Reunión de Militant en Liverpool

19/10/2014, Jon Ander, SR Gasteiz. Publicado originalmente en el número de septiembre de La Brecha.

Podríamos ver en los siguientes meses Ayuntamientos y
municipios controlados por partidos de la izquierda como IU y Podemos. ¿Cómo deberían
afrontar este reto? ¿Cómo deberían actuar concejales verdaderamente de
izquierda?

Tenemos un ejemplo de los años ochenta en la cuidad de
Liverpool en Gran Bretaña cuando el municipio y sus concejales fueron influidos
por la corriente Marxista conocida como “Militant”.

Historia

Militant es el predecesor del actual “Socialist Party” en
Inglaterra y Gales que forma parte del CIT, organización a la que pertenece
Socialismo Revolucionario.

Después de la Segunda Guerra Mundial las ideas de
trotskismo habían tenido una importante base entre la clase obrera de Liverpool.
Y ya en los años 70 Militant tenía una base sólida en los sindicatos, el
Partido Laborista y entre los jóvenes a través de Jóvenes Socialistas.

La década de los años 1980 fue la más importante para el auténtico
marxismo, el trotskismo, en Gran Bretaña. Fue una prueba de fuego para las
ideas de Militant no solo en teoría sino en una lucha de las masas de
proporciones enormes.

Thatcher y su gobierno conservador fue elegido en 1979
con un programa para ‘revertir la marea del socialismo.’  Thatcher fue el ariete de la
contra-revolución, implementando recortes y ataques contra el estado de
bienestar y servicios sociales en los ayuntamientos controlados por el Partido
Laborista.

En sus declaraciones, los líderes de los municipios,
especialmente en el norte y Londres, prometieron luchar contra los recortes de
Thatcher. En Liverpool, Militant había construido una poderosa posición dentro
del Partido Laborista. Era una minoría en la bancada laborista de la cámara
municipal, pero pudieron convencer a los demás concejales para que se enfrentaran
a Thatcher en la cuestión del “presupuesto necesario”. En Liverpool tenían el
apoyo de los sindicatos en el Ayuntamiento y la población de la cuidad porque
los concejales no dejaron la oposición a Thatcher y la realizaron no solamente
de palabra sino que utilizaron su elección para construir viviendas sociales y
escuelas, y crear empleo.     

Los otros ayuntamientos mencionados anteriormente,
incluyendo Sheffield y Londres, empezaron poco a poco a abandonar la lucha. Los
concejales de Liverpool habían intentado hacer una campaña unida con otros ayuntamientos
pero la izquierda blanda del líder laborista Neil Kinnock tenía la postura de ‘realismo
nuevo’ – la idea que la clase obrera no quería o podía luchar contra el
capitalismo. En realidad una política de rendición.

Entonces Liverpool tuvo que luchar
solo

“El gobierno había retirado 60 millones de libras de la
ciudad. Liverpool era una ciudad muy pobre y los marxistas no habíamos llegado
al poder en la cámara para hacer como los reformistas del Partido Laborista, es
decir, para administrar las reformas neoliberales de ‘modo blando’, para
‘mitigar’ sus efectos. Dijimos no, nosotros no realizaríamos ningún recorte a
los servicios públicos ni aumentaríamos los impuestos locales, lo que afectaría
a la clase media-baja y a los trabajadores.” (Peter Taaffe y Tony Mulhearn: “Liverpool,
la ciudad que se atrevió a luchar.”).

En pocos años se construyeron 5.000 casas y se crearon
1.000 de puestos de trabajo entre otras reformas. Por esto Militant tuvo el
apoyo de la clase obrera de Liverpool.

La Cámara Municipal aprobó un presupuesto necesario con
déficit y exigió que el dinero extra necesario para los gastos viniese del
gobierno. Este fue un “presupuesto ilegal”. El gobierno debería devolver a
Liverpool los casi 70 millones de libras que había robado de la ciudad.

Para obligarlo era necesaria una movilización de masas.
El Laborismo ganó la Cámara Municipal en 1983 con una gran mayoría, y todavía
aumentó más en 1984. Hubo dos huelgas generales en Liverpool en 1983 y en 1984 se
volvió a aprobar un presupuesto ilegal que, técnicamente, volvía a los
concejales en receptores de sanciones y multas del gobierno.

Thatcher cedió en 1984, porque la huelga de los mineros
también estaba ocurriendo en ese momento y tuvo que hacer concesiones
financieras a Liverpool. Militant y los trabajadores de Liverpool habían
logrado una victoria.

Pero los mineros fueron derrotados en 1985. Thatcher
entonces volvió a penalizar a la Cámara de Liverpool y su presupuesto de 1985. Pero
no habría sido capaz de salir impune de esto sin el apoyo de los líderes de
derecha de los sindicatos, y especialmente, de Neil Kinnock, líder del Partido
Laborista.

Cómo organizar la lucha local

Militant siempre fue una minoría. No tenía la mayoría de
los concejales, pero contaba con una estrategia bien elaborada, la mayoría de
los concejales en la izquierda e incluso algunos que formalmente estaban a la
derecha, aceptaron su estrategia porque no encontraron alternativa. La
movilización desde las bases que organizó Militant ejerció una gran presión
sobre los que vacilaban.

Pero Militant tenía sobre todo confianza en las masas. Organizaron
miles de reuniones y manifestaciones. El corazón de la lucha fue District
Labour Party – un ‘soviet’ o Asamblea conformado por delegados de todas las
sedes del Partido Laborista y sindicalistas. Durante la lucha fue un órgano muy
importante para discutir las tácticas y estrategias y para presionar a los
reformistas.

Durante esta lucha el nombre de Militant entró en la
cultura popular, e incluso aparecieron personajes en telenovelas que eran
miembros de Militant. Sin embargo, en el Parlamento, Thatcher exigió que
Kinnock purgara al Partido Laborista de miembros de Militant varias veces.
Cualquier persona que estaba en lucha sindical o contra el gobierno se le
catalogaba como miembro de Militant, igual que en otros tiempos se llamó
bolcheviques a todos los luchadores.

Thatcher y la clase capitalista temieron que el ejemplo
de Liverpool se extendiera. El periódico ‘Financial Times’ llamó Liverpool ‘el
Petrogrado de Gran Bretaña’ y la prensa insistió constantemente en que Kinnock tenía
que purgar Militant.

La historia muestra que Liverpool derrotó a Thatcher en
una batalla masiva en la primera ronda. Pero más tarde, con la oposición del
Partido Laborista y los sindicatos nacionales se vieron obligados a hacer una
retirada parcial.

Sin embargo, el ejemplo de cómo luchar en una escala
masiva aún sigue vivo en la memoria de la clase obrera. Un ejemplo
internacional de cómo luchar desde los ayuntamientos que nos pueden inspirar en
las próximas batallas en el estado español.

“Karl Marx una vez dijo que la idea se convierte en una
fuerza material cuando se apodera de la mente de las masas. Este proceso se
desarrolló en Liverpool entre 1983 y 1987. Representa la fusión de una clase
trabajadora despierta y asediada con un liderazgo consciente de clase en los
que los marxistas jugaron un papel fundamental”. (Peter Taaffe & Tony
Mulhearn, “Liverpool – La ciudad que se atrevió a luchar).”

Fuente: Peter Taafee & Tony
Mulhearn, “Liverpool: La ciudad que se atrevió a luchar”

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