28/08/2019, LSR (CIT en Brasil)

Desde hace semana la selva amazónica se está quemando, y a un ritmo que no puede explicarse por la sequía u otros factores naturales u ambientales, sino por la sed de lucro de la agroindustria cuyos intereses controlan la actual acción del gobierno de Bolsonaro.


En los últimos días se han multiplicado las protestas contra el gobierno de Bolsonaro, tanto en Brasil como delante de muchas de sus embajadas alrededor del mundo. A continuación publicamos la traducción de la hoja que LSR (Liberdade, Socialismo E Revolução, CIT en Brasil) ha distribuido en las protestas de los últimos días.

Es el planeta o el capitalismo – no se puede mantener a ambos….

Desde su primer día en el cargo, Bolsonaro ha estado atacando el medio ambiente, a favor de sus partidarios en las bancas rurales y las grandes empresas. Por un lado, ha estado diciendo que Brasil ya es el país que más preserva el medio ambiente. Por otro lado, dice que las leyes ambientales son un obstáculo para los negocios y ha desmantelado las agencias de protección ambiental, y atacado a los pueblos indígenas diciendo que es necesario aumentar la explotación de la Amazonía.

Cuando el INPE (Instituto Nacional de Investigación Espacial, encargado también de observación de la Tierra – NT) presentó datos sobre el aumento de la deforestación, la reacción del gobierno fue la de negar los hechos.  Cuando la noticia del aumento de los incendios forestales comenzó a hacerse pública, la reacción de Bolsonaro fue primero bromear con que él era el «capitán de la motosierra», luego comenzó de una manera ridícula a acusar a las ONG que trabajan por la preservación del bosque de estar detrás de los incendios, y sólo hizo un guiño para que se actuara contra los incendios después de las reacciones contra la destrucción de la Amazonía en todo el mundo y el hecho de que los dueños de los agronegocios comenzaron a presionar, por temor a que otros países comenzaran a obstaculizar sus negocios millonarios.

Beneficios empresariales por encima de la vida y del medio ambiente

Brasil atraviesa una crisis ambiental que amenaza las condiciones de vida de la población trabajadora y pobre.  El colapso de las presas de Mariana y Brumadinho, las crisis del agua que han asolado el Nordeste y el Medio Oeste y que casi han dejado a São Paulo sin agua, el aumento de la deforestación… Todo esto es el resultado de un sistema que pone el beneficio por encima de nuestras vidas y el medio ambiente. 

El gobierno de Bolsonaro es un enemigo del medio ambiente, así como un enemigo de los pueblos indígenas, las mujeres, los negros y las personas LGBT.  Está promoviendo una reforma de la asistencia social que quita los derechos de los trabajadores, recorta la educación y otros servicios públicos, prepara una serie de privatizaciones, ataques a los derechos de los trabajadores y reformas tributarias para reducir los impuestos de las empresas y de los ricos.  En otras palabras, es un gobierno de extrema derecha que ataca a los trabajadores en todos los sentidos.

La crisis es mundial

Pero la crisis ambiental es global.  El calentamiento global, resultado de un capitalismo desenfrenado, que aumenta cada vez más las emisiones de gases de efecto invernadero, amenaza las condiciones de vida en el planeta.  En esta lucha, figuras como el presidente Macron en Francia y líderes de otros países ricos no son nuestros aliados. Sus acuerdos para limitar las emisiones de gases de efecto invernadero son totalmente insuficientes, porque no los preparan para enfrentarse realmente a las grandes fuerzas que están detrás de la destrucción del medio ambiente: las grandes empresas a las que sirven. Sólo 100 empresas gigantes en el mundo son responsables del 70% de las emisiones de gases de efecto invernadero en las últimas tres décadas. Por eso la lucha contra la destrucción del medio ambiente debe ser una lucha contra el sistema capitalista. No podemos aceptar otro sistema en el que las grandes empresas tengan el poder de destruir el planeta y nuestras vidas.

Los cambios necesarios para salvar nuestro medio ambiente y evitar a tiempo un calentamiento global con efectos catastróficos requieren un cambio total de sistema en los próximos años. Esto sólo será victorioso si logramos unificar las luchas de resistencia contra los ataques del gobierno de Bolsonaro y de otros gobiernos que amenazan nuestros derechos, nuestras vidas y el planeta, para lo cual se necesita mucho más que iniciativas personales.  Los enormes recursos y la tecnología de las grandes empresas deben utilizarse de manera coordinada y planificada. Esto es imposible si estos recursos permanecen en manos de una pequeña élite y se utilizan principalmente para generar beneficios.

La salida ecosocialista

Una salida ecosocialista significa una lucha para que las grandes empresas que controlan la economía se pongan en manos del pueblo. Sólo así será posible una readaptación ecológica total de la producción, el transporte, la vivienda, etc. a través de una planificación democrática, que al mismo tiempo genere puestos de trabajo con salarios y condiciones dignas para toda la población; si la crisis y el sistema capitalista son globales, nuestra lucha y nuestra alternativa también deben serlo. Los actos que comenzaron el 23 de agosto aquí en Brasil contra la destrucción de la Amazonia son un buen comienzo. Necesitamos usar estos actos para construir una participación masiva en la semana de protestas climáticas que tendrá lugar del 20 al 27 de septiembre en todo el mundo.

¡Ven a construir esta lucha con nosotros!

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