Català 


08/06/2016, Viki Lara, Socialismo Revolucionario Sevilla

Los llamados
Papeles de Panamá han puesto en evidencia lo que ya muchas sabíamos: mientras nos
imponen recortes salvajes en servicios públicos y derechos a la gran mayoría de
la población, las grandes fortunas esconden cantidades fabulosas de dinero para
evadir impuestos.

Desde el comienzo de la crisis nuestros niveles de vida
no han hecho más que caer. Las
vergonzosas reformas laborales de PSOE y PP han precarizado nuestros empleos y
reducidos nuestros salarios (en el mejor de los casos), a través de EREs
salvajes se han destruido empleos bien pagados y con mejores condiciones e
instaurado un verdadero terror a perder el empleo entre las personas
trabajadoras. 

Los recortes en prestaciones y el desempleo masivo han dejado a 700.000
hogares sin ningún tipo de ingreso. 600.000 familias han sido desahuciadas de
su vivienda habitual mientras la tercera parte de las viviendas vacías en la
Unión Europea se encuentran en el estado español. Los recortes en sanidad y
educación, además de suponer la pérdida de puestos de trabajo públicos y,
mayoritariamente, con mejores condiciones, han reducido estos servicios
públicos esenciales y llevado a muchas personas a condiciones dramáticas, desde
el colapso de servicios de urgencias y el aumento de la lista de espera
quirúrgica hasta los 2,4 millones de personas (según datos del INE del 2015)
que no pueden asumir el gasto de los fármacos que le han recetado.

En definitiva, durante la crisis económica han aumentado
espectacularmente no solamente los niveles de pobreza sino también los niveles
de desigualdad. Los pobres cada vez son más pobres para que los ricos se puedan
enriquecer cada vez más a través de bajadas de sueldos de sus empleados, rebajas
fiscales, rescates a la banca y otros sectores (como la explotación comercial
de autovías), y privatización de servicios públicos.

Así, mientras el 29,2 % de la población española se
encontraba en riesgo de exclusión social en 2014, y el salario medio se
desplomaba un 22% desde 2007 hasta el 2014, solamente en un año (2013 a 2014)
los sueldos de las personas mejores pagadas en las empresas del IBEX 35 se
dispararon de 75 a 104 veces el sueldo medio dentro de estas mismas empresas.

Todas estas cifras y datos nos muestran a las claras que
la recuperación económica que nos han vendido resta mucho de ser cierta, ya que
la gran mayoría de la población está muy lejos de tener las condiciones
económicas anteriores al inicio de la crisis. Como bien dicen el eslogan, no se
trata tanto de una crisis sino de una estafa por la que se ha redistribuido
riqueza desde las rentas del trabajo a las rentas del capital, bajo el
beneplácito de los partidos capitalistas y de la Unión Europea de los mercados
y la patronal. Para rematar esta estafa, la mayor parte del peso fiscal recae
sobre los salarios, mientras que 17 empresas del IBEX 35 no pagan impuestos de
sociedades en el estado español.

Corrupción y Papeles
de Panamá

En este año la gravedad y frecuencia de las noticias
sobre corrupción parecen tener un efecto más bien anestesiaste, hasta el punto
de que ninguno de los nuevos casos o datos que aparecen generan el mismo
escándalo que anteriormente. Sin embargo, estos casos no pueden hacer otra cosa
que calar sobre la conciencia de la clase trabajadora, porque las instituciones
del estado, a todos los niveles, desde ayuntamientos hasta la familia real, se
muestran no como instrumentos al servicio del pueblo, sino como instrumentos de
las clases dirigentes para que puedan seguir extrayendo beneficios a través de
contratos inflados o directamente fraudulentos. Un ejemplo de esto es el caso
Acuamed por el que se benefició a grandes constructoras españolas como FCC. Los
grandes medios de comunicación olvidan fácilmente este punto, las empresas que
manipulan concursos públicos para enriquecerse ilícitamente, aunque para esto
también necesitan de la participación del político que obtiene “comisiones” o
“mordidas” por amañar estos concursos.

El discurso de las élites económicas de que son
necesarias para la “creación” de puestos de trabajo y de riqueza se tambalea
con estos casos de corrupción, pero también con los casos de evasión fiscal
como el de los Papeles de Panamá que se dio a conocer recientemente. Estos
incluyen información de más de 200.000 empresas “offshore”, es decir, empresas
creadas en paraísos fiscales para evadir impuestos. La lista de personas
propietarias de estas empresas es muy amplia, e incluye a personalidades o sus
familiares del mundo de la política (con gran peso de imputados del caso Gürtel
y otros), las artes, el deporte, etc. Pero también a personas vinculadas a
grandes empresas como Alberto Cortina y Alberto Alcocer, propietarios del grupo
ACS, la familia Riú de los hoteles y la familia Escarrer de los Hoteles Meliá,
el anterior presidente de Pescanova, etc.

Sistema corrupto

Como muestran los Papeles de Panamá, el problema de la
corrupción y de la evasión fiscal no se encuentran solamente en el estado
español, sino que se dan globalmente, favorecidos por un sistema capitalista
que busca la maximización de los beneficios a toda costa. Sin embargo, en la
actual coyuntura económica los capitalistas no encuentran vías de negocios los
suficientemente lucrativas por lo que no reinvierten la riqueza que han
extraído de la clase trabajadora y no se crean nuevos empleos. En su lugar se
están acumulando cantidades ingentes de dinero no productivo que se estiman que
han llegado hasta los 57 billones de dólares desde el año 2007. Parte de este
dinero, por lo tanto, se esconde en paraísos fiscales para no repercutir ni
siquiera en forma de impuestos en la economía real.

La lógica del capitalismo es también la que está detrás
de los recortes en salarios, en servicios públicos, en derechos laborales y
democráticos, y detrás de los aumentos de las desigualdades, pobreza y precarización
de nuestras vidas. Es también el que a nivel global destruye el medioambiente,
alienta las guerras y condena al hambre a millones de personas.

Solamente si conseguimos derrocar este sistema
capitalista y lo cambiamos por uno socialista, conseguiremos una vida digna
para todas, donde podamos decidir democráticamente sobre la marcha de nuestra
economía y sociedad para ponerla al servicio de la mayoría social y no de las
élites, y donde podamos contar con vivienda, servicios públicos y trabajos
dignos para todas las personas.

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