«No se puede comprar la valentía de los trabajadores de las minas de
Sudáfrica: no hay rendición!»

25/03/2013, Peter Taaffe, Secretario General del Socialist Party (CIT en Inglaterra
y Gales), publicado el 21/02/2013 en www.socialistworld.net, página web en inglés del CIT.


«Veo a mi hijo de 11 meses y tengo miedo por su futuro si me despiden»,
comentó un trabajador minero en la históricaconferencia del Movimiento
Socialista Democrático de Sudáfrica (DSM). Otro minero desafiante
declaró: «No se puede comprar la valentía de los trabajadores de las
minas de Sudáfrica: ¡no hay rendición!» 

La conferencia, a la que asistieron mineros de todas las zonas mineras
de Sudáfrica, así como representantes de las comunidades en lucha y
otros trabajadores, se comprometió a continuar la lucha contra los
patrones mineros brutales y los despiadados capitalistas sudafricanos.
De pie detrás de los patrones y defendiéndolos a capa y espada está el
cada vez más corrupto y desacreditado gobierno de Jacob Zuma del
Congreso Nacional Africano (ANC). 

La tarea que se fijó esta conferencia era ayudar en el desarrollo de la
colosal energía latente de los mineros, en alianza con otros
trabajadores, expresada a través de sus comités de huelga de mineros de
base, en el que el DSM jugó un papel clave y que logró paralizar los
patrones y su gobierno en una huelga de un mes el año pasado.

También significa una lucha para reemplazar los sindicatos en bancarrota
y corruptos, como el Sindicato Nacional de Mineros (NUM), que se ha
situado con firmeza en el lado de la patronal y en oposición a las
legítimas demandas de la clase obrera – con nuevas luchas y formas de
organización sindical democrática. Sobre todo, los mineros y la clase
trabajadora en general anhelan su propio partido, libre de las ataduras
de la ANC y sus políticas pro-capitalistas. Por lo tanto, el nuevo
partido de masas de la clase trabajadora – el Partido Socialista y de
los Trabajadores (WASP), ya en marcha – fue respaldado con entusiasmo, y se aproboraron por unanimidadun calendario para la recogida de firmas para
permitir registrarlo, junto con otras tareas prácticas.

 

Recortes: el “castigo” que sigue a la huelga de los mineros


Obligados a hacer concesiones el año pasado, los patronos mineros pueden
buscar venganza a través de falsas acusaciones y el despido de los
militantes, incluyendo el uso de los tribunales capitalistas y penas de
prisión para los mineros. Al término de la conferencia de DSM, le
pregunté a un minero de Rustenburg si regresaba a trabajar al día
siguiente y él respondió: «. No, me voy a la corte», «¿Cuál es la
acusación?», le pregunté, y su respuesta fue escalofriante: «Intento de
homicidio, asalto agravado, etc.» Estas acusaciones fueron rechazadas
por el tribunal y este trabajador fue puesto en libertad.

 


Para que no se piense que este minero puede ser culpable de los cargos,
recordemos que el gobierno del ANC y su fuerza de policía criminal acusó
a algunos trabajadores mineros – y efectivamente ha encausado a algunos
de ellos – de ser responsables de la infame masacre de 34 mineros de Marikana el 16 de agosto. Al hacer huelga y manifestarse (mediante el
ejercicio de sus derechos legítimos en la «democrática» Sudáfrica)
aparentemente «provocaron» a la policía a matar cruelmente a un total de
43 mineros solamente en Marikana, muchos con disparos en la espalda.
Después de esta masacre, el Estado sudafricano ha tratado de imponer
medidas de tipo apartheid (órdenes de prohibición) en contra de los
trabajadores. Buscan prohibir a los mineros discutir unos con otros,
obligándolos a ir directamente desde el pozo de la mina a sus hogares
sin discusión y con la sanción de multas, despido del trabajo, etc, si
desobedecen los mandatos dictatoriales de los patrones y sus
mercenarios. Los empresarios han tratado de prohibir reuniones masivas
y, en una mina, trataron de imponer 18 nuevas condiciones. Esto sólo
sirvió para endurecer la posición de los mineros: «¿Qué tenemos que
perder? No pueden golpearme y luego decirme cómo debo reaccionar «, dijo
un minero desafiante en la conferencia de DSM. 


