KURDISTÁN: EN DEFENSA DE KOBANE Y DE TODOS LOS AMENAZADOS POR EL ESTADO ISLÁMICO, EL AKP Y EL IMPERIALISMO
Por
la defensa democrática de la clase trabajadora y la lucha masiva
contra el capitalismo
30/10/2014, Traducción
de un panfleto de Sosyalist Alternatif (CIT en Turquía)
El
cantón de Kobane, que es parte de Rojava (Kurdistán sirio), ha
estado bajo asedio desde el 16 de septiembre y se ha convertido en uno de los puntos principales de resistencia al avance del Estado
Islámico (EI). Hay muchas noticias sobre como los defensores de
Kobane están parando los pies del EI, cuando muchos pensaban que
Kobane estaba a punto de caer. Pero el peligro no ha pasado, y hay
aún miles de personas enfrentándose a la amenaza de la masacre.
El
EI está atacando Kobane con tanques y misiles, con una fuerza
militar similar a la de un estado mediano. El estado turco y el
gobierno del AKP han estado dando apoyo tangible al EI y ha tratado
de boquear la ayuda enviada al YPG, las fuerzas de defensa de Kobane.
También han intimidado a las masas que están saliendo en
manifestación en solidaridad con Kobane y han puesto obstáculos a
la lucha contra el EI, incluyendo la introducción de legislación
más represiva en la propia Turquía.
El
pueblo de Rojava ha tomado control de la región donde viven (un
proceso que comenzó en Kobane en 2012) y han intentado establecer
una región autónoma bajo el modelo, según han proclamado, del
secularismo y auto-gobierno, y sin divisiones religiosas o étnicas.
Esta situación ha sido un paso adelante muy importante por parte de
la mayor nación en el mundo sin estado, los kurdos, pero también
está en completo contraste con la agenda reaccionaria del EI y otros
en Oriente Medio.
El
EI está utilizando los métodos más brutales para crear una
atmósfera de terror y está tratando de establecer un estado
teocrático basado en las leyes más reaccionarias. Entre sus muchos
objetivos, el EI quiere barrer el PKK (el Partido de los Trabajadores
del Kurdistán) y el PYD (Partido de Unión Democrática) de esta
región, porque ambos, con su ideología secular, tienen políticas
antagónicas con el EI y representan una amenaza para sus fines.
Además, el EI quiere extender su autoproclamado estado, tomando la
ciudad estratégica de Kobane, e incrementar su poder en la región.
Por
una parte, el régimen turco quiere reducir a escombros todos los
avances que han conseguido los kurdos hasta ahora. Y por otra parte,
quiere convertirse en un poder imperial en la región liderando una
intervención militar contra el régimen de Assad y con la esperanza
de que lo apoyen los grandes poderes occidentales. A su vez, estos
poderes occidentales están perdiendo terreno en la región, por lo
que quieren restaurarlo y crear la percepción de que son los
salvadores de los pueblos de la región.
¿Pero
son los poderes occidentales los salvadores?
Muchos
han demandado una intervención militar y el apoyo con armas de los
poderes imperialistas, particularmente después del ataque del EI a
Shingal, y hubo demandas similares después de que comenzaron el
asedio a Kobane. Pero la idea de estabilidad para los imperialistas,
para el gobierno turco y para otros en la región no tiene nada que
ver con el genuino deseo de estabilidad de las masas trabajadoras. La
estabilidad para estos regímenes significa la continuación de la
explotación del petróleo, el saqueo de los recursos naturales de la
región y el mantenimiento del balance de fuerzas; no significa
terminar con las bombas, la muerte, la opresión o la explotación.
Las organizaciones y estados pro-capitalistas quieren secuestrar las
demandas de de ayuda humanitaria y militar para la gente que está en
riesgo de ser masacrada para favorecer sus intereses.
Es
fácil entender por qué la gente amenazada por el EI demanda el
bombardeo de sus posiciones alrededor de Kobane, o la apertura de un
corredor de asistencia a la resistencia de Kobane desde Turquía.
Pero los recientes acontecimientos muestran cómo los diferentes
poderes se han movido para defender sus propios intereses y contener
el movimiento de las masas. Los EEUU iniciaron un suministro limitado
de armas a los defensores de Kobane pero ya está solicitando
contrapartidas económicas, pidiendo que el movimiento de resistencia
no amenace los intereses estadounidenses en la región.
