¡Conmemoremos la historia de la clase trabajadora con la lucha por las victorias de hoy!

30/04/2012, Comité por una Internacional de los Trabajadores

El 1º de Mayo, Día
Internacional de los Trabajadores, es una nueva oportunidad para conmemorar las
tradiciones militantes internacionalistas del movimiento de la clase
trabajadora y para converger con las luchas explosivas de hoy. El 1º de Mayo de
este año es la fecha clave en el calendario de las luchas y movimientos
actuales. El CIT cree que estas luchas, desde Grecia hasta Chile y Túnez,
representan no solo la inevitable respuesta explosiva de la crisis actual.
También son una muestra del surgimiento de una fuerza social capaz de reducir a
escombros los planes de empobrecimiento para la mayoría por parte de la clase
dirigente internacional, en una lucha para transformar la sociedad armada con
una alternativa genuinamente socialista.

En el epicentro actual
de la crisis europea, en España, el 1º de Mayo verá la movilización contra la
Reforma Laboral y los recortes. En EEUU, el movimiento “Occupy” está
organizando otro gran día de protestas, incluyendo intentos de incorporar
acciones de la clase trabajadora. En África, Asia y Latinoamérica, las
movilizaciones del 1º de Mayo tendrán lugar con el fondo de una creciente
inestabilidad. La extensión de los efectos de la crisis económica mundial, y el
impacto de las revoluciones en el Magreb y en Oriente Medio han introducido
nuevas sacudidas y un consecuente aumento de la represión estatal,
frecuentemente sangrienta y brutal. Estos factores también se reflejarán sin
duda cuando los trabajadores, jóvenes y los pobres toman las calles el 1 de mayo. 

Europa, epicentro de la crisis económica, los recortes
y la resistencia: ¡por una alternativa socialista de los trabajadores a la
Europa capitalista!

Europa sigue siendo la
zona en la que la crisis del capitalismo encuentra su expresión más
concentrada, y revela el callejón sin salida que el sistema capitalista ofrece
a los trabajadores, los parados y los jóvenes. Los intentos repetidos y
desesperados de los gobiernos europeos y sus élites financieras y económicas
para poner freno al caos de la crisis de deuda de la eurozona rápidamente dieron
paso a continuos y devastadores episodios de crisis y fracasos. El epicentro de
la crisis está constantemente cambiando y extendiéndose, esta vez hacia España,
pero también cada vez más hacia los países centrales, anteriormente ‘estables’,
como Francia y Holanda. La bancarrota parcial y el segundo ‘rescate’ de Grecia,
junto con la confirmación de que los proyectos de rescate similares en Portugal
e Irlanda no han logrado sus objetivos declarados, son recordatorios
aplastantes, no solamente para la clase dirigente sino para la mayoría del
pueblo, de la profundidad de la crisis actual. Los países fuera de la eurozona,
como Reino Unido y República Checa, también se enfrentan a recortes enormes y
al riesgo de “contagio”. A escala mundial, cualquier ‘recuperación’ es
inestable, con comienzos de un bache económico en aquellos países actualmente
reconocidos como en crecimiento y exentos a la crisis (como China y la India),
lo que tendrá profundos efectos económicos a nivel mundial.

 Podemos ver las
‘primas de riesgo’ dispararse y el enfoque inmisericorde de los mercados
financieros y de las instituciones internacionales y europeas. Estos reciben
los intentos de los gobiernos capitalistas de satisfacerlos, con presupuestos
de “austeridad” y reformas anti-obreras, con un incremento de la presión y
demandas de drenar más sangre del estado del bienestar y los niveles de vida. A
pesar de esto, y los efectos claramente recesionista en la economía de estas
políticas, todo el poder establecido capitalista mantiene el consenso de que no
existe alternativa.

Pero este cómodo
consenso se ha roto una y otra vez en las calles y en los centros de trabajo a
través de Europa. En lo que va de 2012, poderosas huelgas generales han
sacudido Bélgica, Portugal, España y Grecia, deteniendo la economía y llevando
a millones a las calles. Esto da una visión del poder de la clase trabajadora para
detener los ataques contra ella, a través de una lucha seria y sostenida,
armada con políticas alternativas a los recortes y el capitalismo. 

Incluso en aquellos
países que han sido elogiados como ejemplos de paz y tranquilidad, el espectro
de la lucha de masas está emergiendo. Irlanda, a la que el poder establecido
capitalista de todas partes había puesto como ejemplo de pueblo que sabía
quedarse sentado y “tomarse la medicina”, está actualmente experimentando una
revuelta contra la “Household tax” (“tasa de vivienda”) impuesto por el
gobierno y la troika, en la que el Socialist Party (CIT en Irlanda) juego un
rol fundamental. En Francia, la previsible derrota de Sarkozy después de la primera
vuelta de las elecciones tendrá grandes consecuencias, tanto en Francia como
fuera, con al menos una sacudida a la agenda del eje “Merkozy”.

