14/01/2017, Socialismo Revolucionário, CIT  en Portugal

A través de la
influencia que ejerce sobre la Mesa Nacional del Bloco de Esquerda, el
Secretariado del Partido — entre los que se hallan algunos de los nombres más
conocidos y mediáticos — acusó a un grupo de militantes de “infiltración”,
instaurando y manejando contra ellos una fraudulenta Comisión de Investigación
que concluyó, el día 8 de enero, con seis expulsiones presentadas como una
“anulación de adhesión”.

Todos los
militantes del Bloco de Esquerda que en este momento están siendo expulsados y
perseguidos forman parte de un colectivo político que anunció públicamente sus
intenciones de constituirse como tendencia del Partido, tal como prevén los
estatutos, habiéndose mostrado también dispuestos a mantener una reunión con
los órganos electos.

Este colectivo existe con el nombre de Socialismo
Revolucionario, reconocido como sección portuguesa de una organización
internacional marxista, el Comité por una Internacional de los Trabajadores.
Todo ello es habitual en el Bloco de Esquerda que tiene desde su fundación a
miembros de tendencias como Izquierda Alternativa, a miembros de organizaciones
políticas como la UDP, a miembros de organizaciones internacionales, como el
Secretariado Unificado de la Cuarta Internacional e incluso a miembros de
variados movimientos sociales, asociaciones y organizaciones culturales y
políticas de carácter no partidista.

Más aún, la posición de Socialismo Revolucionario con
relación al papel fundamental del Bloco de Esquerda en la lucha por una
sociedad socialista no anula la voluntad individual de cada uno de sus miembros
de adherirse al partido, de acuerdo con sus convicciones personales. Entre los
afectados por la Comisión de Investigación y los suscriptores de la solicitud
de tendencia Socialismo Revolucionario hay varias personas que participan
activamente en el Bloco de Esquerda como adherentes o simpatizantes hace ya
varios años. Esa relación de mucho tiempo justificó un comunicado público por
parte de SR, el día 21 de Junio de 2016, afirmando el compromiso e iniciativa
de sus militantes en la construcción y dinamización de bases democráticas del
BE que fomenten la discusión y formación políticas para una mejor intervención
en las luchas de los jóvenes y trabajadores. Cada uno de los afectados por esta
purga se presentó, desde el inicio de su actividad en el BE, y ante todos los
camaradas de partido, sin jamás esconder que formaba parte del colectivo
Socialismo Revolucionario.

Los motivos de esta purga no son, por tanto, una “infiltración”.
Sin embargo, tampoco son sencillamente una simple discordancia política — algo
que sería por sí mismo una grave violación de los estatutos y de la ley. Las
discordancias políticas tenidas con la línea mayoritaria hasta el momento
actual venían recibiéndose con insultos, mentiras, difamación ante los
militantes, pero nunca con expulsión.

Lo que llevó al Secretariado y a la mayoría de la Mesa
Nacional a proceder a la expulsión de militantes fue la desesperada necesidad
de impedir el desarrollo de la vida política del partido, una vez que el poder
de tales dirigentes se asienta firmemente sobre la ausencia de actividad
política de los militantes del partido y, por tanto, del escrutinio de las
bases.

Los miembros del colectivo Socialismo Revolucionario,
junto a otros miembros del Bloco de Esquerda, contribuyeron a dinamizar las
reuniones de los jóvenes del partido en Lisboa y fomentar en estos espacios el
espíritu crítico y la discusión democrática, abierta, verdaderamente plural que
forma parte de la genuina tradición política del Bloco de Esquerda. Las
consecuencias se dieron de forma inmediata: el aumento de la participación en
las reuniones de los jóvenes del Partido, la participación organizada de los
jóvenes en acciones de solidaridad con el movimiento laboral, el crecimiento del
ala izquierda reunida en torno a la Moción R, el creciente cuestionamiento de
varios aspectos cada vez más antidemocrático del funcionamiento del partido.

Impidiendo por todos los medios posibles estos procesos,
el Secretariado pisoteó los estatutos y la ley, abrió un inédito proceso de
persecución y expulsión de militantes, manchó la historia del Bloco de Esquerda
y reveló su verdadero carácter. Al proceder de esta manera, se cuestiona al
Bloco de Esqueda como espacio “capaz de suscitar, mediante sus propuestas, la
adhesión de cuantos se reconocen en ellas y de incorporar el apoyo y la
participación de corrientes organizadas de intervención política o social y de
otras múltiples opiniones”, de forma a ser “una izquierda popular, plural,
combativa e influyente”, tal como se establece en el manifiesto fundador del partido.

Esta posición de la mayoría de la Mesa Nacional fue
ampliamente difunda por la prensa a través de un comunicado oficial que
contenía en su texto informaciones falsas y difamaciones. 

Los miembros del
colectivo Socialismo Revolucionario, cada vez más limitados en el acceso a los
mecanismos democráticos internos del partido y ante los nuevos acontecimientos,
están ahora obligados a la denuncia pública para defender, no sólo sus
derechos, sino también al propio Bloco de Esquerda y su proyecto político original. 

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