01/03/2020, ROSA (artículo original y más información en la página web de ROSA)

Desde #MeToo a «Ni una menos», pasando por las huelgas en Google, y por las huelgas feministas de millones de personas en el Estado español, desde las protestas que han vencido contra las leyes de «Cásate con tu violador» en Oriente Medio hasta el movimiento que consiguió el aborto legal y gratuito en Irlanda, ha emergido en las calles y en los centros de trabajo un poderoso feminismo de lucha. 
Somos activistas alrededor del mundo que ayudan a construir esta lucha, y el ala socialista-feminista del movimiento.
Luchar contra todas las formas de misoginia y sexismo está vinculado por la lucha por el control de los alquileres y la vivienda pública, por un salario igual y digno, la lucha contra el cambio climático y contra el racismo, la transfobia y la extrema derecha.
El feminismo socialista significa romper con el feminismo del «establishment», que busca feminizar a la élite capitalista. El capitalismo (un sistema que origina una desigualdad extrema, basada en la explotación, un sistema que perpetúa la guerra) es un sistema incapaz de acabar con la opresión y la violencia.
Ayúdanos a construir un movimiento feminista socialista, aliado del conjunto de la clase trabajadora y los oprimidos de este mundo, para luchar contra toda explotación y opresión y luchar por un futuro socialista libre de violencia, desigualdad y destrucción del medio ambiente. Ponte hoy en contacto con nosotras para unirte a nuestra lucha.

Declaración fundacional de Rosa

1.
En
todo el mundo, las mujeres luchan contra la violencia, la discriminación y la
opresión. Hay una creciente conciencia de que el sistema capitalista alimenta y
crea opresión. Debemos levantarnos, desde abajo y apoyar las luchas mutuas en
todos los países. Siguiendo los pasos de la pionera socialista Rosa Luxemburgo
y la heroína de la resistencia Rosa Parks, nosotras, que nos organizamos en
ROSA, somos feministas socialistas, y queremos contribuir a la movilización
contra el sistema capitalista y por una lucha internacional contra la opresión
de las mujeres.

 

2.
Las
trabajadoras son fuertemente explotadas bajo el capitalismo. Las mujeres ganan
un 24 por ciento menos que los hombres a nivel mundial. Realizan más del 75 por
ciento del trabajo doméstico no remunerado. Las mujeres constituyen la mayoría
de los pobres de hoy. Una de cada tres mujeres en todo el mundo ha
experimentado algún tipo de violencia física o sexual en su vida. ¡No tiene por
qué ser así!

 

3.
En
América Latina y Rusia, por ejemplo, la gran epidemia de feminicidios se ha
hecho visible y ha sido combatida por el creciente movimiento feminista. El
control sobre los cuerpos de las mujeres se extiende desde los gobiernos que
imponen códigos de vestimenta, hasta los límites del derecho a tomar nuestras
propias decisiones sobre el embarazo o la maternidad, o hasta el ejercicio del
poder mediante la violación y el acoso sexual. Una visión sofocante y alejado
de la sexualidad, estigmatiza todo lo que está fuera o sea diferente de la
norma heterosexual. Todos sufrimos de esto de una forma u otra. Los roles de
género en la sociedad actual enseñan a los hombres desde el principio a tomar
más espacio y a las mujeres a ser más pasivas.

 

4.
Unimos
fuerzas y nos hacemos fuertes en nuestra voz común, nos enfurecemos, exigimos
control sobre nuestros propios cuerpos. Las luchas de las mujeres han ganado
algunas victorias importantes en los últimos años, como las luchas colectivas de
#MeToo, Ni Una Menos y otras que han elevado la conciencia contra el acoso
sexual, lo que ha llevado a leyes más estrictas y programas de acción sindical
en algunos países. Las huelgas de los trabajadores en McDonalds y Google sobre
este tema han sido vitales para mostrar cómo podemos ganar. En otros lugares ha
habido avances como la introducción del derecho al aborto o la abolición de las
leyes de casarse con su violador.

 

5.
Pero
tan pronto como el movimiento se enfríe, la opresión aumentará nuevamente. Los
ejemplos incluyen tribunales que dejan en libertad a los autores y dictan un
juicio sobre las víctimas de violación. Como un proyecto de ley para casarse
con su violador que se reintrodujo en el Parlamento turco después de haber sido
rechazado por el movimiento en 2016. Los militares aún usan la violación como
arma de guerra.

 

6.
Los
capitalistas obtienen enormes ganancias a través de la explotación laboral
asalariada y la opresión especial de las trabajadoras con peores condiciones y
salarios más bajos. Los gobiernos reducen el estado del bienestar hasta que
está de rodillas mientras los ricos y las máquinas de guerra están nadando en
dinero. Las personas en el poder están promoviendo conscientemente el sexismo,
el racismo y la opresión a las personas LGTBI para establecer diferentes grupos uno contra
el otro. Incluso en países que han sido precursores «progresistas» en
el mundo, existen reveses tanto en las crecientes diferencias de clase como en
la igualdad de género. Es inherente al sistema.