Un gobierno de Hollande
sería puesto a prueba inmediatamente por la crisis y otros acontecimientos. Sus
políticas, incluyendo las reformas positivas que pueda introducir, como un
aumento de los impuestos para los ricos, etc. desafortunadamente se verán
limitadas por la austeridad como solución a la crisis. La experiencia de este
gobierno ‘socialista’ inevitablemente empujará a la gente a buscar respuestas y
políticas verdaderamente socialistas, después de un periodo de ataques
ridículamente acumulados contra las ideas de socialismo y marxismo, exacerbados
por la experiencia de los gobiernos llamados “socialistas” a nivel mundial, que
han continuado y profundizado las políticas neoliberales. La inestabilidad
política y la volatilidad están a la orden del día, con importantes cambios en
la visión política de millones de personas hacia formaciones tanto de izquierda
como de derechas. Esto se ha demostrado recientemente a nivel electoral y en
las encuestas de opinión, tanto en Francia como en Holanda, donde el gobierno
está en proceso de caída. En ausencia de partidos socialistas combativos y
masivos y organizaciones capaces de unir a la oposición alrededor de un
programa consistente anti-capitalista, existe el peligro de un crecimiento de
la división y de avances de fuerzas de extrema derecha y reaccionarias, y esto
exige una respuesta seria y unitaria de la izquierda y el movimiento obrero.
Las fracturas y desacuerdos están surgiendo dentro de los gobiernos y
regímenes, como hemos presenciado recientemente en China y en la coalición de
Conservadores y Liberales Demócratas en el Reino Unido.

En estas luchas,
en las mayorías de los países, chocamos contra el obstáculo de los burócratas
“amarillos” del ala derecha en la dirección de muchos sindicatos, que siguen
una estrategia de desmovilización y políticas de pequeñas limitaciones de la
austeridad impuesta. Es esencial construir una oposición masiva a estos líderes
desde las bases. El “National Shop Stewards’ Network” (“Red Nacional de
Delegados Sindicales”) en el Reino Unido, que fue clave para convocar la huelga
general del sector público del pasado 30 de noviembre, la acción más
significativa desde 1926, es un ejemplo inspirador, y lucharemos para seguir construyéndolo.

¡Por una lucha internacional! ¡Por huelgas y protestas
coordinadas a nivel europeo! 

Al igual que una
de las características de las revoluciones del 2011 y del movimiento de los
Indignados/”Occupy”, las sorprendentes similitudes entre las situaciones en
diferentes países pone sobre la mesa la cuestión de que la lucha se extienda a
escala internacional. Éste es particularmente el caso de la ‘periferia’
europea, bajo la bota de los mercados, las agencias de calificación, la troika
(FMI, BCE y UE) y los gobiernos. En un grado asombroso, las mismas cuestiones –
resistencia, huelgas generales como parte de una estrategia de victoria, la
necesidad de políticas viables y  alternativas al capitalismo – se plantean de
forma simultánea.

En la misma semana,
entre el 22 y el 29 de marzo, Portugal y España fueron sacudidas por huelgas
generales. ¿Qué les hubiera costado a los líderes sindicales coordinar estas
huelgas, en una simultánea y potente expresión del poder de los trabajadores
más allá de las fronteras? Una continuación de protestas mayormente simbólicas
de los líderes sindicales europeos es insuficiente. El CIT continúa demandando
y luchando por el desarrollo urgente de planes de huelgas y protestas
coordinadas en los países periféricos y otros, como pasos hacia una Huelga
General en toda Europea. Esta demanda merece que se haga oír el 1º de Mayo, una
celebración del internacionalismo de la clase trabajadora. En una batalla como
ésta es donde debe empezar la lucha por una alternativa socialista a una Unión
Europea capitalista.  

¡Solidaridad contra la represión! ¡Oriente Medio y Magreb
hacia la segunda revolución! ¡No a las intervenciones imperialistas!

En Túnez, donde comenzó
la llamada ‘Primavera Árabe’, las celebraciones y protestas del 1º de Mayo tendrán
lugar después de episodios brutales de represión ya que el nuevo gobierno
formado después del derrocamiento de Ben Ali trata de establecerse firmemente,
enviado un claro mensaje a la izquierda y al movimiento sindical. El CIT ha
organizado, y continúa organizando, solidaridad obrera, de palabras y hechos,
con estos movimientos.

En Túnez y Egipto, el
carácter incompleto de la revolución ha llevado a un sentimiento creciente de
la necesidad de una ‘segunda revolución’ para barrer los sistemas económicos y
políticos responsables de la miseria de la región. La construcción de las
fuerzas del marxismo en estos países para organizarse alrededor de un programa
capaz de completar la revolución es una tarea clave con la que está
comprometido el CIT. 

