En abril de 2022, Vox entró formalmente en el gobierno provincial de Castilla y León, convirtiéndose en la primera vez que el partido reaccionario y de extrema derecha saborea el poder real desde los tiempos de Franco. El partido de Abascal tiene una vicepresidencia y tres ministerios, así como la presidencia de las Cortes.

Por John Hird, ASI en el Estado español

Los Marxistas deben preguntarse cómo ha sucedido esto, qué representa y cómo puede la izquierda luchar contra los avances electorales de la ultraderecha.

A primera vista, parece que el tradicional partido de derechas el PP y el partido ultraderechista y populista VOX obtuvieron una importante victoria en las elecciones de Castilla y León de febrero. Sin embargo, no todo fue lo que parecía….

Es cierto que los resultados de las elecciones en Castilla y León fueron otro claro aviso a la izquierda, ya que VOX logró el mayor avance de un partido de extrema derecha en Europa desde la pandemia del COVID19. Sin embargo, es necesario un análisis más profundo.

El PSOE ‘socialdemocrata’ perdió 115.621 votos y siete escaños, con un 30,05% de votos.
El PP ‘ganó’ las elecciones con 378.896 votos y un 31,43%. Sin embargo, obtuvo 53.736 votos menos que en las elecciones de 2019.

En 2019 en Castilla y León, Vox obtuvo 75.331 votos (5,49 %) y un escaño. Hoy tienen 13 escaños, con 212.605 votos (17,64%). En comparación, en 2019 PODEMOS logró 67.918 votos (4,95 %) y hoy 61.290 votos (5,08 %) y solo un escaño.

Entonces, ¿cómo es que a los pocos días de ‘ganar’ las elecciones en Castilla y León (CyL), la rivalidad latente entre facciones del PP estalló con una declaración de guerra entre el líder nacional del PP, Pablo Casado, y la presidenta ‘trumpista’ de la Comunidad de Madrid, Isabel Ayuso?

La dirección acusó a la administración de Ayuso de «un presunto cobro de comisiones relativas a un contrato sanitario de la Comunidad de Madrid en beneficio del entorno de Isabel Díaz Ayuso. Se trata del hermano de la presidenta.»

Ayuso contraataca denunciando que Casado empleó detectives privados para espiarla a ella y a su familia.

Nada es casualidad. Los resultados electorales de CyL provocó un cisma en el seno del PP, entre quienes, como el líder del PP, Casado, quieren desmarcarse de un pacto con Vox y quienes, en torno a Ayuso, no tienen reparos en aconsejar al líder del PP en CyL, Alfonso Fernández Mañueco, que se eche en brazos de la extrema derecha.

La profunda crisis del PP ha reflejado las enormes presiones subterráneas de la sociedad. Un pacto del PP con VOX en CyL representaría un paso más en la profundización del proceso de polarización. Permitir que la ultraderecha de VOX entre en un gobierno regional introduce un elemento explosivo en la inestable situación política, dado el pasado fascista del Estado español. De ahí las dudas de una parte de la clase dominante para permitir que el PP pacte con VOX.

El hecho de que el principal partido del capitalismo sufriera una grave división pública por esta cuestión revela una vez más la volatilidad de la situación política y la incapacidad de los partidos del capitalismo para proporcionar estabilidad.

Problemas irresolubles para el PP

La estrategia política de Pablo Casado de virar entre la ultraderecha y el “centro” quedó totalmente desacreditada y ha sido sustituido por Núñez Feijóo, presidente de la Junta de Galicia.
El ‘establishment’ está desesperado por volver al “normalidad constitucional” y está masajeando la imagen de Feijóo, presentándolo como un hombre político moderado y de centro-derecha. Un breve vistazo a su trayectoria política en Galicia desde 2009 muestra que los gallegos han sufrido recortes masivos y corrupción institucional durante su presidencia.

Mientras tanto, la líder populista del PP en Madrid, Isabel Ayuso, sigue en el poder. Bajo su liderazgo, los madrileños han visto privatizaciones y corrupción institucional a escala industrial.

La normalización de mentir en público sobre su historial y los numerosos casos de corrupción recuerda a Donald Trump y Boris Johnson. Ayuso ha sido también el principal dirigente del PP que ha abrazado a VOX y ha abogado por trabajar con ellos en el gobierno. Esta ‘trumpización’ de un sector del PP es lo que ha provocado la ruptura en el PP.

A pesar de los esfuerzos de los medios de comunicación, la elección de Núñez Feijóo como líder del PP no ha solucionado fundamentalmente los problemas del PP.

Feijóo ha respaldado plenamente el programa de gobierno de la coalición PP-Vox, que incluye las políticas extremadamente reaccionarias de Vox.

En CyL el PP/VOX legislará para dejar de utilizar el término “violencia contra la mujer”. En su lugar, la “violencia de género” será categorizada como “violencia intrafamiliar”. Esto es una declaración de guerra contra las mujeres. Un intento de negar las causas de la violencia contra las mujeres y hacerlas, como víctimas, invisibles.

En materia de educación, se aplicará la política de permitir a los padres que sus hijos reciban una enseñanza “libre de adoctrinamiento ideológico”, lo que significa el derecho a no asistir a las clases que traten sobre el machismo, la LGTBIfobia, etc.

Por supuesto, también llevarán a cabo sus políticas xenófobas y antiinmigrantes en el gobierno.

¿Responderán la clase obrera y la juventud a la amenaza de la ultraderecha?

Cuando VOX consiguió inicialmente un puesto electoral en el parlamento regional andaluz, fueron los jóvenes y los estudiantes quienes se movilizaron inmediatamente en las calles contra ellos. La particular historia de España hace que las formaciones abiertamente fascistas polarizan rápidamente la situación política. Esto ha sido un factor de las recientes turbulencias en el PP.

Quizá más que los líderes del PSOE, Podemos e Izquierda Unida en este momento, una parte de la clase dominante se da cuenta de las consecuencias de tener líderes populistas y de ultraderecha en el poder.

Recientemente se ha producido una oleada de agresiones homófobas en el Estado español. También han aumentado todos los delitos de odio y la violencia doméstica contra las mujeres es una epidemia.

La narrativa de VOX y ahora el PP es un intento de «normalizar» los delitos de odio y el papel del PP de excusar a sus socios es otro factor de polarización.

Los retrocesos de Unidas PODEMOS

Los continuos retrocesos de Unidas PODEMOS no deben tomarse como prueba de que las ideas de la izquierda son impopulares. VOX ha ganado terreno en Castilla y León precisamente porque la izquierda NO está ofreciendo una alternativa clara a la clase trabajadora. PODEMOS se ha visto manchado por su participación en la coalición del PSOE. Deberían haber criticado al PSOE desde la izquierda en el parlamento y sobre todo en la calle.

En definitiva, la ultraderecha y las ideas fascistas serán derrotadas por la unidad de la clase trabajadora en torno a un programa para transformar la sociedad. Un llamamiento a mantener el statu quo no inspira y sólo envalentonará a la reacción.

Ahora más que nunca la izquierda necesita unirse y ofrecer un programa socialista claro como alternativa a la corrupción y el caos del capitalismo y sus partidos en crisis.