movimientos con una perspectiva socialista y de clase fueron denunciados por la
fracción minoritaria del CIT en torno a la mayoría del SI por «dar la
espalda a los sindicatos». Por el contrario, las fuerzas de la mayoría de CIT
mantienen una orientación estratégica, pero flexible, hacia los sindicatos,
donde hemos obtenido victorias cruciales en la lucha, a veces reflejadas en
posiciones de liderazgo en los sindicatos de muchos países.

Tradiciones democráticas

Tener debates de manera democrática siempre ha sido parte de las ricas
tradiciones de CIT. En el pasado tuvimos importantes debates sobre Europa y la
introducción del euro, el carácter de algunos de los partidos populistas de
derecha, la naturaleza de clase del régimen chino y muchas otras cuestiones.
Creemos que esos debates e intercambios fortalecieron la comprensión política
de todos los participantes.

Basándose en las tradiciones del movimiento obrero revolucionario y sus
organizaciones, el CIT tiene en sus estatutos y en los de sus partidos miembros
una serie de garantías incorporadas que protegen a sus miembros contra el
posible comportamiento antidemocrático de su dirección. Todos los cargos
directivos son electos y están sujetos a revocación, ningún cargo electo
proporciona ninguna ganancia material, y cada tres años un Congreso Mundial
compuesto por delegaciones elegidas por las secciones nacionales elige a un Comité
Ejecutivo Internacional (CEI). El CEI dirige al CIT entre estos congresos y
elige un Secretariado Internacional (SI) que asume funciones de dirección en el
día a día. Entre otras garantías, ninguna sección nacional o combinación de
pocas secciones por sí mismas puede estar suficientemente representada como para
dominar un congreso mundial; si un tercio de los miembros del CEI exigen la
organización de una reunión de éste, el SI tiene la obligación de hacerlo; y el
Congreso Mundial elige auditores para revisar las finanzas.

Pero por muy democráticas que sean las reglas, en una organización marxista
creemos que la principal garantía de una democracia sana no son las reglas,
sino la existencia de una militancia de trabajadores y jóvenes que piensen
críticamente y estén preparados para pedir cuentas a los líderes, y con un
entendimiento y educación política que permita una participación plena y
significativa en todas las discusiones clave.

El CIT, como cualquier otra organización, no es inmune a ningún fenómeno
presente en la sociedad, incluyendo el crecimiento de capas conservadoras y el
burocratismo. En nuestros 45 años de existencia hemos tenido que luchar contra
este fenómeno a varios niveles, y la mayoría de las veces hemos sido capaces de
corregirlo sin demasiado daño. Sin embargo, a veces ha requerido la
intervención de una militancia políticamente consciente contra una dirección
central degenerada para salvaguardar el programa de CIT. Este fue el caso
cuando la gran mayoría del CIT se levantó contra la dirección alrededor de Ted
Grant en 1992, y desafortunadamente ha tenido que ser el caso con la dirección alrededor
de Peter Taaffe este año. Las violaciones burocráticas de nuestros estatutos
democráticos nunca han sido suficientes para impedir que los miembros del CIT continúen
construyendo sus secciones y sus organizaciones internacionales.

La mayoría del CIT, unida e intacta en 35 países alrededor del mundo,
continuará luchando por un mundo socialista. Proporcionaremos más información y
análisis de nuestro debate y crisis internos, incluso mediante la publicación
de los documentos internos clave de la disputa, en un futuro próximo.

Golpe burocrático

Hacia la mitad del período acordado para la discusión y debate político
democrático, un grupo minoritario, basado en la mayoría del Secretariado
Internacional de CIT y la dirección del Partido Socialista de Inglaterra y
Gales, han declarado el 25 de julio en un artículo en SocialistWorld.net (un
valioso recurso robado a la mayoría de los miembros de CIT) que han tomado en
una conferencia la «decisión de refundar el Comité por una Internacional
de los Trabajadores» y «convocar un congreso mundial en el año 2020
de las secciones de CIT y los grupos que defienden el programa del CIT».

Lo que esto significa realmente es que están fundando una nueva
organización abierta sólo a la minoría que apoya su dirección. Es un paso dado
sin relación alguna con las estructuras democráticas existentes en el CIT. En
realidad, se trata de un movimiento burocrático sin legitimidad política ni
organizativa.

En el proceso, esta agrupación también se ha apropiado ilegítimamente de
los recursos materiales, financieros y políticos colectivos del CIT (incluyendo
su sitio web internacional y la mayoría de sus cuentas de redes sociales), en
contra de la clara voluntad de la mayoría de sus secciones y miembros. De los
45 países en los que el CIT está organizada en organizaciones nacionales, esta
agrupación tiene una mayoría en sólo siete.

El golpe burocrático que sus acciones representan supone una clara ruptura
con secciones nacionales enteras y miembros del CIT en Austria, Australia,
Bélgica, Brasil, Canadá, China, Chipre, República Checa, Grecia, Hong Kong,
Israel/Palestina, Irlanda, Italia, Costa de Marfil, México, Países Bajos,
Noruega, Polonia, Portugal, Quebec, Rumania, Rusia, el Estado español, Sudán,
Suecia, Taiwán, Turquía, Túnez y los Estados Unidos de América del CIT, así
como con la mayoría de los miembros en Alemania y Sudáfrica que se oponen a sus
planes.

