Necesitamos construir una alternativa socialista de masas

23/09/2015. Nial Mulholland (CIT) entrevista a Andreas Payiatsos, de Xekinima (CIT en Grecia) sobre los resultados electorales y qué significan para la izquierda anti-austeridad de Grecia. Publicado originalmente el 22 de septiembre en socialistworld.net, página web en inglés del CIT.


El
20 de septiembre Syriza (Coalición de la Izquierda Radical) volvió
al poder después de unas elecciones generales apresuradas y volverá a compartirlo con el partido de derecha Griegos
Independientes.


El
líder de Syriza, Alexis Tsipras, defiende que tiene un mandato para
continuar con las políticas de austeridad a cambio de un tercer
acuerdo de rescate con la troika (la Comisión Europa, el Banco
Central Europeo y el Fondo Monetario Internacional). ¿Es eso cierto?

¿Qué es lo más destacado de los resultados electorales?

El
aspecto más importante es el elevado porcentaje de abstención.
Alrededor del 45% de los electores no votaron. Antes de los memorándum (los paquetes de austeridad que acordaron los
gobiernos griegos con la troika a cambio de los acuerdos de rescate)
la abstención estaba entre el 25 y el 30%.

Todos
los partidos han perdido votos desde las elecciones de enero, incluso
si sus porcentajes se han incrementado en esas elecciones. Syriza
obtuvo el 35,46% (36,34% en enero), pero en realidad han perdido
320.000 votos. El partido tradicional de derechas de la clase
dirigente, Nueva Democracia, obtuvo el mismo porcentaje que el pasado
enero, el 28,10%, pero en realidad perdió alrededor de 200.000
votos.

El
neo-nazi Amanecer Dorado fue el tercero en votos con un 6,99% que
significa un ligero incremento en porcentaje y continúa siendo un
peligro para la clase trabajadora. Su número de votos cayó en
10.000, excepto en algunas islas cercanas a Turquía donde Amanecer Dorado explotó la crisis de refugiados.

El
partido tradicional social-demócrata, Pasok, quedó por detrás de
Amanecer Dorado y fue de nuevo castigado en las urnas después de
años de gobierno marcados por la corrupción y las medidas de
austeridad.

Claramente,
una enorme parte del electorado se sintió alineado por los
principales partidos pro-austeridad. La campaña electoral fue
extremadamente plana, nunca ha habido tanto desinterés antes por
unas elecciones.

¿Como
pudo ganar Syriza después de causar tanta desilusión con su giro de
180 grados en cuanto a la austeridad?

Syriza
no ha ganado en medio de una ola de entusiasmo de la clase
trabajadora, pensionistas y juventud (como ocurrió en enero cuando
propuso un programa anti-austeridad). Las personas de clase
trabajadora y media votaron a Syriza como «mal menor».

A
pesar de que la oposición a la austeridad ganó el referéndum del 5
de julio, Tsipras capituló una semana después a la troika y aceptó
un nuevo rescate con condiciones muy duras.

Durante
la campaña electoral utilizó una retórica de izquierdas, y algunos
miembros de base de su partido aún tienen esperanzas puestas en él.
También le ayudó el hecho de que el memorándum que ha firmado aún
no ha sido implementando y por tanto los trabajadores aún no han
sentido los efectos de estos nuevos recortes. Tsipras argumentó que
fue chantajeado por la troika a aceptar estas condiciones o se habría
enfrentado a una expulsión de la zona euro con consecuencias
catastróficas.

También añadió que dentro de los límites de las medidas de austeridad
impuestas, Syriza tratará de encontrar los medios para ayudar a los
más vulnerables y atacar a los ricos. Pero la mayoría de los
trabajadores votaron a Syriza sin tener ilusiones en este partido.
Solamente tienen la esperanza de que Syriza no sea tan cruel o brutal
como el gobierno liderado por Nueva Democracia.

¿Qué
tal le fue a la izquierda anti-austeridad en las elecciones?