En esta situación solo
podemos depender del poder de la clase trabajadora y los pobres organizados en
millones alrededor del planeta. En Siria, como antes en Libia, solamente la
movilización de estas fuerzas, no la intervención imperialista, puede empezar a
sentar las bases de una salida al baño de sangre y la dictadura de Assad y los
intereses imperialistas. El falso estatus del imperialismo de ‘amigos’ de los
sirios se revela por la hipocresía asombrosa en el caso de su aliado, la
dictadura de Baréin, que recibió solamente un leve ‘tirón de orejas’ del
imperialismo cuando aplastó las protestas pro-democráticas del pasado año, al
igual que su confortable relación con la dictadura asesina de Nazarbayev en
Kazajistán, donde los compañeros del CIT juegan un papel clave en la oposición.
 

En Asia, la represión
de estado también ha alcanzado su cumbre, con las ‘desapariciones’ de destacados
activistas socialistas en Sri Lanka, y la ola de arrestos, incluyendo el exilio
forzoso de compañeros del CIT, en China. De nuevo, estos desarrollos tienen
lugar después de un repunte en la lucha mientras millones y miles de millones
de trabajadores de este poderoso continente dan pasos hacia la organización de luchas,
frecuentemente exitosas, como en las recientes huelgas en Sri Lanka. India
recientemente fue testigo de una huelga general de decenas de millones de
trabajadores, exponiendo las mentiras de las ventajas del ‘boom del tigre
indio’ para la mayoría.

 África también ha
visto huelgas generales en Sudáfrica y Nigeria. Los compañeros del CIT han
jugado un papel crucial en organizar el apoyo a una estrategia de lucha ligada
a un programa por los trabajadores y pobres para romper con el capitalismo. En
Latinoamérica, la reciente Cumbre de las Américas reflejó una división e
inestabilidad crecientes, a pesar de los esfuerzos de Obama y compañía. En los
movimientos de masas de Chile, hemos visto un atisbo de lo que le espera al
continente. Incluso en países elogiados por su crecimiento económico, como
Brasil y Chile, se han visto acontecimientos importantes en la lucha de clases,
exponiendo el carácter no igualitario del ‘crecimiento’.

¡Por la unión de las luchas del 99% contra el sistema del
1%! ¡Por la vinculación de los movimientos 15M y ‘Occupy’ con el movimiento
obrero!

Este es también el
primer 1º de Mayo desde que el magnífico movimiento de los indignados explotó
en España, después a través de Europa y a nivel mundial. En EEUU, donde el
movimiento ‘Occupy’ (‘Ocupar’) ha visto un reguero de sentimientos
anti-capitalistas, el 1º de Mayo de este año verá un nuevo paso de este
movimiento, reflejando también importantes avances que se han hecho para
basarlo también en acciones de los trabajadores, incluyendo convocatorias de
huelgas. En un año dominado por las elecciones presidenciales, en un debate
donde no se han oído las preocupaciones de la mayoría trabajadora o desempleada,
este movimiento continúa jugando un papel crucial. Mientras nos preparamos para
las movilizaciones del 12 y el 15 de mayo, la necesidad de ‘unir las
generaciones’ en un movimiento de clase contra el capitalismo, debe seguir
destacándose.

¡Hay una alternativa: construir el apoyo por un mundo
socialista! 

La experiencia del
último año ha confirmado una y otra vez que las masas del mundo no aceptarán la
destrucción de sus niveles de vida. El 1º de Mayo de éste y el próximo año
reflejarán el periodo de batallas de clases y revoluciones que ha abierto el
capitalismo. La cuestión de si éstas batallas tendrán como resultado una salida
a la crisis en términos de la mayoría, depende del nivel de preparación de
nuestro clase, tanto organizativa como políticamente. La ausencia de una
alternativa entendida por una mayoría al capitalismo y a la austeridad es el
problema central. Solo la construcción de partidos políticos de masas para
popularizar una alternativa socialista de nacionalización bajo control
democrático de los trabajadores, y una economía socialista planificada a escala
mundial, puede ayudar a resolverla y terminar con la espiral de crisis. Una tarea
clave del momento es la re-popularización de ideas genuinas de una revolución
socialista, de Marx, Engels, la Revolución 
Rusa antes de la contra-revolución estalinista, que han tenido apoyo
entre el movimiento de la clase obrera históricamente, una tarea que el CIT
abraza con entusiasmo. Esto puede abrir el camino de una nueva época histórica,
en el que después del desastre que los gobiernos capitalistas han administrado,
por y para el 1%, nuevos gobiernos, por y para los trabajadores, puedan
desarrollar la economía y la sociedad. El CIT llama a trabajadores, parados,
jóvenes y pobres alrededor del mundo a unirse a la lucha para construir
organizaciones de este tipo, y hacer posible un mundo socialista.

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