Partidarios del CIT en Inglaterra y Gales celebran una exitosa reunión para oponerse a la escisión por parte de la dirección del Partido Socialista

Además, en Inglaterra y Gales, más de 100 miembros, que representan la
mayoría de los activistas en más de una docena de ciudades clave, han sido
expulsados del Partido Socialista por apoyar a la mayoría del CIT, y se han
visto obligados a comenzar la reconstrucción de las fuerzas del CIT allí. Un
congreso especial del Partido Socialista el 21 de julio aprobó una resolución
que decía que los partidarios del CIT tendrían que actuar fuera del Partido
Socialista, y la dirección del partido les dijo «adiós y hasta nunca»
desde la tarima.

Una degeneración burocrática acelerada

En noviembre de 2018, la mayoría del Secretariado Internacional (SI – un
organismo líder elegido por el Comité Ejecutivo Internacional del CIT),
encontrándose en minoría en el organismo que lo eligió, se lanzó a un violento
enfrentamiento fraccional. Comenzando con una campaña de denuncias
distorsionadas y sectarias del Partido Socialista de Irlanda, se construyó una
narrativa política para acusar a la gran mayoría de CIT de haber roto con los
principios fundamentales del socialismo y el marxismo, y en particular, de
romper con una orientación hacia la clase obrera como la fuerza destinada a
dirigir la transformación de la sociedad.

En una reunión del CEI en noviembre de 2018, en la que la mayoría del SI perdió
el voto, esta lanzó una fracción minoritaria del CIT (llamada «En defensa
de un CIT de la clase obrera y trotskista»). Inmediatamente después, la
mayoría del SI comenzó a ignorar la legitimidad democrática y política del
organismo que lo eligió. El CEI había acordado unánimemente iniciar un debate
político de un año de duración sobre las cuestiones políticas fundamentales que
la fracción minoritaria puso sobre la mesa, durante el cual el CEI se reuniría
de nuevo en agosto de 2019 y se organizaría en enero de 2020 un Congreso
Mundial – el órgano supremo de toma de decisiones compuesto por delegados de
las secciones nacionales.

La mayoría del SI intentó inmediatamente torpedear este acuerdo,
boicoteando al Comité Organizador del Congreso que fue elegido para supervisar
el debate. Luego declararon que las estructuras democráticas del CIT eran
ilegítimas, debido a la existencia de «diferencias políticas
fundamentales». Esto equivalía a rechazar abiertamente cualquier tipo de
rendición de cuentas a quienes los eligieron.

Los procedimientos democráticos de una organización de la clase obrera, que
son especialmente importantes en momentos de debate y desacuerdo, se arrojaron
por la borda. La mayoría del SI declaró explícitamente que no podían participar
en ninguna reunión en la que pudieran ser revocados con una votación
democrática (lo que denominaron «cambio de régimen»). La abrumadora
mayoría del CIT, que defendía el principio fundamental de la democracia de la
clase obrera, fue descrita como «fetichistas constitucionales».

La mayoría del SI, en posesión técnica de cientos de miles de dólares de
las aportaciones de los miembros de CIT, también obstruyó el acceso de un
auditor electo de las cuentas de CIT a los libros de la organización, en una preparación
obvia para huir con este dinero, lo que ahora parecen haber hecho.

La decisión orwelliana de «refundar» una organización, en contra
de la voluntad de sus únicas estructuras democráticas existentes, equivale a un
golpe burocrático. La confiscación de los activos colectivos de una
organización sobre esta base es especialmente atroz. Mientras que cualquier
grupo de miembros tiene derecho a separarse del CIT y a crear una entidad
separada, cualquier organización nacida sobre la base de tales métodos estará
marcada por el oprobio en el movimiento obrero.

Este enfoque burocrático representa una ruptura total con la cultura
democrática de discusión y debate que ha existido hasta ahora en el CIT, que ha
visto innumerables debates internos y discusiones llevadas a cabo de manera
democrática, con una dirección que tenía la confianza para argumentar sus ideas
sin recurrir a medidas burocráticas.

El CIT continúa

Esta escisión sectaria y burocrática del CIT, que ha logrado desorientar a
muchos luchadores honestos de la clase obrera, es un serio revés para el CIT.
Pero como dice el refrán: no llores, ¡organízate!

Además de las acciones criminales de una dirección burocrática degenerada e
irresponsable, esta crisis ha mostrado de nuestra organización todo lo
contrario: que el CIT es una organización sana y viva en la que una mayoría ha
podido levantarse contra la degeneración burocrática y mantener la unidad de la
gran mayoría de nuestra internacional, a pesar de tener que enfrentarse a
algunos de sus líderes fundadores más autorizados en este proceso.

La mayoría de CIT está unida, intacta y conserva una capacidad de lucha
significativa en más de 30 países de todo el mundo. Estamos decididos a
discutir y debatir para extraer todas las lecciones de la crisis por la que
hemos pasado, para construir un partido mundial joven, democrático y poderoso
dedicado a la lucha por una revolución socialista. En este mismo momento,
estamos interviniendo en los eventos explosivos de Puerto Rico, Hong Kong y
Sudán entre otros lugares.

Pronto lanzaremos un sitio web internacional y otras publicaciones.

¡Hacemos un llamamiento a todos los miembros de CIT, y a los trabajadores y
jóvenes de todos los países para que discutan y se unan a nosotros!

Comité provisional de la mayoría del CEI:

Stephen Boyd

Eric Byl

Danny Byrne

Tom Crean

André Ferrari

Cedric Gerome

Sonja Grusch

Vincent Kolo

Claire Laker-Mansfield

Andros Payiatsos

Per-Åke Westerlund

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