Ante una enorme determinación para romper con el actual camino hacia la bancarrota y la miseria

Danny Byrne, Comité por una Internacional de Trabajadores, y Fransisco Oliveira Raposo, Socialismo Revolucionario (sección portuguesa del C.I.T.)

Los organizadores del sindicato CGTP declaró que los trabajadores, pensionistas y jóvenes que inundaron las calles de Lisboa el sábado 11 de febrero fueron 300.000 , en una manifestación convocada contra las políticas de recortes impuestas por la coalición de gobierno de derecha y la troika – Unión Europea (UE), Banco Central Europe (BCE) y Fondo Monetario Internacional (FMI). Esto haría de la manifestación,  la mayor marcha de trabajadores en 32 años, desde el periodo revolucionario de los 1970. Las políticas del gobierno portugués y la troika están conduciendo a la economía y la sociedad más y más lejos hacia la «vía griega», hacia un empobrecimiento masivo y la bancarrota. Pero, con la huelga general ahora anunciada para el 22 de marzo, se está mostrando que, como en Grecia, los trabajadores sacudirán el sistema hasta sus cimientos en la lucha por una alternativa.

Un mar de banderas y pancartas rojas partió de varios puntos del centro de la ciudad y convergieron en un mar humano. Cánticos diciendo que «políticas alternativas son urgentemente necesarias» y «la lucha continuará en las calles y en los centros de trabajo» se escucharon durante toda la marcha, mientras el ambiente de la manifestación representaba un claro cambio hacia una dirección mucho más militante y decidida. Con el anuncio de una huelga general, entra en escena un nuevo periodo de batallas de clase crecientes.

Los recortes de la troika aceleran la degradación social

La continua revelación de datos económicos y sociales del año pasado pinta una imagen bastante clara, que refuerza la necesidad de entrar en el escenario de la lucha. Es éste un cuadro de caída vertiginosa de los niveles de vida, y una crisis económica que está empeorando, en tándem con unos niveles crecientes de recortes que están imponiendo consecutivos gobiernos y la troika. Esto está confirmado por los principales indicadores. El desempleo, ya masivo, está creciendo, y 2011 ha registrado el doble de despidos que en 2010. Y encima de todo esto, los datos muestran una verdadera avalancha de pérdidas de empleo en el periodo de otoño / invierno, después de que llegaran los representantes de la troika. Incluso los inversores capitalistas han anotado que los recortes son un callejón sin salida. 2011 vio una caída del 25% en los encargos industriales y las exportaciones, de nuevo con una rápida aceleración de esta caída en los últimos meses del año.

El desempleo masivo y los ataques a los salarios y las condiciones de los trabajadores, con un recorte en todos los sectores de los sueldos y un aumento de las horas de trabajo a la semana, se  combinan con una subida de los precios de bienes y servicios básicos como la electricidad y el transporte. El resultado es un rápido y masivo empobrecimiento que amenaza la frágil existencia de la clase media portuguesa. Los medios de comunicación han informado sobre como las subidas de precios simplementadas en el último año han conducido a un nuevo reguero de insolvencias y bancarrotas, golpeando abrumadoramente a la anteriormente «clase media». La oficina nacional de ayuda a la deuda (GAS), que facilita asistencia de emergencia a afectados por deudas, informó que la gran mayoría de los que buscaban ayuda eran licenciados universitarios, con unos ingresos de más de 1.500 euros al año. Este proceso, que conduce a una rápida polorización entre una élite rica y una mayoría empobrecida es el espectro que espera a la masa del pueblo portugués en base a la dominación de la troika y el capitalismo.

¿Habrá un segundo rescate?

Sin embargo, la ilustración más chocante del fracaso del paquete de rescate del último año es la situación en relación con la propia deuda. Después de más de un año de austeridad brutal con el ánimo de reducir la deuda y calmar los mercados de deuda, Portugal ahora paga 3 veces más por su prima de riesgo que antes de que se acordara el rescate. El plan sobre el que se acordó el rescate, con una vuelta de Portugal a los mercados financieros esperada para 2013, ha volado por los aires debido al desastroso impacto de estas políticas. Todos los comentaristas «independientes» serios aceptan que estos objetivos son imaginarios, y toman por sentado la necesidad de volver a pedir otro rescate a la troika.

Las fuentes del gobierno siempre están dispuestas a negar estas perspectivas, pero estas negaciones recuerdan fielmente a las de Sócrates, el anterior primer ministro del Partido Socialista, que negó la necesidad del primer rescate justo hasta el último minuto, insistiendo en que «todo estaba bajo control». De hecho, la posición del actual gobierno es tan ridícula que ni siquiera han sido capaces de evitar que la verdad escape de sus propias filas. Eduardo Catroga, un negociador nombrabo por el gobierno para pactar con la troika, admitió hace unas semanas que era necesario al menos «otros 20.000 millones» para cumplir con las obligaciones de la deuda. En una reciente cumbre europea, el ministro de economía portugués fue cogido en cámara hablando con su homólogo alemán, quién le aseguró que una «renegociación» del paquete de rescate sería posible una vez que la situación en Grecia se estabilizara.