 

7.
El
capitalismo tiene que ser abolido. Es un sistema que usa y reproduce la
opresión patriarcal de género y la heteronormatividad todos los días al dar a
las mujeres y a las personas LGTBI salarios más bajos y peores condiciones
laborales. El capitalismo como sistema se basa en la desigualdad y la
destrucción masivas, con crisis económicas en curso. En este momento, se gastan
grandes sumas de dinero en guerras comerciales para decidir qué potencia global
controlará el mercado mundial, qué potencia imperialista tendrá más espacio
para empobrecer aún más a los pobres, destruir la naturaleza y los derechos de
los pueblos indígenas. Las guerras se inician como resultado de esta lucha por
el poder imperialista con la muerte, el sufrimiento y las mareas de refugiados
a su paso. Y mientras tanto, el capitalismo nos acerca a una catástrofe
climática completa al continuar con su despiadado saqueo del medio ambiente y
vertiendo cada vez más gases de efecto invernadero.

 

8.
La
sociedad capitalista no podría funcionar sin la gran cantidad de horas
dedicadas al trabajo no remunerado de las mujeres en el hogar. Muchos de estos
trabajos podrían realizarse de manera más eficiente y respetuosa con el medio
ambiente si se organizan colectivamente en los servicios públicos, asumiendo
colectivamente la carga de los hombros de las mujeres.

 

9.
En
2019 hubo levantamientos contra la austeridad, la desigualdad sistemática y la
corrupción en varios países y, a menudo, las mujeres se organizaron y
protagonizaron en estos. Algunos informes afirman que las mujeres constituían
dos tercios de los manifestantes en Sudán y más del 40% de los ocupantes de las
plazas en Iraq. El feminismo ha sido una punta de lanza y ha profundizado el
levantamiento en el Líbano. La canción feminista chilena contra la violación y
el estado se está extendiendo como un incendio por todo el mundo.

 

10.
En
varios ejemplos, las fuerzas estatales violan o ciegan a las personas con balas
de goma para evitar que se levanten. Esto se debe a que el estado trabaja para
proteger no solo el neoliberalismo sino toda la economía capitalista y la
sociedad de clases. Algunos estados están permeados por la corrupción, la
opresión nacional y el sectarismo religioso para gobernar por división,
mientras que otras naciones llamadas democráticas reducen y privatizan la
atención médica y la educación, por lo que las vidas de las mujeres y los
trabajadores se descomponen en pedazos.

 

11.
Figuras
como el presidente de Estados Unidos, Donald Trump y el presidente de Brasil,
Jair Bolsonaro, han provocado indignación masiva y movimientos contra sus
actitudes sexistas. Sin embargo, recurrir a ataques contra las mujeres para
obtener el apoyo de un pequeño sector conservador de la población es un signo
de su debilidad, no de su fuerza. Los movimientos de masas pueden derribar
estos regímenes. Tampoco es que haya un amplio apoyo para su intolerancia. En
general la mayoría de las personas en todo el mundo están enfadadas con la
incapacidad del capitalismo para proporcionar un nivel de vida decente y apoyan
las políticas de izquierda e incluso socialistas. No ha habido una fuerza
política estable que haya podido expresar esta ira, lo que ha permitido que
organizaciones populistas o reaccionarias de derecha llenen el vacío en algunos
casos. Proporcionar respuestas y un camino a seguir es una de las tareas del
movimiento global de mujeres en general y de las feministas socialistas
específicamente.

 

ROSA lucha
por el socialismo democrático, que reivindica:

 

  Un salario digno, contratos adecuados y horas
garantizadas, por el derecho a horas de tiempo completo. Abolir la
discriminación salarial y la brecha de género mediante la abolición de los
bajos salarios mediante la reducción de las ganancias capitalistas no de la
explotación de los trabajadores.

 

  Una reducción significativa en las horas de trabajo a tiempo
completo sin pérdida de salario. Esto aumentaría la seguridad social, la igualdad
y proporcionaría ingresos para todos. El empleo debe ser seguro. 

 

   Bienestar para todos. Seguro social confiable, licencia parental y
pensiones.  

 

   La sociedad debe ser responsable de una buena atención médica,
educación gratuita y cuidado de los niños, una vida digna en la vejez, acceso
fácil y asequible a las necesidades básicas como agua, suministros sanitarios,
calefacción y electricidad. La familia no debe ser una fuente de desigualdad.
Necesitamos un cambio que comience ahora pero necesitaremos una
transformación completa de toda la sociedad para conseguirlo. 

 Lucha por viviendas de buena calidad, asequibles y de propiedad
pública, así como transporte público gratuito, seguro y ecológico: ¡no podemos
confiar en el sector privado!  

 

  Alto a la cosificación de las mujeres, luchar por la autonomía
corporal y el derecho de las mujeres a decidir. Contra la trata de mujeres y la
explotación sexual en todas sus formas. 


