Se establece el Comité Coordinador de la Huelga Nacional el 13 de Octubre

21/10/2012, Movimiento Socialista Democrático, DSM (CIT en Sudáfrica)

El sábado 13 de Octubre, unos 120 mineros, representantes de comités de huelga de toda la industria minera se encontraron para evaluar el estado de la huelga y planear acciones futuras. Con delegaciones de fuera de la Provincia del Noroeste por primera vez, un importante paso adelante fue tomado cuando el Comité de Coordinación de Huelga de Rustemburg se transformó en el Comité Coordinador de la Huelga Nacional, con representantes de las minas de oro de la provincia de Gauteng y de las minas de platino de Limpopo. El Comité de Coordinación ha recibido llamadas de las minas de carbón de la provincia de Mpumalanga, las minas de oro de la Provincia del Estado Libre e incluso de las minas de diamantes en la Provincia Septentrional del Cabo. Significativamente, había una delegación de la mina de Lonmin que asistió, a pesar del acuerdo logrado para terminar la huelga en esa mina. Elmond Maredi, miembro del DSM (CIT) y secretario de la provincia de Gauteng del Movimiento Estudiantil Panafricano de Azania (PASMA), llevó las felicitaciones del movimiento estudiantil y su apoyo a la huelga.

En oposición a los antecedentes de continua represión estatal, disoluciones arbitrarias de mítines y marchas y asesinatos por parte de la policía, en lo que sigue siendo un estado no oficial de emergencia en Rustemburg, las noticias del encuentro han generado un enorme interés no solo entre los mineros sino también entre los trabajadores de otros sectores, así como entre los medios, con un gran contingente de periodistas y fotógrafos presente y con la retransmisión de las reuniones en las redes nacionales de televisión y radio. El lunes, el diario New Age, afín al Congreso Nacional Africano (ANC), publicaba un artículo titulado “Un nuevo movimiento amenaza las minas” y que incluía una breve historia del DSM e informaba de su distanciamiento con Julius Malema y sus “Luchadores por la Libertad Económica”. A continuación, el diario New Age citaba a Mametlwe Sebei. La llamada de Malema a la nacionalización era acusada de tener como objetivo el enriquecimiento de la emergente clase capitalista negra, mientras que el DSM prefería la nacionalización bajo el control y la dirección de los trabajadores para lograr una mayor equidad.

La represión de la policía ha profundizado la indignación dentro de la comunidad. El NUM (National Union of Mineworkers) declara que 13 de sus representantes sindicales han sido asesinados, y han debido trasladar a otros a lugares seguros. Pero incluso el NUM ha debido retractarse de las acusaciones de que los asesinatos fueron llevados a cabo por el Amcu (Association of Mineworkers and Construction Union). La sensación dentro de la comunidad de Rustemburg es que la nueva escalada de asesinatos está siendo orquestada deliberadamente para proporcionar al estado un pretexto para intensificar la represión. Docenas de personas han sido arrestadas y mientras la reunión terminaba, llegaron informes de que uno de los 22 arrestados durante la semana después del incendio de un minibús había muerto después de ser torturado por la policía.

Presidida por el camarada del DSM Mametlwe Sebei, el discurso inicial fue dado por el camarada Alec Thraves del Socialist Party de Inglaterra y Gales, que trajo los saludos de las 45 secciones del Comité por una Internacional de los Trabajadores. Su llamada a la formación de un partido obrero de masas basado en un programa socialista fue recibido con entusiasmo y su alocución, que incluyó referencias a la huelga de los mineros ingleses de 1985 y la presión que la Red Nacional de Representantes Sindicales ha ejercido sobre el TUC para que éste acepte considerar la convocatoria de la primera huelga general en Gran Bretaña desde 1926, fue interrumpida por repetidos aplausos.

Como demostración de su desafío y su espíritu de lucha, los 12000 trabajadores despedidos de Anglo Platinum rechazaron el ultimátum de la dirección de 3 días para solicitar su desestimación, cuyo último día era el día en que se celebraba la reunión. El discurso del camarada Alec fue seguido por el debate y las preguntas, tras los cuales todas las delegaciones informaron de la situación en las diferentes regiones. En respuesta a las amenazas de cerrar las minas, los mineros acordaron que, dados los sueldos que estaban cobrando, no hay diferencia entre trabajar o no y las minas bien pueden cerrar si no se satisfacen las demandas de los trabajadores.

En respuesta a las quejas de que los trabajadores bajo contrato no estaban recibiendo la atención suficiente, se acordó que el Comité de Coordinación que iba a ser constituido sobre la base de la representación regional, estaría formado por un tercio de trabajadores bajo contrato y también estarían representadas las mujeres. El Comité de Coordinación también elegirá un Comité Ejecutivo, de tamaño más reducido.

