Refugiadas sirias en el CETI de Melilla /
Antonio Ruíz para periodismohumano.com

25/09/2015, Shawn Tarver, SR Barcelona

Toda Europa está conmocionada por las horribles imágenes diarias de
los inmigrantes que tratan de llegar a Europa por el mar Mediterráneo. La más
dramática de estas imágenes ha sido la de un niño de 3 años cuyo cadáver varado
en una playa de Turquía fue encontrado el 2 de septiembre, después de que el
bote en el que viajaba con más refugiados volcase durante su intento de llegar
a la isla griega de Cos. La imagen de su frágil cuerpo era desgarradora y
desató una oleada de indignación contra la UE por su evidente omisión de ayuda a las
personas que desesperadamente están intentando huir de las consecuencias del
capitalismo (incluyendo la persecución, la guerra y la pobreza). La
Organización Internacional para las Migraciones (OIM) declara que hasta ahora
“en este año 350.000 migrantes han llegado a Europa, en comparación con los
219.000 durante todo 2014”,
y hasta final del año se espera que el número siga creciendo.

Este flujo de inmigrantes de Oriente Medio y África está creando
tensiones en un sistema que ya está roto. En mi último artículo, “La crisis dela inmigración” explico en profundidad estas tensiones.

Las salvajes políticas de austeridad que han afectado especialmente al
sur de Europa han tenido como consecuencia un gran recorte en los recursos
destinados a los temas migratorios. Esto puede percibirse especialmente en
Grecia, que ha recibido un número sin precedentes de refugiados. Amnistía
Internacional, en su artículo “
Grecia: El caos y la precariedad reciben a un número
de refugiados sin precedentes en Lesbos
” (24 de
Agosto), indicaba que la isla había recibido “
33.000 desde el 1 de
Agosto”
. Es decir, que se estima que llegaban 1.200
refugiados al día a esta isla.

Gracia ha sido aplastada por una austeridad devastadora – impuesta
para recibir un nuevo rescate de la troika y mantener la economía a flote. Sus
recursos están tan agotados que el flujo de inmigrantes ha supuesto una gran
presión sobre Grecia y ha hecho necesario una ayuda humanitaria de emergencia. Pero
Grecia no es la única con estos problemas. Macedonia también ha decretado un
estado de emergencia por ser incapaz de acoger a las más de 1.000 personas en
busca de asilo que pasan a través de este país en su camino de Grecia a Hungría
con el objetivo de alcanzar la zona Schengen de la Unión Europea.
Incontables inmigrantes, que solamente quieren encontrar un camino a los países
más ricos de la
Europa Occidental
, permanecen atrapados dentro de sus
fronteras.

Hungría tomó medidas completamente diferentes. Su gobierno ha
construido una valla para evitar la ola de inmigrantes que tratan de cruzar sus
fronteras hacia Europa Occidental. Como escribe Amnistía Internacional en su
artículo “Los trenes a ninguna parte – la severa acogida de Hungría a los
refugiados”, el tratamiento de aquellos que quieren entrar está lleno de
atrocidades.

El artículo indica que “La valla rápidamente levantada, la falta de
asistencia a las personas alrededor de las estaciones y en los trenes, las
inadecuadas condiciones de recepción y las recientes reformas legislativas
tienen todas la misma raíz: el deseo de evitar nuevas llegadas. Éstas no son
solamente faltas morales, están generando una montaña de violaciones de
derechos humanos”. Hungría no es el único país que rechaza a los refugiados.
España, uno de los principales países de llegada de aquellos que cruzan el mar
Mediterráneo, ha estado prácticamente silencioso en este tema. El año pasado el
ministro de Interior español informó que 12.539 inmigrantes trataron de entrar
en Ceuta y Melilla (un incremento del 70% desde 2013, año en el que 7.472
inmigrantes intentaron llegar a la Unión Europea a través de España). Bruselas
solicitó a España que permitiera la entrada de más refugiados (exactamente
5.849) para ayudar a aliviar la carga de otros países europeos, pero España
solamente aceptó 2.794 por la tensión que pondrían sobre el sistema español de
inmigración. Rajoy ha declarado que consideraría incrementar este número en
base al PIB y la tasa de paro.

Las tensiones sobre el sistema a las que se refieren en realidad están
causadas por medidas de austeridad extremas. Actualmente no se dedican
suficientes recursos ni siquiera para ayudar a los inmigrantes que el estado
acepta, y no es la primera vez que el gobierno no ha sido capaz de dar una
solución viable. Sin embargo, el gobierno del PP en 2014 realizó una reforma de
la Ley de
Seguridad Pública por la que los inmigrantes que trataran de entrar a Ceuta y
Melilla sin documentación adecuada serían “rechazados para evitar la
inmigración ilegal en España”. También deniega a los solicitantes de asilo sus
derechos que están garantizados en el artículo 13.4 de la Constitución
española. Los solicitantes son enviados de vuelta a Marruecos, un país conocido
por sus violaciones de los derechos humanos.

Todo esto hace aún más evidentemente que el capitalismo global es
incapaz de dar soluciones a este problema del que además son responsables. La Unión Europea
decidió en abril financiar Frontex con 121 millones de euros para equipamiento
para paliar esta crisis en aumento. Sin embargo, Frontex informó en agosto que
la financiación no era suficiente. La
OIM
indicó que “más de 2.600 migrantes se han ahogado en el
Mediterráneo este año tratando de llegar a Grecia o Italia”. Esto muestra el total
fracaso de la Unión Europea en su política migratoria.

Mientras la UE
discute como enfrentarse a la crisis, los inmigrantes siguen muriendo. Países
como Hungría, Macedonia, Alemania, Francia y España siguen divididos sobre
posibles soluciones, y grandes ciudades como Barcelona, Madrid y Budapest,
están pasando a la acción, decidiendo en algunos casos acoger a refugiados y
crear redes para ayudarlos en su llegada.

Gente corriente de toda Europa ha mostrado su indignación ante esta
situación y están ofreciendo sus casas o lo que pueden a aquellos que lo
necesitan. La solidaridad de la clase trabajadora para ayudar a los inmigrantes
ha sido extraordinaria. Por contra, la UE es incapaz de encontrar una solución
y el sistema de cuotas ha sido rechazado por varios estados de la UE. El
capitalismo no proporcionará una solución y solamente hará que el problema siga
agravándose.

Los ejemplos de solidaridad se están dando en países de toda Europa
desde el Reino Unido hasta España, donde los gobiernos no han actuado o aún no
saben que harán, lo que muestra más que nunca no solamente por qué debemos
seguir luchando por el derecho de asilo, sino también por qué debemos logran un
cambio en la sociedad y un mundo socialista, un mundo que busque una verdadera
igualdad.

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