Panfleto de Socialismo Revolucionario para la manifestación del 16 de febrero convocada por la Plataforma de Afectados por la Hipoteca


17/02/2013

Las últimas revelaciones del caso Bárcenas son un varapalo sin precedentes para este gobierno, su presidente y otros altos cargos del PP. La poca legitimidad que les queda se ha disuelto en cuestión de horas. Además, este escándalo arroja luz sobre la gran estafa que fue el «boom» inmobiliario de los últimos 10 años, que ha dejado a la minoría rica engordada después de sus saqueos, al lado de una mayoría hundida bajo el impacto de las políticas de austeridad. Ésta es una muestra más de la clase capitalista corrupta, ladrona y mafiosa que manda en este país, y una fuente más de ánimo para derribarla.

El drama de los desahucios, producto en gran parte de esta estafa inmobiliaria es uno de los elementos centrales de la actual crisis capitalista. Y no solo por la amplia extensión de este problema, ni por la carga de sufrimiento que está imponiendo sobre las capas más vulnerables de la sociedad. La centralidad de la cuestión radica en que este problema es una de las causas que provocaron la actual crisis.

Recordemos que el origen último de la crisis es la burbuja inmobiliaria, espoleada por las políticas neoliberales de los gobiernos del PSOE y PP que provocaron un endeudamiento masivo bajo la premisa de que invertir en inmuebles era seguro, pues la vivienda nunca iba a bajar de precio.

El pinchazo de esta burbuja y la crisis económica subsiguiente ha atrapado a numerosas familias que, viéndose repentinamente en el paro, se han visto incapaces de seguir pagando la hipoteca y han debido enfrentarse al desahucio. Esta medida es especialmente cruel en España, donde a diferencia de otros países no existe la dación en pago.

Para lograr entender el alcance de este drama solo hay que echar un vistazo a las cifras: durante el primer trimestre de 2012 se ejecutaron una media de 517 desahucios diarios, sumando la totalidad de familias desalojadas entre 2008 y 2012 a la cifra de 350.000. De esta manera hemos llegado a la situación actual, en la cual numerosas personas se ven en la calle mientras el 20% de las viviendas permanecen vacías en manos de los bancos.

Esta coyuntura ha ido generando cada vez mayor rechazo social y un gran número de luchas han ido surgiendo en este ámbito, canalizadas en su mayor parte por movimientos sociales como la PAH. De todas las luchas que están sosteniendo las clases trabajadoras, la de la vivienda es la que está teniendo más repercusión y éxito, demostrando que una movilización social mayoritaria y sostenida puede forzar al gobierno a cambiar sus políticas.

Como consecuencia de esta creciente presión, el gobierno del PP se vio obligado en a reunirse con el PSOE para tratar de dar una respuesta al drama. El resultado de estas reuniones fue una moratoria de dos años en los desahucios que afecten a familias con ingresos totales inferiores a 1597 € al mes y con hijos o discapacitados a su cargo.

Esta moratoria es un parche, totalmente inútil para solucionar el problema. En primer lugar, los criterios para acogerse a la moratoria son tan rígidos que pocas familias podrán acceder. Además, la deuda continúa existiendo y generando intereses de demora. Cuando acabe la moratoria, la situación de estas familias será aún más desesperada.

No podía ser de otra manera. El gobierno ya había demostrado que su prioridad es salvar a los bancos y nunca va a tomar ninguna medida que los perjudique. Solo hay que recordar las enormes cantidades de dinero que se han inyectado en el sistema financiero o las continuas negativas de PP y PSOE a cambiar la legislación sobre el tema.

El discurso de los partidos mayoritarios va en la línea de que el saneamiento del sistema financiero es imprescindible para que vuelva a fluir el crédito y con éste regrese el crecimiento. La verdad, en cambio, es que el gobierno se ve incapaz de legislar contra la banca porque depende totalmente de ella. Actualmente la financiación del estado se realiza principalmente a través de la venta de bonos en los mercados de deuda. La banca española es la que acude mayoritariamente a estas subastas. ¿Cómo va a perjudicar de alguna manera el gobierno a aquellos que le están financiando?

La única solución posible a esta situación es la nacionalización del sector financiero. Esto permitiría por una parte cortar estas ataduras y dejar de depender de la banca. Por otro lado, la clase trabajadora podría ejercer un control democrático sobre la economía e invertir el capital nacionalizado en las necesidades reales de la sociedad.

La lucha que ha llevado a cabo la PAH durante los últimos años es admirable y está dando sus frutos como demuestra el hecho de que todos los grupos parlamentarios hayan tenido que aceptar la tramitación de la ILP, pero sus demandas se quedan cortas ya que sin duda aliviarían el sufrimiento de muchas familias, pero no tratarían la raíz del problema. Partiendo de esta base, hay que elaborar un programa que desafíe de fondo a este sistema de locos, que es la base del desastre actual, y plantee una alternativa contundente: una democracia socialista.

Desde SR demandamos:

  • Paralización inmediata de todos los procesos de desahucio y reubicación de todas las familias desahuciadas en una vivienda digna a través de la nacionalización del parque  de viviendas vacías y de su distribución democrática mediante alquileres sociales.
  • Nacionalización, bajo control democrático de los trabajadores, de los bancos y sector financiero. Nacionalización sin indemnización a los grandes accionistas, garantizando los ahorros de la gente trabajadora.
  • Una huelga general de 48 horas, como primer paso en un movimiento para derribar al débil gobierno de ladrones del PP.
  • ¡Convocatoria de nuevas elecciones ya! Por un frente único de la izquierda que luche por un gobierno de los trabajadores, con un programa para acabar con el capitalismo y poner en marcha un plan democrático de la economía para crear empleo y regenerar la economía.

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