¿Cuánto tiempo pasará antes de que el juego termine? Un segundo paquete de rescate inevitablemente

atado a aún mayores recortes, empujaría aún más a Portugal a la senda griega, con aún mayores condiciones de miseria impuestas a la mayoría. Cuando la troika llegó la primera vez, a pesar de una masiva oposición, hubo algunas esperanzas de que la ayuda financiera permitiría superar lo peor. Una capa de persona que recordaba la intervención del FMI en 1979, que precedió a la entrada de Portugal en la UE, y que a pesar de los brutales ataques a la clase trabajadora, dio paso a un periodo de lo que se llamó «prosperidad», tenía esperanzas en que la intervención de la troika tuviera finalmente un resultado similar.

Pero estas esperanzas han sido aplastadas, y también las esperanzas que el capitalismo metió a martillazos a la gente desde entonces, diciendo que una nueva era de prosperidad había nacido para Portugal y Europa. La realidad, que más que ayudar al «ascenso» a la «premier league» de Europa, el capitalismo de la UE simplemente ha cimentado el dominio de los grandes poderes europeos, se está asentando, llevando a una mezcla explosiva en las conciencias.

Nuevos movimientos sociales

La crisis no ha estado exenta de manifestaciones de malestar social. Bajo el gobierno del mal llamado Parido Socialista, liderado por José Sócrates en 2010, se implementaron tres paquetes de recortes, notoriamente llamados «Planes de Estabilidad y Crecimiento» (PECs), que en realidad aceleraron el proceso de crisis y empobrecimiento. El ritmo creciente de los ataques y la gran rabia entre la clase trabajadora condujo a la huelga general de noviembre de 2010, que paralizó la economía. Pero a ésta siguió un periodo de desmovilización del movimiento por parte de los líderes sindicales. Entonces, en marzo de 2011, más de 300.000 jóvenes llenaron las calles en las protestas  «Geracao a Rasca», organizadas a través de Facebook y redes sociales, que fueron un preludio del movimiento de los indignados en Europa. Este movimiento mostró a una nueva capa de activistas, mayoritariamente gente joven, llevados a la lucha bajo la presión de los acontecimientos.

La caída del gobierno de José Sócrates y las elecciones subsiguiene parecieron poner un freno temporal a estos movimientos, pero la nueva coalición de gobierno de partidos de derechas pronto se enfrentó a una nueva oposición de masas. La «Plataforma 15-O» movilizó a 100.000 jóvenes en octubre y ha dado paso a la actividad continua, aunque de menor escala, de varios movimientos sociales como el de los indignados portugueses, «Occupy», «Anonymous», etc.

Parte de la base de las explosiones de estos movimientos sociales a la superficie fue el fracaso del movimiento sindical para perfilarse como una fuerza de lucha confiable y democrática, después de la experiencia de la huelga general de 2010. Sin embargo, con la reentrada del movmiento sindical a escena con una huelga general de enormes proporciones el 24 de noviembre de 2011, seguida por las elección de una nueva dirección del CGTP (la mayor federación de sindicatos) que es vista como más militante, y la manifestación del 11 de febrero, el movimiento de los trabajadores organizados parece haber retomado impulso. Sin embargo, las tareas fundamentales planteadas por los movimientos sociales – la apertura de los sindicatos  basándose en el control democrático de las bases, la organización del «precariado» joven ,y la construcción de un movimiento unido de los trabajadores, jóvenes y desempleados – continúan no resueltas.

Otra expresión de la situación inestable y el malestar ha sido las continuas fisuras en el aparato del estado, con el personal militar y las asociaciones de sargentos en conflicto abierto contra el gobierno sobre los recortes y los cambios de procedimientos. Recientemente, una guerra dialéctica tuvo lugar entre el ministro de defensa y la asociación de sargentos, cuando el ministro demandó que aquellos en las fuerzas armadas que quisieran protestar «buscaran otra profesión». Esto fue contestado con una desafiante carta abierta del sindicato de sargentos, en defensa del derecho de protesta. Los sindicatos y los movimientos sociales deben apoyar todos los intentos de las organizaciones de soldados y sargentos de resisitir los ataques del gobierno, y hacerles llamamientos a unirse a ellos en un movimiento unido, incluyento la defensa del derecho a hacer huelga. Un enfoque como éste podría ser vital en el siguiente periodo de confrontaciones sociales, para debiliar la capacidad de los capitalistas de implementar sus ataques brutales con la fuerza.