El último castigo infligido a la clase obrera por llevar a cabo las
huelgas magníficas y exitosas es la amenaza de despidos generalizados.
Ya en Amplats, el gigante de platino, 14.000 mineros han sido amenazados
con este destino. Sudáfrica tiene el 80% de las reservas mundiales
probadas de platino y el platino es un componente crítico de la
industria minera del país. Es el más grande generador de exportaciones
del país y el mayor empleador, con casi 200.000 trabajadores
involucrados en su producción. Sin embargo, la crisis de la economía
mundial ha reducido la demanda de platino y los empleadores están usando
esto para atacar a los trabajadores. La minería de oro también es
tradicionalmente una industria vital y aún representa algo así como
150.000 empleados. 


De hecho, la economía sudafricana se basa en los pilares gemelos de la
minería, y por lo tanto del trabajo arduo y peligroso de los propios
trabajadores de las minas, y la agricultura. La conferencia DSM iluminó
cómo la lucha de los trabajadores mineros provocó el levantamiento (porque eso es lo que era) de los propios trabajadores agrícolas, en
particular en el Cabo Occidental. Los propietarios agriculas, descritos
por los sindicatos que representan a los trabajadores como vengativo y
arrogantes, se han beneficiado enormemente de la era post-apartheid, con
un estelar crecimiento de diez veces en la producción y fabulosas
ganancias, mientras que los salarios y las condiciones se deterioraron.
Los trabajadores en huelga han sido despedidos en «camiones».
Anteriormente, más de un millón de trabajadores agrícolas fueron
desalojados de su propiedad: «Siguen siendo esclavos en la tierra de su
nacimiento». [The Guardian, 25 de enero de 2013.] Los patronos han
utilizado tradicionalmente trabajadores no sindicalizados para romper
huelgas, pero una nueva determinación mostrada por los trabajadores en
la huelga, costó a los grandes agricultores, 300 millones de rands (unos 25 millones de euros),
estimados en pérdidas de producción. Los sindicatos han llamado a un
boicot mundial de vino sudafricano.

 

Papel dirigente del DSM (Movimiento Socialista Democrático)


Los delegados de la Provincia Occidental del Cabo informaron a la
conferencia que, cuando visitaron las zonas de huelga, fueron recibidos
con entusiasmo con el grito: «»¡Los estábamos esperando!» Habían visto el
papel decisivo del DSM en el éxito de las huelgas de los trabajadores
mineros». La dirigencia sindical decididamente no fue tan bienvenida como
los luchadores del DSM.

 


La reacción de otros trabajadores así como la de los trabajadores
mineros, desmiente la leyenda difundida por los dirigentes del NUM que
había una «tercera fuerza» detrás de la huelga, incitando a encenderlo.
«Alguien estaba detrás del bosque». [N. presidente Senzeni Zokwana, The
Citizen, 8 de febrero].


No hubo ninguna «tercera fuerza» – a menos que se considere así la
intervención de esquiroles, vergonzosamente, con el apoyo de la misma
dirección del NUM.

El DSM dio expresión a la legítima rabia y la revuelta de los mineros
que estaban «esperando» un liderazgo capaz de articular sus demandas,
tanto en la feroz huelga que estaba en marcha, así como un reflejo del
sentimiento generalizado entre los trabajadores de las minas y otros
trabajadores en favor de un nuevo partido de masas de la clase obrera,
expresado en el WASP. 


Los empresarios mineros ahora desean reemplazar valientes luchadores de
clase con sus propios títeres. Esto ha dado lugar a enconados
enfrentamientos en los últimos días, con un minero que murió y otros que
resultaron heridos en Amplats, donde el NUM se encuentra en el lado de
los patronos. Esto sólo sirve para ampliar aún más el odio por el NUM,
que está totalmente desacreditado como organización, como el Cosatu, que
afirma representar a los trabajadores mineros. Los mineros han estallado
en ira contra sus condiciones, así como contra la complicidad de su
propia organización en esto.

La actual ola de huelgas y revueltas sociales son las más grandes desde
la caída del régimen del apartheid, en Sudáfrica ahora se registra el
mayor número y las huelgas más violentas del mundo. La fuerza y la
represión por parte del estado – visible en el sur de África en las
calles a través de los «cuerpos de hombres armados y sus apéndices
materiales» de la represión, según lo expresado por Friedrich Engels –
no conseguirán mantener las masas bajo control.


