21/11/2011, Declaración de Socialismo Revolucionario

Los resultados electorales no nos han sorprendido demasiado. La gran mayoría de los votantes utilizaron la ocasión para aplastar al gobierno de Zapatero y su política desastrosa de recortes y obediencia ciega a los mercados. El resultado del PSOE y Rubalcaba, el peor en su historia, es lo que este partido, que hace mucho tiempo que se ha convertido en un partido 100% capitalista, merecía. Pero en el nuevo escenario, de mayoría absoluta del PP, la situación no va a mejorar, ni en lo económico ni en lo social, para la gran masa. Al contrario, como Grecia nos muestra, la política exacerbada de recortes que implantarán va a resultar en un agravamiento de la crisis, la deuda, y el empobrecimiento de los trabajadores, los desempleados, los estudiantes y sectores precarios de la juventud. La política del nuevo gobierno va a reflejar los intereses y mandatos de los mercados, mil veces más que los de sus votantes. ¡Rajoy ya ha hablado de la posibilidad de tener a un tecnócrata no elegido como su ministro de finanzas! Los motivos para luchar en defensa de nuestros intereses y derechos sobran ya, y sobrarán aún más bajo la suela de este nuevo régimen.

Pero estos resultados no representan un “giro a la derecha” en la sociedad española, como intentan decirnos los medios de desinformación. El PP, a pesar de su mayoría aplastante, solo subieronpor un poco más en cuanto a número de votantes, con 500.000 votos, con una retórica de “cambio” y con una ambigüedad profunda sobre sus políticas de recortes. Pero nuevos votantes, 700.000, pasaron a votar por IU, que se presentó con un programa mas a la izquierda que en las últimas  ocasiones, con un discurso más contundente en contra de la política y dictadura de los mercados. Eso, junto a los 330.000 personas que votaron por Amaiur en Euskadi, tiene mucha más importancia en el sentido numérico y político que la subida del PP.


AMAIUR recordará el 20-N como un hito histórico, por primera vez, la izquierda abertzale ha superado al partido regionalista capitalista tradicional, el PNV, en escaños y ha sido capaz de poner en cuarentena su liderazgo. También, la izquierda abertzale, ha ganado dos escaños en Navarra por la primera vez. El PP es el CUARTO partido en Euskadi. Es previsible que si hubiese ahora unas elecciones autonómicas en Euskadi, ganarían la mayoría en el parlamento vasco, con posibilidad de poder formar gobierno. Esto supondría un verdadero quebradero de cabeza para el capitalismo español, que teme el avance de una lucha a favor del derecho de autodeterminación.

Los resultados también refleja un debilitamiento del bipartidismo, con el fortalecimiento de pequeños partidos y la entrada de al menos 3 nuevas formaciones en el parlamento. Lamentablemente, entre ellos figura UpyD, que representa un cierto peligro, en la medida en que se valen del descontento social para intentar ganar apoyo mediante una retórica populista, en lo que hay también fuertes elementos de extrema derecha (fueron apoyados por varias organizaciones falangistas, con el conocido líder ultraderechista Sáenz de Ynestrillas pidiéndoles el voto [http://blogs.tercerainformacion.es/diseccionandoelpais/2011/11/07/como-ynestrillas-vargas-llosa-apoya-publicamente-a-upyd/), como su discurso españolista. Un tarea clave de la izquierda es desenmascarar a esta organización, como otra formación de los mercados, que no tiene ninguna solución para los problemas de la mayoría.

Los 11 nuevos escaños de IU son un logro muy importante. Pero la principal cuestión es cómo va a emplearlos Izquierda Unida. En el próximo período, la política no solo se hará en el parlamento, en el que IU cuenta ahora con 11 escaños, sino también en la calle, en la que los trabajadores, desempleados, jóvenes, autónomos (el “99%”) son una aplastante mayoría social. Los diputados de izquierdas tienen que ser herramientas al servicio de las luchas sociales y del movimiento obrero, afuera del parlamento. Deberían también utilizar su posición para presionar a los dirigentes sindicales a romper con su silencio criminal y movilizar el poder de los trabajadores en contra los recortes y políticas neo-liberales, asi mismo ayudando a la formación de un movimiento masivo y democratico, dentro y fuera de los sindicatos.

Hace falta una huelga general, construida desde las bases; este sería el primer paso en la lucha por derribar al PP y los mercados a los que representa.

Socialismo Revolucionario apoya la refundación de la izquierda desde las bases, basada en un movimiento de estas características, con la confluencia de IU con decenas de miles de luchadores sociales y otras organizaciones de izquierdas, como “Anticapitalistas”, que logró resultados muy bajos con la política de separarse de Izquierda Unida en la palestra electoral. Una izquierda refundada, masiva y democrática, con una política socialista, revolucionaria, que plantee una alternativa a los poderes económicos y financieros, basada en la propiedad pública, social y democrática de la banca y sectores claves de la economía, y en la lucha internacional por reemplazar el capitalismo por un nuevo modelo que redistribuya la riqueza, podría luchar por un gobierno no del PP ni del PSOE, sino de los trabajadores y la mayoría social.

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