El Comité de Coordinación hizo un llamamiento para una huelga general y una marcha, que tendrá lugar el 3 de Noviembre, que concluirá en los Edificios de la Unión, sede del gobierno en Pretoria. La demanda de la huelga general será por un sueldo mínimo de 12,500 Rands (1625€) mensuales, la cantidad por la que los mineros de Lonmin fueron a la huelga. El camarada Sebei hizo un llamamiento a los trabajadores de todos los sectores de la industria, incluyendo a la agricultura, para que establezcan comités de huelga en sus lugares de trabajo. El llamamiento del camarada Sebei a una nacionalización de las minas bajo el control y la gestion de los trabajadores así como su apoyo a la demanda del camarada Alec de un partido obrero de masas con un programa socialista fue recibido con apalusos. Gaddafi Mdoda, miembro del Comité de Coordinación, elogió especialmente al DSM. Explicó que sin el DSM, esta huelga habría acabado hace tiempo y concluyó gritando “¡Viva el DSM! ¡Viva!”

El NUM, cuyas camisetas fueron quemadas y enterradas en un ataúd, y hacia cuya oficina regional en Rustemburg cientos de trabajadores emprendieron una marcha (disuelta por la policía) para exigir la cancelación inmediata de sus afiliaciones, fue repetidamente censurado, así como también lo fueron el Cosatu (Congreso de Sindicatos Sudafricanos) y el gobierno del ANC. A pesar de la rabia generalizada, no ha habido ninguna acción propuesta para condenar la masacre de Marikana, ni tampoco, estando la huelga extendiéndose por todo el país, ningún plan de acción en solidaridad con los mineros. En cambio, la cúpula del Cosatu ha intentado retomar el control de la acción minera apoyando hipócritamente la demanda de los 12,500 Rands mensuales, criticando al NUM por intentar persuadir a los trabajadores para acabar con una huelga que el NUM no convocó y presionando a la Cámara de Minas (CoM) para reabrir las negociaciones.

La estrategia de la cúpula del Cosatu es restaurar la credibilidad del NUM y del ya existente proceso de negociación colectiva, y así acabar con la huelga. Pero esta estrategia ha fracasado, con las negociaciones con el CoM acabando en un callejón sin salida después de que la dirección hiciera la oferta de abolir el nivel salarial uno, el más bajo, pero sin ofrecer nada acerca de la demanda principal.

Con los trabajadores permaneciendo desafiantes frente a las amenazas de despidos en masa y clausura de minas, y habiéndose expandido el Comité de Coordinación a un nivel nacional, se ha sentado la base para unir la lucha de los más de 100,000 mineros que actualmente secundan la huelga. Los trabajadores de otros sectores, incluyendo las minas de carbón, están considerando unirse a las acciones. Más allá de las minas, a pesar de la huelga de camioneros, los trabajadores de otros sectores se están preparando para unirse a la oleada de militancia obrera que está barriendo el país, con 1.6 millones de jornadas perdidas por huelgas. Esto incluye a la policía así como los trabajadores municipales que están votando la duración de la acción a la que se han comprometido (huelga de un día o huelga nacional indefinida).

Frente a la cobardía del Cosatu, es el Comité de Coordinación el que se ha visto obligado a asumir el liderazgo para canalizar la rabia generalizada y la determinación para unirse a la batalla contra los patrones. La estrategia de los patrones parece ser incoherente en el mejor de los casos, si no completamente confusa. El mismo día que los patrones de Anglo Platinum anunciaron el despido de 12,000 trabajadores, sugirieron una reunión con el comité de huelga.

La táctica de Zwelinzima Vavi, secretario general del Cosatu, de ceder ante el vendaval de rabia de los trabajadores ha ido más allá de apoyar las demandas salariales y criticar al NUM, él también ha tanteado al Comité de Coordinación. Pero el Comité tiene claro cuál es su objetivo oculto: recuperar su credibilidad y asegurar el fin de la huelga. Así que antes de acceder a una reunión con ellos, el Comité exigirá que el Cosatu apoye la huelga general y la marcha hacia los Edificios de la Unión.

El Comité de Coordinación también ha acordado que mientras no haya un sustituto para los sindicatos existentes, continuará funcionando más allá de la huelga y ayudará a reconstruir un movimiento sindical democrático y combativo. La necesidad de esto quedó demostrada por la furiosa oposición de los trabajadores de la mina de platino de Amandel Bult, cerca de Rustemburg, a hablar con Vavi, que se había dirigido a la mina acompañado de un contingente de periodistas. Cuando Vavi alegó que él estaba allí para representar al Cosatu y no al NUM, los trabajadores respondieron que ambas cosas eran la misma. La siguiente petición de Vavi fue replicada con una lluvia de piedras que le forzó a una vergonzosa retirada.

La pesadilla para el NUM, el Cosatu y la élite gobernante del ANC, a la cual el editorial del 17 de Agosto (el día después de la masacre de Marikana) del diario Business Day se refirió perfilando las implicaciones del la revuelta de mineros es que “hay una estructura de poder sobre el cual ellos tienen poca o ninguna influencia, y que en sí mismo tiene poco o ningún respeto por los poderes existentes”. El destino que ha sufrido el NUM es un anticipo de lo que puede sucederle al Cosatu y casi seguramente al mismo ANC a medio plazo, ya que la batalla por la sucesión presidencial se está convirtiendo en una guerra civil política. El Comité de Coordinación de la Huelga Nacional jugará un papel vital en la formación de un partido obrero de masas que el DSM se está viendo presionado a formar.

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