29/04/2011, Carta de Ana Mulet, Madrid.


Publicada en la edición del 26 de Abril – Mayo del periódico de Socialismo Revolucionario

Después de dos sesiones de la Cumbre unitaria de sindicatos, celebrada en Madrid los días 19 y 23 de abril, al que asistieron un total de 35 sindicatos, se puede decir que he podido constatar que la firma de una unidad para la toma de decisiones conjunta entre los sindicatos madrileños ha fracasado, debido a la actitud autoritaria y desafiante de los representantes de CCOO y UGT, que en la primera reunión del 19 de abril no quisieron pronunciar la palabra huelga y sólo repetían hasta la saciedad que era necesaria la negociación con el actual gobierno, cosa que la mayoría de los presentes no aceptábamos como solución a la crisis que estamos viviendo. 

Ante las continuas intervenciones de los sindicatos de sanidad, administradores públicos, CNT y otros… que seguían solicitando tratar el tema de la huelga, el representante de CCOO insistió en afirmar que una nueva convocatoria de huelga general sería una demostración de debilidad y reconocimiento de fracaso de la anterior huelga del 29 de marzo, por supuesto la mayoría de los presentes no podíamos estar de acuerdo con ello, y mostramos nuestro desacuerdo, ante lo que el representante de CCOO nos exigió  respeto: ¿respeto de quién y para quién? ¿Acaso no son los dirigentes amarillos los que están faltando el respeto a la clase trabajadora? Viendo que la situación empeoraba solicité una nueva convocatoria para tratar el asunto de la próxima Huelga General y se me contestó, siempre por parte del mismo representante sindical, que ellos (CCOO) no tenían por qué convocar huelga alguna: era, por tanto, nuestro problema, si queríamos tratar ese asunto. Debido a lo negativo que resultaría para todos esta posición, anuncié que, ante tal falta de interés hacia nuestras propuestas, abandonaba la reunión, y quienes estuvieran de acuerdo conmigo, podían acompañarme. Ante mis palabras, él intentó calmarnos, siempre esgrimiendo el mismo discurso carente de toda lógica: ante su sorpresa, abandonamos la sala más de una tercera parte de los asistentes. 

En la conclusión de la Cumbre de hoy, día 23, la situación fue todo lo contrario: sólo 14 representantes de los sindicatos madrileños acudieron a firmar el acuerdo conjunto. El mismo representante de CCOO, que en la sesión anterior demostró su endiosamiento y prepotencia, se mostró humilde y cooperativo, no descartando esta vez la huelga general, como posible salida para parar los atropellos que estamos sufriendo, con las nuevas reformas, ya por todos conocidas, y las que se esperan durante el próximo verano. En último extremo, y solo de pasada habían mencionado en la anterior reunión la posibilidad remota de otra huelga a partir de septiembre una vez que se conocieran los presupuestos generales del estado y que Rajoy espera poder hacer descender a un 3% el indice de inflación, cosa que suscitó oleadas de protestas entre los asistentes. Creo y como yo la mayoría, que retrasar a ese punto la huelga no seria beneficioso para nuestras aspiraciones de parar la reforma…, ya que mientras sigamos esperando el país va empobreciéndose y la situación de desamparo e indefensión, de pérdida de derechos, crece de forma alarmante y empeora día a día. Hoy no excluyó la posibilidad de una huelga antes de septiembre, aunque dejando claro que no era de su agrado, que nos jugábamos un fracaso casi garantizado si la convocáramos, pero estaba abierto al dialogo. En las bases de CCOO, por charlas informales que mantuve después de concluida la convocatoria, el malestar es muy alto, el ambiente es de crispación para con las cúpulas, ya sea de CCOO o de UGT.

Conclusiones: los grandes sindicatos están  divididos en dos tendencias completamente opuestas, los que opinan que la huelga es necesaria y debe convocarse lo antes posible, estos formarían las bases críticas, y los dirigentes, que quieren dilatar al máximo la toma de tal decisión.

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