   La lucha contra el acoso sexual, la violencia de género y la
objetivación debe incluir a toda la sociedad, desde educación sexual en las
escuelas hasta capacitación especial para trabajadores sociales, personal
sanitario, policía, tribunales y sindicatos. 


 Abajo todas las leyes patriarcales y la discriminación basada en
el género, por la abolición de los tribunales religiosos y la separación de la
religión y el estado. La clase trabajadora, incluidas las organizaciones de
mujeres, sindicales y comunitarias, debe tener un control democrático sobre los
jueces y la policía para garantizar que realmente hagan justicia.

 

 Las corporaciones financieras como las multinacionales y los
bancos deben ser propiedad colectiva de la sociedad y ser controladas democráticamente
desde abajo por la clase trabajadora y los oprimidos.

  

  La sociedad debe funcionar democráticamente en todos los niveles
desde abajo con representantes elegidos sin privilegios y con total
transparencia.  

 

 Una completa transformación de la sociedad. Tomar en manos públicas los
recursos de sectores clave de la economía, incluidos los bancos y las grandes
empresas, y crear una economía libre de
emisiones de combustibles fósiles y orientada a erradicar la pobreza y toda opresión.
La economía debe ser planificada y controlada por los trabajadores.  

 

 Por un mundo socialista orientado a la paz y el bienestar, contra
la burocracia y la opresión. Que permita que las personas vivan en armonía unas
con otras, con el ecosistema, la vida animal y la naturaleza en general. En un
mundo socialista, podremos desarrollarnos como seres humanos, libres de la
restricción de roles de género y opresión sexual.

 

12.  Está claro que las ideas feministas
liberales de atraer a más mujeres a los parlamentos y consejos de administración
son un completo callejón sin salida.
Mujeres
líderes como Theresa May en Gran Bretaña, Angela Merkel en Alemania y Christine
Lagarde, directora del FMI, respaldaron una brutal austeridad que hirió la
vida, las oportunidades y los derechos de las mujeres de la clase trabajadora.
Necesitamos cambiar el sistema para lograr una verdadera igualdad, en lugar de
simplemente incorporar más mujeres en los puestos de la clase explotadora. La
lucha por un cambio genuino de sistema necesita la unión de la clase
trabajadora de todos los géneros se unan y luchen por mejoras en todas nuestras
vidas.

 

13.
ROSA
trabaja para que mujeres combativas, LGTBI y movimientos de trabajadores
pongan al principio el feminismo socialista y el antirracismo. Toda forma de
sexismo o prejuicio divide a la clase trabajadora, debilita la lucha y tiene
que ser combatida con determinación. El feminismo socialista incluye
trabajadores de todos los géneros: las luchas y las discusiones aumentarán la
conciencia.

 

14.
Cuando
estamos en huelga, debemos asegurarnos de golpear el sistema donde tiene el
mayor impacto, deteniendo la producción y, por lo tanto, las ganancias. Las
grandes corporaciones tienen el poder real sobre la sociedad y eso es lo que
debemos desafiar.

 

15.
La
clase trabajadora tiene una posición única y poderosa porque somos el centro de
la producción. Suspender el trabajo mediante huelgas y otras formas de lucha
puede ejercer este poder, paralizando a países enteros. Por clase trabajadora
nos referimos a todos aquellos que tienen que buscar trabajo remunerado (tanto
en la economía formal como en el sector informal) como su única fuente de
ingresos, incluidas sus familias.

 

16.
Las
huelgas que detienen la economía no son suficientes. Cuando se producen
movimientos de masas y huelgas, debemos crear comités en los que las personas
participen en decidir cómo ejecutar no solo el movimiento en sí, sino la
sociedad en su conjunto, avanzando hacia desafiar al poder político del Estado.

 

17.
La
tradición del Día Internacional de la Mujer del 8 de marzo incluye la
Revolución Rusa, que comenzó en este día cuando las trabajadoras textiles se
declararon en huelga. Esto condujo a una revolución en la que la clase
trabajadora tomó el poder en octubre de 1917.

 

18.
Hoy
el internacionalismo y las luchas de las mujeres se están extendiendo por todo
el mundo. El feminismo socialista internacional crecerá y se unirá con las
luchas obreras, antirracistas y climáticas. Con la clase obrera a la
vanguardia, esto se convertirá en una fuerza imparable.

¡Protestemos en todo el mundo el 8 de marzo, Día
Internacional de la Mujer Trabajadora!

 

¡Huelgas y manifestaciones masivas en escuelas y
lugares de trabajo donde sea posible!

 

¡Por sindicatos democráticos combativos que luchen por los
derechos de las mujeres todos los días del año!

 

¡Creemos comités feministas socialistas en escuelas, lugares
de trabajo y comunidades donde surjan demandas y luchas!

 

¡Luchemos contra la extrema de derecha, matones
reaccionarios, fundamentalismo religioso y la violencia del estado!

 

¡Trabajemos para formar nuevos partidos políticos de los
trabajadores, como una herramienta para unir a la clase trabajadora y todos los
pueblos oprimidos, luchando por un programa socialista por al derrocamiento del
capitalismo!

 

 

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