Los levantamientos – revolución para darle su verdadero nombre –
inevitablemente seguirán a los trastornos actuales. Moeletsi Mbeki,
hermano del ex presidente Thabo Mbeki, y ahora un economista político,
ha pronosticado que Sudáfrica se enfrentará a un «día de Túnez» en el
año 202.! Su diagnóstico es exacto, la fecha cuando un levantamiento
popular se llevará a cabo puede ser más pronto de lo que piensa. Todos
los ingredientes están presentes en Sudáfrica para emular el Medio
Oriente y las revoluciones del norte de África.

 

Estado de constante lucha y agitación


El capitalismo de África del Sur históricamente ha llegado a convertirse
en la economía más fuerte de todo el continente africano. Su desarrollo
ha creado una muy poderosa clase obrera industrial. Y sin embargo, los
frutos de este trabajo nunca han pasado a la clase obrera. La realidad
del día a día de Sudáfrica es prácticamente un estado de agitación
constante. La huelga de los trabajadores mineros es sólo la expresión
más reciente, pero la más importante y más cruda de este proceso. Muchos
otros sectores de la clase obrera, no sólo los mineros, comotrabajadores del automóvil, enfermeras, maestros, han adoptado o
amenazado con emprender acciones de huelga. 


Además, un virtual estado permanente de semi-insurrección en los
municipios se muestra, irónicamente, en los informes policiales
registrados. Estos muestran que un estimado de 3 millones de personas
participaron en las protestas contra la falta de servicios que generaron
una respuesta de la policía en 2008-09. Se trataba de un 5% de la
población total obligada a enfrentarse físicamente a la policía con el
fin de conseguir los servicios básicos. Cerca de 100 policías mueren
cada año, por lo general como consecuencia de un delito, pero esto
finalmente tiene raíces sociales, 57 fueron asesinados en 2012, hasta la
masacre de Marikana. Estas cifras no tienen en cuenta a los trabajadores y
los civiles muertos por la propia policía, simbolizados en los
asesinatos Marikana. 


Y la ira, desde entonces, no ha disminuido sino que ha aumentado. De
hecho, la violencia endémica que caracteriza a Sudáfrica es simbolizada
por la reciente muerte de la novia del famoso competidor de los Juegos
Paralímpicos, Oscar Pistorius. Los blancos privilegiados, así como, cada
vez más, la más rica elite negra, se protegen de la ira que esto genera
detrás de los barrios cerrados, donde están armados hasta los dientes.
Prácticamente todas las casas en un barrio blanco, advierten de
«respuesta armada» en el caso de robo. Esta es una expresión indirecta
de la situación social catastrófica: «Sudáfrica es la sociedad más
desigual del planeta.» 


El desempleo juvenil supera el 50%, está en la escala de Grecia o
España. El trabajador promedio soporta hasta ocho personas con el
salario mínimo. El 50% de los trabajadores gana menos de 3.000 rands al mes por mes (unos 250 euros): «Muchos de estos trabajadores son los únicos que obtienen ingresos en su hogar». [Jay Naidoo, Financial Times, 27 de agosto de 2012.]
Quince millones de sudafricanos se salvan de morir de hambre solo por
las ayudas sociales que reciben cada mes. Los mineros no habitan en
zonas residenciales (donde la elite negra cómodamente se codea con la
élite blanca), residen en campamentos de ocupantes ilegales en
municipios sin recursos básicos, a veces incluso viven en chozas
miserables sin electricidad que pasan por hogares. 


Por otro lado, los señores de la ANC habitan un mundo lejos de las
masas. El propio presidente Zuma vive en un palaciocuyo coste actualizado recientemente es de 21 millones de euros, mientras ricos
empresarios sudafricanos secretamente financian su lujoso estilo de
vida. 


Tan alejado está de los mineros y las masas pobres que cuando visitó la
escena de la masacre en Marikana, ni siquiera visitó las minas o las
chozas de los mineros. Increíblemente, trató de excusar la masacre, con
el argumento de que, «¿Cuántas personas habrían muerto si, por ejemplo,
la policía no hubiera hecho nada para desarmar a estas personas?» Estas
«personas», mineros en huelga, habían sido asesinadas como perros por la
policía de Zuma. La respuesta de Zuma, la creación de una revisión
judicial: «No habría pasado esto durante los días del apartheid. Esa
es la belleza de la democracia, ya que no quiere decir que cuando usted
tiene la democracia, no habrá ningún contratiempo así». {Guardian, 14 de
diciembre de 2012.] Una «masacre» es sólo un «contratiempo». No se puede
comer «democracia», los derechos democráticos (por encima de todo, el
derecho de huelga y a votar) son las armas de la clase obrera para
luchar por una vida mejor. Pero bajo el capitalismo de Sudáfrica, en el
ejercicio de sus derechos, se encontró con la represión.