Debido
a su postura sectaria y ultra-izquierdista, el KKE (Partido Comunista
de Grecia) no pudo capitalizar la caída de votos de Syriza. Mantuvo
su porcentaje de votos (5,5%) pero en realidad perdió un 11% con
respecto al número de votos recibidos en las elecciones de enero.

Los
resultados también han sido un duro golpe para el resto de la
izquierda anti-capitalista. Antarsya (Izquierda Anticapitalista) sólo
obtuvo el 0,85%. Un cuarto de su militancia había salido hacia
Unidad Popular, una nueva formación que surgió de la escisión a la
izquierda de Syriza.

Había
muchas esperanzas puestas en Unidad Popular desde la izquierda, pero
no pudo alcanzar el umbral del 3% necesario para entrar en el
parlamento. Unidad Popular probablemente se enfrentará a problemas
internos serios muy pronto. Los 25-30 anteriores parlamentarios de
Syriza han perdido sus escaños y con esto considerables recursos y
financiación del parlamento.

Es
cierto que Unidad Popular tuvo que pelear sus primeras elecciones en
circunstancias difíciles, cuando había un gran sentimiento de
desilusión por la traición de Syriza. Pero los líderes de Unidad
Popular no ayudaron tampoco. Al principio de la campaña trataron al
resto de la izquierda de forma arrogante y actuaron de manera
burocrática y anti-democrática. También sobrestimaron su apoyo
electoral.

Cuando
comenzó a quedar claro que Unidad Popular tenía difícil entrar en
el parlamento, hicieron llamadas a otros en la izquierda para que les
apoyaran en un «frente popular», pero el daño ya estaba
hecho.

Unidad
Popular tampoco supo inspirar a los trabajadores y la juventud con un
programa claramente anti-austeridad y socialista. Dijeron,
correctamente, «no a los memorándum», pero no propusieron
otra alternativa, y por lo tanto no aliviaron los temores de muchos
trabajadores sobre lo que ocurriría si Grecia fuera obligada a salir
de la zona euro.

Desde
Xekinima proponemos que debemos oponernos al pago de la deuda, y
nacionalizar el sistema bancario. Esto significaría un choque con la
UE y la salida de la zona euro.

La
vuelta a una moneda nacional puede proporcionar las bases para el
desarrollo de la economía y la sociedad pero solamente si se
acompaña de la nacionalización de sectores clave de la economía
bajo el control y gestión democrático de los trabajadores. De esta
manera la economía puede ser planificada democráticamente para
servir a los intereses y las necesidades de una mayoría de la
sociedad, en lugar de producir grandes beneficios para un puñado de
armadores, banqueros e industriales.

¿Qué
le espera a la izquierda?

El
nuevo gobierno liderado por Syriza pronto se enfrentará a grandes
problemas. Cuando se imponga el memorándum, dará lugar a un mayor
empobrecimiento y más descontento en la sociedad griega. Y la deuda
nacional sigue siendo impagable. Grecia continuará estancada en una
«Gran Depresión».

En
este contexto podemos esperar más escisiones de Syriza moviéndose
hacia la izquierda. Por ejemplo, una nueva formación de izquierda
que surgió de Syriza, llamada ARC, está debatiendo qué fue mal con
Syriza en el poder.

Xekinima
está formando parte de estos debates y también continúa jugando un
papel importante en el «17 de Julio», que tiene como
objetivo la construcción de una red de alianzas locales de izquierda
basada en una programa anti-capitalista.

Iniciativas
como ésta y, significativamente, nuevas batallas de clases, que
traerán capas nueva de trabajadores y jóvenes a la lucha, pueden
sentar las bases para el desarrollo de una nueva izquierda
revolucionaria y de masas, organizada democráticamente. Ésta es la
única fuerza capaz de resolver la profunda crisis a la que se
enfrenta la clase trabajadora griega, reorganizando la sociedad en
líneas socialistas.

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