Aunque
siempre se visten con los ropajes de la ayuda humanitaria, todas las
intervenciones militares apoyadas por las fuerzas imperialistas no
solamente han terminado en desastres sangrientos (Iraq, Libia…)
sino que en una gran parte son el origen de la actual pesadilla que
están sufriendo los kurdos y otros pueblos de la región.
La
decisión del gobierno del AKP de permitir a su corrupto aliado, el
régimen de Barzani (presidente de la región semi-autónoma del
Kurdistán iraquí) enviar sus propias fuerzas a Kobane, tiene el
propósito doble de detener al EI e intentar controlar el movimiento
en Rojava tratando de marginar a los luchadores más a la izquierda
del PKK y el PYD.
Por
esto la lucha contra el EI debe ser parte de una guerra
revolucionaria que atraiga a todos los trabajadores y oprimidos, que
tenga como objetivo unirlos en la lucha contra la opresión y por una
alternativa real contra los corruptos gobiernos y dictaduras
pro-capitalistas de la región. Así se puede minar el apoyo al EI y
unir a todos los trabajadores de la región, ya sean estos kurdos,
turcos, árabes, suníes, chiíes, cristianos, etc.
La
defensa de Rojova
Defender
Rojova es muy importante en varios aspectos. La caída de Kobane
significaría no solamente la posible masacre de muchas personas que
aún viven allí, sino también el final cruel de una lucha que ha
inspirado a muchos kurdos, jóvenes y trabajadores
internacionalmente. También fortalecería al EI geográfica y
logísticamente. En este sentido, la caída de Kobane significaría
una derrota para toda la gente que está luchancho en otros países
contra el EI y por un mundo mejor.
En
el pasado, los regímenes estalinistas de la antigua Unión Soviética
y el Este de Europa, a pesar de sus monstruosas características
dictatoriales, ejercía un contrapeso global contra las políticas
capitalistas e imperialistas. Después de su caída en los años 90,
el movimiento internacional de la clase trabajadora se enfrentó a
una gran derrota debido a la desilusión de los trabajadores, al no
tener una alternativa al capitalismo y por la renovada ofensiva de
éste. Los organizaciones socialistas de Oriente Medio se
desintegraron o giraron a la derecha. Las masas de la clase
trabajadora y los campesinos en Oriente Medio sufrieron también la
opresión de la pobreza, las intervenciones imperialistas y los
regímenes dictatoriales. Éstas comenzaron a buscar una alternativa,
y una capa de éstas se dirigió al islamismo o incluso a
organizaciones yihadistas. Pero esto no resolvió los problemas del
pueblo; por el contrario, las situación ha empeorado y se ha vuelto
más compleja.
Sin
embargo, los años del capitalismo triunfal han terminado y éste se
encuentra ahora en una crisis histórica. Al mismo tiempo, han
sacudido al mundo revueltas masivas de trabajadores, pobres y jóvenes
contra el capitalismo. Las masas de Túnez y Egipto derrocaron sus
dictaduras hace casi 4 años. La defensa y el posterior triunfo de la
lucha en Rojava podría influir positivamente estas luchas y ayudar a
desbloquearlas. Pero estos enormes movimientos han mostrado también
que es vital que mantengan un rumbo independiente de cualquier fuerza
pro-capitalista para construir la lucha de la forma más efectiva.
Además,
el modelo de gobierno en Rojava no puede triunfar si se basa en el
capitalismo y no se extiende más allá de estos pequeños cantones.
Rojava tiene una infraestructura industrial muy limitada, por lo que
estas zonas aisladas no son sostenibles si no se convierten en polos
de atracción de los trabajadores y campesinos pobres que viven en
las regiones fronterizas.
Para
que esto suceda, lo más necesario es que la gran mayoría de la población se involucre en la resistencia y la defensa de Rojava. Se
deben organizar democráticamente comités y milicias de voluntarios,
y fortalecerlos donde ya existan, para implicar a la población y construir una resistencia férrea contra la ofensiva del EI. Estos
comités y milicias deben inspirarse en los mejores ejemplos de
resistencia armada de la clase trabajadora, como la lucha de los
trabajadores de Barcelona contra el golpe fascista en España de
1936.
Esto
debe hacerse con el objetivo consciente de construir una lucha masiva
e internacional para derrocar el sistema económico basado en el
lucro del capitalismo en Oriente Medio. Y a través de la acción y organización masiva, independiente y no sectaria de la clase
trabajadora y los pobres de toda la región. Por esto, Sosyalist
Alternatif lucha por el desarrollo de una Rojava socialista, que
forme parte de una confederación voluntaria e igualitaria de Oriente
Medio, y de un mundo socialista.