 

El impulso por el WASP – una alternativa de los trabajadores a los
capitalistas del ANC


El marxismo ha predicho desde hace tiempo tal desarrollo. En 1994
escribimos, al comienzo del gobierno del ANC: «¿Cuánto tiempo pasará
antes de que un gobierno del ANC envíe unidades de la policía y el
ejército contra los huelguistas o los habitantes de los municipios
rebeldes africanos …? El CNA tiene una mayoría, será sometido a
presiones implacables, de clase y en contra» [’Sudáfrica: De la
esclavitud a la destrucción del apartheid», 1994]. A veces toma décadas
para que las perspectivas marxistas se confirmen, pero se han confirmado.

El abismo entre las masas insurgentes de Sudáfrica y sus
gobernantes es de las mismas proporciones que el Gran Cañón. Es imposible reconciliar
las fuerzas de clase que se oponen entre sí en esta situación explosiva.
El Congreso Nacional Africano, que representa en la actualidad al
sistema capitalista, que también incluye al llamado partido «comunista»
(SACP), y los líderes sindicales corruptos han sido rechazadas por las
masas sudafricanas. Un nuevo partido obrero de masas, el WASP, no es
sólo una idea, se está convirtiendo en una realidad en la Sudáfrica actual


Los capitalistas han reconocido desde hace tiempo que la ANC está
desacreditada. Ante el temor de que las cosas están girando
decisivamente bajo sus pies hacia la izquierda y que el vacío político
podría ser ocupado por un partido como el WASP. La revista The Economist
recientemente instó a la formación de un nuevo partido «liberal». Esto a
su juicio puede atajar el desarrollo de un nuevo partido socialista de
lucha de las masas. 


En respuesta a este llamamiento, una ex activista anti-apartheid y ’alma
gemela’ de Steve Biko, asesinado por el régimen del apartheid, lal Dra.
Mamphela Ramphele, ha puesto en marcha una «plataforma» en torno al cual
un partido como el que esperan que los capitalistas podría surgir. Ella
es una ex directora gerente del Banco Mundial y, hasta hace poco,
presidente de la empresa minera Goldfields. Este partido – ’Agang’
(’Construir Sudáfrica en el idioma Sotho) – no tiene políticas
claramente definidas.

El Financial Times ve claramente el papel principal de este nuevo
partido para obligar a la ANC a entrar en una coalición con este partido
y otros tras las elecciones de 2014: «El premio sería llevar a la ANC
por debajo del umbral del 50% que necesita para gobernar en solitario». 


La clase obrera necesita una clara alternativa política independiente de
clase, no otro partido pro-capitalista. Si bien no se descarta que
’Agang «pueda convertirse en un hogar temporal para refugiados políticos
del ANC, no va a encontrar un gran eco entre las masas. La situación
social y el movimiento obrero recién manifestado no ofrecen tierra
fértil sobre la que un partido pueda crecer y desarrollarse.

El ANC no puede mejorar su imagen como un vehículo para las masas por la
desaparición o eliminación de Zuma y su reemplazo por alguien como Cyril
Ramaphosa para salvarlo (éste ofertó 1,6 millones de euros para comprar un búfalo premiado). Sus días están contados. A pesar de las afirmaciones de Zuma de
que durará cien años, están ocurriendo escisiones y divisiones en la
ANC, así como en Cosatu. Los elementos mejores y más combativos de la
clase obrera sudafricana se encuentran en el camino hacia el WASP. La
idea de un nuevo partido obrero de masas ha existido en Sudáfrica casi
desde los primeros días del gobierno del ANC. Por ejemplo, el sindicato
de trabajadores metalúrgicos (NUMSA) se pronunció a favor de un partido
obrero de masas en 1993, ¡antes de que el ANC llegara al poder! Todavía
permanece comprometido con esta idea cuyo tiempo ha llegado. El futuro
no pertenece a la desacreditada ANC y sus aliados, que están apuntalando
el viejo orden, sino a un partido que representa la liberación
socialista real, el WASP.

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