CGTP

Los desvergonzados intentos del gobierno y los capitalistas portugueses para aislar a Grecia y describir la situación portuguesa como completamente diferente, recuerdan al esclavo que da latigazos a su compañero para complacer al amo. La prensa capitalista está llena de ataques hipócritas al pueblo griego «que tomó prestado más de lo que podía repagar», etc. Una de sus bravuconadas es que, a diferencia de Grecia, ellos han establecido un «pacto social» sobre el que se puede implementar el acuerdo con la troika. ¡Pero ellos olvidan mencionar que este «pacto» no incluye a la mayor federación sindical del país! Al contrario que la federación menor, UGT, la CGTP ha rechazado firmar el acuerdo «tripartito». Las informaciones actuales indican que hay un movimiento sustancial de miembros y delegados de la UGT hacia el CGTP, mientras éste es visto como un punto de referencia más militante. Esto fue seguido por la elección de Arménio Carlos como nuevo secretario de la CGTP. Arménio comenzó su liderazgo con una serie de discursos vehementes, y hay esperanzas entre las bases del CGTP de que él implementará una nueva estrategia, diferenrte a la de huelgas y manifestaciones esporádicas para dejar salir la presión que seguía la antigua dirección de Carvalho da Silva. 

Que se continúe la manifestación del sábado 11 de febrero con el anuncio de una huelga general el 22 de marzo es un buen comienzo. Socialismo Revolucionario (CIT en Portugal), mientras da la bienvenida a la oportunidad que un nuevo liderazgo representa para luchar por una política alternativa, demanda que la batalla de clase esté democráticamente controlada desde las bases, sin dejar a los líderes de la dirección con el poder no contestado de convocar o desconvocar acciones y movilizaciones. La huelga general debería estar democráticamente construida por asambleas masivas y comités de huelgas en los centros de trabajo, barrios, universidades y escuelas, con un plan para derrotar al gobierno y sus políticas que incluya una serie de huelgas generales de duración creciente, vinculada con políticas alternativas, como el no pago de la deuda a los banqueros y especuladores y por una inversión masiva de la riqueza de la sociedad en empleo y en proyectos útiles socialmente. Estos organismos deberían estar abiertos a los miembros de la UGT que deseen participar en las acciones de huelga, y a los trabajadores no sindicados.

Por una respuesta política al chantaje 

Los miembros de SR intervinieron en la manifestación del 11 de febrero vendiendo copias de nuestro periódico e intentando contruir apoyos por nuestras ideas. Ahora más que nunca, es necesaria una respuesta política clara al chantaje de los partidos capitalistas y la troika. Sin embargo, es trágico que en este escenario crucial los líderes de los partidos de izquierda de masas continúen confinados en sus demandas de «renegociación» de la deuda. Pero, ¿en base a qué negociación la deuda sería aceptable, o sostenible? En Grecia la deuda ha sido renegociada con un 70% de «pérdida» de la deuda del sector privado. Esto está mucho más lejos que el tipo de renegociación demandada por Francisco Louca del Bloque de Izquierda en el momento de la intervención de la troika, cuando demandó una negociación para bajar los intereses de la deuda. E incluso esto no ha hecho nada y no hará nada para revertir el proceso de devastación en Grecia.

Desde el movimiento de la clase trabajadora organizada y los partidos de izquierda que deberían representarla no puede haber otra repuesta que repudiar la deuda. Con la nacionalización de los bancos y de los sectores claves de la economía bajo control democrático, podríamos desarrollar un plan de emergencia para combatir la crisis y la espiral de pobreza. Basándose en luchas masivas y en la campaña por un programa positivo, un frente unido de los partidos de izquierda (especialmente del PCP y el Bloque de Izquierda) podría popularizar este programa, y la alternativa de un gobierno de los trabajadores para transformar la sociedad portuguesa en una línea socialista.

A aquellos que dicen que esto volvería a los poderos del euro contra nosotros, nosotros decimos que la ofensiva internacional de los capitalistas y la UE debe enfrentarse con el internacionalismo de la clase trabajadora. La acción y la lucha internacional es la clave para cualquier alternavia a la crisis actual. Las próximas movilizaciones en el sur de Europea, con una huelga general en Italia el 9 de marzo, una batalla inminente contra la nueva reforma laboral en España, y la continuación de la agitación en Grecia, deben estar coordinados con el movimiento en Portugal. Una huelga general coordinada en estos países podría transformar la situación, dar confianza a la clase trabajadora y mostrar el poder de los trabajadores, los jóvenes y los desempleados cuando se movilizan internacionalmente. Basándonos en este poder, se puede construir una Europa de los trabajadores, alternativa a la UE capitalista.

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