Haz
del 9N un día de movilización masiva

Sólo
la lucha obrera y social puede garantizar el derecho a decidir

Català


14/10/2014, Socialismo
Revolucionario,CIT en el estado español

Rajoy suspende la democracia…

La suspensión
por parte del Tribunal Constitucional de la consulta del Govern catalán fue una barbaridad. Muestra
una vez más la profunda falta de respeto de la clase dominante española por los
pueblos del estado español. Frente a la posibilidad de que el pueblo catalán
ejerza su derecho democrático a pronunciarse sobre su futuro político, el
gobierno del PP – con el pleno respaldo del PSOE – prohíbe la democracia (por
miedo al resultado, se supone) y manda a centenares de antidisturbios a
Catalunya.

La
experiencia actual supone para millones de catalanes y españoles una valiosa
lección sobre en qué consiste la «democracia» capitalista:
«democracia» si, pero sólo mientras sirva al régimen.

…. y
Mas la anula

Pero además, esta experiencia también sirve para mostrar
la naturaleza de los personajes y partidos que han pretendido liderar el
movimiento por la consulta, principalmente CiU y Mas, quien ya es un cadáver
político.

Todos
los pasos del giro «soberanista» de Artur Mas parecen haber seguido
un guión bien preciso, guardando secretos sobre cuál será el siguiente, pero
dejando claro que en ningún momento se va a plantar cara de verdad. En otras
palabras, por el derecho a decidir, cabe «luchar», mientras que esta
lucha se dé dentro de los límites de la legalidad capitalista… incluyendo la
del TC, claro.

La
anulación de la consulta convocada para el 9N es un punto de inflexión, después
del cuál Mas y su entorno han quedado claramente en evidencia. Por muchas
consultas “alternativas” que convoquen, su capitulación ante la “legalidad” antidemocrática
del régimen de 78 es evidente y eso no puede ser perdonado por el pueblo de
Catalunya.

Contra la suspensión, la anulación y
la austeridad: lucha obrera

Por
otro lado esta ERC. En principio, su posición de “desobediencia” parece
correcta. Pero es insuficiente a la hora de concretarla y transformarla en hoja
de ruta clara y viable. En ningún momento han planteado una perspectiva clara
de desobediencia activa, más allá de las concentraciones y declaraciones
simbólicas. Una declaración de independencia por parte del Parlament suena muy
contundente pero si no va acompañada con la movilización social y obrera para
convertirla en real, se convierte en palabras que se las lleva el viento.
Declaraciones parlamentarias hemos visto muchas, pero cambios reales, pocos.

¿Por
qué tanto CiU como ERC no están dispuestos a llevar su hoja de ruta a las
últimas consecuencias? La respuesta es sencilla: porque supondría saltar la
legalidad del régimen de 78, del propio sistema capitalista español.

En el
imaginario de estos partidos y líderes no existe una perspectiva o política que
vaya más allá del capitalismo, el sistema que revindican, y de cuya base
fundamental forma parte la negación del derecho a decidir para los pueblos del
estado español. El nacionalismo capitalista catalán siempre ha intentado
instrumentalizar los sentimientos nacionales para conseguir después, no la
independencia ni la autodeterminación sino un mayor trozo del pastel burgués
español. Que no creamos que esta vez será diferente.


Sólo
la lucha de la clase trabajadora puede garantizar el derecho a decidir. No a la
“unidad nacional”, sí a la unidad internacionalista de la clase trabajadora

Si
queremos plantar cara a la legalidad española y luchar hasta conseguir el
derecho a decidir, sólo nos podemos basar en nuestra propia fuerza: la de la
clase trabajadora, la del 99%, movilizada y organizada. Las organizaciones
obreras, movimientos sociales, CUP, EUiA, ICV, Podemos y sindicatos deberían
formar un frente para convocar una campaña de movilizaciones – callejeras y
huelguísticas – para plantar cara al TC. 

La
idea de un frente electoral «nacional» con partidos de recortes y
austeridad debe ser descartada de inmediato por las organizaciones de
izquierdas. Lo que hace falta es un frente del 99%, armado con una alternativa
política y un plan para luchar por ella. En esta lucha, el aliado clave del
pueblo trabajador catalán no puede ser su propia burguesía, sino el pueblo
trabajador del resto del estado, en lucha por una solución internacionalista y
socialista a la miseria actual.

¡Por una confederación libre y
voluntaria de los pueblos del estado español y de la Península ibérica, como
parte de una confederación socialista de Europa!

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